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El Bundesbank ha revisado «bruscamente a la baja» sus proyecciones económicas y advierte que, en el contexto actual, existe un gran riesgo de un crecimiento «aún más débil» y de una mayor inflación
13 dic 2024 . Actualizado a las 12:01 h.El Bundesbank, el banco central de Alemania, ha revisado «bruscamente a la baja» sus proyecciones económicas para el país hasta el 2026 y ahora prevé que el PIB se contraiga un 0,2 % en el 2024, frente al crecimiento del 0,3 % que pronosticaba el pasado junio. El organismo también recortó en nueve décimas el crecimiento económico previsto para el 2025, hasta el 0,2 %, y en seis décimas el del 2026, hasta el 0,8 %, al tiempo que situó en el 0,9 % el del 2027, según informó este viernes en un comunicado.
«En general, la perspectiva de crecimiento se ha revisado bruscamente a la baja durante todo el horizonte del pronóstico en comparación con la previsión de junio para Alemania», señaló el organismo. El presidente de la institución, Joachim Nagel, explicó que la economía alemana no solo está haciendo frente a «persistentes vientos en contra», sino también a problemas estructurales, que están afectando al sector industrial en particular, así como a las exportaciones e inversiones.
«El mercado laboral también está respondiendo ahora notablemente a la prolongada debilidad de la actividad económica», afirmó Nagel, quien añadió que esto estaba pesando sobre el consumo privado, el cual, pese a lo que se pensaba anteriormente, no está actuando como motor de la recuperación económica.
En este contexto, los expertos del Bundesbank prevén solo un repunte gradual en las exportaciones y suponen que, tras un nuevo retraso, la inversión empresarial también volverá a aumentar. Por su parte, el gasto de los consumidores aumentará inicialmente solo de forma gradual debido al enfriamiento temporal del mercado laboral y al descenso del crecimiento salarial.
La inflación alcanza el objetivo
Junto con el crecimiento económico, el Bundesbank revisó a la baja sus previsiones de inflación para Alemania en los próximos años y ahora considera que los precios subirán un 2,5 % en el 2024 en el país, tres décimas menos que en junio. Además, la inflación descenderá hasta el 2,4 % interanual en el 2025, lo que supone tres décimas menos que en junio, y caerá hasta el 2,1 % en el 2026, una décima menos que en el anterior pronóstico.
«A partir del 2026, sin embargo, la inflación en Alemania retornará gradualmente al 2 %», afirmó Nagel, quien explicó que esto ocurrirá debido al anterior endurecimiento de la política monetaria y a la disminución del aumento de los salarios. La inflación en Alemania se situará por debajo del objetivo del 2 % del Banco Central Europeo (BCE) en el 2027, cuando será del 1,9 %, según las previsiones del Bundesbank.
En el caso de la inflación subyacente —aquella que excluye los volátiles precios de la energía y los alimentos—, el organismo aumentó en dos décimas su previsión para 2024, hasta el 3,3 %; mientras que recortó en una décima la de 2025, hasta el 2,4 %; y en cuatro la de 2026, hasta el 1,9 %. Para el 2027, el Bundesbank espera que la inflación subyacente repunte y se sitúe en el 2 %.
Con respecto al déficit público, el Bundesbank prevé que disminuya ligeramente del 2,6 % en el 2023 al 2,3 % en el 2027, gracias al fin de las ayudas por la crisis energética, lo que compensará el fuerte aumento del gasto en ámbitos como la seguridad social, la defensa y los intereses. El ratio de deuda caerá en Alemania hasta el 61,7 %, frente al 62,9 % del 2023.
Un período de gran incertidumbre
Al igual que hiciera el pasado jueves la presidenta del BCE, Christine Lagarde, durante la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno, Nagel alertó este viernes de la incertidumbre actual, en especial, ante el posible aumento del proteccionismo global por la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca.
«También hay incertidumbre en torno a los conflictos geopolíticos, el impacto de los cambios estructurales y la orientación de la futura política fiscal y económica tras las elecciones al Bundestag de febrero», afirmó el máximo responsable de la política monetaria en Alemania. En este contexto, consideró que los riesgos que prevalecen en la actualidad son los de un crecimiento económico «aún más débil» y una mayor inflación.