Álvaro Dorado, vicepresidente global de energía de Alcoa: «Este plan ofrece un futuro, para Alcoa San Cibrao y los trabajadores»
ECONOMÍA
El directivo de la multinacional del aluminio explica el preacuerdo con Ignis
21 oct 2024 . Actualizado a las 09:02 h.Vicepresidente global de Energía y referente directivo más inmediato que tienen los trabajadores de Alcoa en España, Álvaro Dorado Baselga explica a La Voz los pormenores del preacuerdo con la energética Ignis Equity Holdings anunciado esta semana por la compañía. El plan para inyectar fondos al complejo industrial de San Cibrao incluye una aportación de 25 millones de euros por parte del nuevo socio de la multinacional, que obtendría a cambio una participación del 25 %. Ambas empresas se abren también a realizar inversiones adicionales para financiar las operaciones en un documento que todavía está en negociación y en el que se fijan deberes para Administraciones y sindicatos. De no haber concreción, la aluminera advierte de un agotamiento de los fondos y de «decisiones difíciles», en palabras de su presidente, Bill Oplinger.
—¿Qué representa para el complejo industrial de San Cibrao este plan anunciado?
—Este es el resultado de la tentativa de vender la planta. Han sido años de muchas pérdidas y tenemos problemas estructurales. A finales del 2023 explicamos a todas las partes implicadas que tocaba sentarnos juntos y buscar soluciones. En el marco del proceso de venta no hemos podido encontrar una oferta viable para el cien por cien de las operaciones, pero sí se nos ha mostrado una posibilidad de asociación con este socio energético. Tenemos sobre la mesa una oportunidad de futuro para la factoría de San Cibrao y sus trabajadores, en la que dos empresas que se complementan bien pueden concretar una hoja de ruta para el futuro, aportando cada parte una determinada cantidad para pasar tres años que tenemos por delante y que van a ser duros desde el punto de vista financiero.
—Alcoa supedita este preacuerdo a una serie de requisitos y fija un plazo corto para su cumplimiento.
—Esta asociación se llevará a cabo una vez veamos movimiento de todos los actores implicados. Necesitamos compromisos en todas estas cuestiones antes de final de año, cuando prevemos que se acabarán los fondos. Si se cumplen todos estos condicionantes, los socios invertirán y podremos arrancar la planta de aluminio primario en el 2025, empezando en abril. Además, tendríamos una operación estable de la refinería de alúmina y un proyecto de recrecido del depósito de barros rojos que nos llevarían, en conjunto, a la normalidad, también en torno a la intensidad laboral, directa e indirecta. Eso no significa que creamos que la viabilidad de San Cibrao esté asegurada. Pero creemos que puede haberla en el 2028 y para ello debemos trabajar estos tres años.
—Alcoa prevé que en el 2028 baje el precio energético. ¿Pero, y hasta entonces?
—De conseguir el hito prioritario a corto plazo, tendríamos lo que llamamos tres años de recuperación, entre el 2025 y el 2027, operando con normalidad: un puente para la viabilidad de la planta.
—Una de sus reclamaciones es la autorización para ampliar el depósito de residuos de la refinería de alúmina, alargando su vida útil hasta el 2027. Pocas horas después de conocerse el plan con Ignis EQT, la Xunta anunció que tiene DIA favorable.
—Hemos visto, en primer lugar, que las Administraciones han valorado este plan con Ignis. Es positivo ver cómo la Xunta se ha movido rápido y ha aprobado la declaración de impacto ambiental de la ampliación de la balsa de lodos. No es definitivo para la autorización, pero sí un paso adelante, importante y necesario.
—Al Gobierno le reclaman autorizar los parques eólicos vinculados al complejo industrial. ¿Cuál es la situación en este ámbito?
—En el 2022 firmamos contratos de suministro con Endesa y Greenalia, que suponían aproximadamente el 75 % de las necesidades energéticas de la planta. Además, con la previsión de tener esa energía potencialmente entregada desde finales de este año. Nos hemos encontrado con que, debido a los retrasos en la tramitación de los permisos de los parques eólicos y a los recursos presentados por ecologistas, no tenemos certidumbre ni sobre cuándo se va a entregar esa energía ni sobre en qué volumen se va a suministrar. Sobre el cuándo: nos tememos que será, como muy temprano, en el 2028. Ese retraso impacta de forma radical en los planes marcados en el 2021, y es uno de los motivos por los que llamamos a los actores a sentarse para encontrar soluciones. Pedimos al Gobierno agilidad y estamos en conversaciones con Endesa para ver qué solución podemos encontrar.
