La escalada de precios de las materias primas y el pinchazo que experimentó la cocina casera después del coronavirus han llevado a la empresa a la ruina
18 sep 2024 . Actualizado a las 18:52 h.Con casi ocho décadas a sus espaldas, Tupperware ha acabado sucumbiendo a los nuevos tiempos. La emblemática empresa que ideó los icónicos recipientes de plástico para alimentos (y que ha conseguido dejar su impronta bautizando a este utensilio con el nombre de la marca) ha iniciado el proceso para declararse en bancarrota.
El rumor del fin de esta firma había ido subiendo de tono estos últimos días después de que el pasado martes, la Bolsa de Nueva York se viera obligada a suspender la cotización de Tupperware tras un lunes complicado en el que las acciones de la empresa se desplomaran más de un 57 %.
Este mismo miércoles la presidenta y consejera delegada, Laurie Ann Goldman, explicaba las razones detrás de la bancarrota. Aseguraba Goldman que «el entorno macroeconómico desafiante» no ha ayudado nada a la empresa a salir del pozo en el que llevaba ya un tiempo sumida. Es decir, la escalada en los precios de las materias primas y el pinchazo que experimentó la cocina casera después de que se levantaran las medidas para contener el coronavirus acabaron asestando un golpe mortal a la compañía. Y vaya golpe. Porque los documentos aportados al juzgado señalan que la empresa cuenta con unos activos valorados entre los 500 y los 1.000 millones de dólares, mientras que las deudas se sitúan entre los 1.000 y los 10.000 millones.
Desde el 2023
La historia de Tupperware ya vaticinaba un final aciago desde abril del 2023, cuando la empresa ya reconocía que existían «dudas sustanciales» sobre su capacidad para continuar como negocio. Un cambio de dirigentes, el cierre de algunas de sus empresas y la venta de activos no han sido suficientes para rescatar a la compañía que puso en marcha Earl Tupper en 1946. El éxito de este químico no fue solo patentar los emblemáticos recipientes herméticos de plástico para conservar alimentos, también ayudaron a agrandar el mito sus famosas ventas a domicilio, bautizadas como las «fiestas Tupperware».