«Sin elevar al tope el CO2 indirecto a medio plazo no habrá electrointensivas»
Otro de los condicionantes a los que Alcoa supedita su preacuerdo con Ignis Equity Holdings, y que apela directamente al Gobierno de España, es reforzar el apoyo económico público al complejo industrial cervense.
—Alcoa reclama elevar la cantidad percibida del Estado en compensaciones por emisiones indirectas de CO2.
—Lo que puede dar vida a la planta es un coste de la energía competitivo. Es primordial para la viabilidad de la planta maximizar el CO2 indirecto al tope permitido por la Comisión Europea, y hacerlo cierto, dar certidumbre. Operamos en un mercado global y vendemos una commodity, por lo que hay muchas regiones con un precio de la energía más bajo. Si se quiere industria electrointensiva, el marco energético debe ser un asunto de Estado. Esta no es una cuestión exclusiva de Alcoa, aunque sí es cierto que somos la empresa más electrointensiva.
—El presidente de Alcoa, Bill Oplinger, ha concretado en una conferencia con analistas lo que demanda al Gobierno: 80 millones de dólares. Es el dinero dejado de percibir en esa materia, argumenta, entre el 2018 y el 2021.
—Hay una serie de procedimientos administrativos que tenemos en curso, relativos a ese período. Pedimos al Gobierno flexibilidad en este punto. Pero lo más importante es lo que va a pasar con el CO2 indirecto a futuro. Es crítico que se puedan tener garantías por parte del Gobierno de que va a maximizarse y de que va a ser lo más cierto posible en el medio plazo.
«El horno de cocción no es esencial y queremos aplazarlo al 2028»
Otro de los requisitos que pide Alcoa es «flexibilidad» a los trabajadores para que accedan a rebajar los compromisos de inversión del acuerdo de viabilidad firmado en el 2021 —por el que se pararon las cubas de la planta de aluminio a cambio de mantener los empleos, realizar reformas y arrancar de nuevo al cien por cien la fábrica—. En el 2023 se modificó el pacto, dando más tiempo a la multinacional para cumplir lo firmado.
—De todas esas inversiones, la más importante es el horno de cocción de ánodos. Los sindicatos lo ven imprescindible para el futuro del complejo industrial y también como garantía de empleo en las empresas auxiliares, cuyos contratos con Alcoa expiran a final de año. ¿Cuál es el planteamiento?
—El planteamiento de base es que la competitividad de la planta no depende del horno de cocción de ánodos, sino del coste eléctrico. Esta inversión no es esencial para la viabilidad del complejo industrial. Hay otras fábricas de aluminio primario que operan sin este elemento, comprando ánodos externamente. Partamos de ese punto. Es fundamental que los trabajadores entiendan que no tiene sentido invertir ese capital en un período en el que las necesidades de caja van a ser muy intensas.
—¿Qué proposición hará entonces Alcoa a la plantilla?
—Proponemos un retraso del proyecto hasta el año 2028, en el que esperamos que la planta empiece a generar retorno positivo. Arrancaremos la fábrica de aluminio con ánodos comprados. Sí estamos abiertos a hablar de cómo retrasar esta inversión o de cómo encontrar proyectos alternativos que pueden generar incluso más valor añadido.
—Fija el 2028 para retomar el proyecto, pero el horno está presupuestado en unos cien millones de dólares y su construcción requiere de dos años.
—Los detalles forman parte de las conversaciones que mantendremos con los trabajadores. Lo importante es que lo que da vida a la planta no son las inversiones, sino la competitividad del coste eléctrico. Las Administraciones lo entienden y, si se le explica bien, la plantilla también lo entenderá.
—Otra de las reclamaciones al personal es el acceso a un fondo con dinero restringido para las inversiones. La crisis de San Cibrao es larga, con un ERE anulado en los tribunales y un acuerdo ya modificado y que Alcoa quiere de nuevo reformular. El comité acusa a Alcoa de firmar pactos a sabiendas de que no iba a cumplir. ¿Cómo apela la empresa en este contexto a los trabajadores?
—Hemos logrado pasar la mayor crisis energética de este país sin un solo despido y manteniendo a las empresas contratistas. Pero estamos ante un colapso financiero y quisiera que los trabajadores valorasen en su justa medida esta hoja de ruta de futuro. Tenemos que remar juntos para salvar esta situación comprometida.