«El liocel es una fibra renovable, de base natural y biodegradable»

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

LA VOZ

Gabriel Sousa y Braz Costa, directivos de Altri, apuestan por el recurso forestal como materia prima para el sector textil

19 dic 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Para confeccionar una prenda de ropa se necesitan materiales. Los más frecuentes, los de mayor uso, son los sintéticos —como el poliéster—, o los de base natural, entre los que se encuentran el algodón y la lana. En la actualidad, «el 70 % de todas las fibras utilizadas para los textiles son sintéticas. El algodón tiene un 20 % de utilización, pero su crecimiento es muy limitado por cuestiones de cultivo y de productividad». ¿La alternativa? «Producir otras fibras complementarias que puedan sustituirlas», explicó el director de Innovación de Altri, Gabriel Sousa, en el marco de una entrevista en la que también participó Braz Costa, director general del Centro de Tecnológico del Textil y el Vestuario de Portugal (Citeve) y administrador ejecutivo del Centro de Nanotecnología y Materiales Avanzados (Centi). Costa fue el encargado de analizar la situación actual de la industria textil y los desafíos de futuro que tendrá que enfrentar.

—Una de las aplicaciones de la celulosa en el textil, dentro del proyecto Gama, tiene como resultado el liocel. Si nos fijamos en su producción, ¿cuál es la gran diferencia con respecto al papel?

—[Gabriel Sousa] La base es forestal. Tenemos que tener bosques, una fuente muy rica de árboles con una concentración buena de celulosa. La primera etapa puede ser similar porque tenemos que extraer la celulosa, pero, a partir de ahí, los procesos ya no tienen nada que ver. El papel utiliza las fibras de madera para hacer los diferentes tipos de papel. En el caso del liocel, estamos hablando de una conversión tecnológica mucho más avanzada. Necesitamos una tecnología que nos permita deconstruir la molécula de los árboles para reconstruir una fibra de base natural.

—En Portugal, ¿qué experiencia tiene Altri en la producción de ese material?

—[G. S.] Tenemos tres fábricas de base celulósica en Portugal. Desde el 2014, producimos pastas fibrosas para la fabricación de textiles. Nosotros no producimos todavía liocel, pero vendemos la materia prima que va a ser utilizada para producción por parte de nuestros clientes. En este caso, en Asia. En este momento, tenemos los conocimientos de la química de la celulosa y de los procesos para producir las fibras textiles. Además, hace seis años hemos iniciado una colaboración con el Centro Tecnológico del Textil y del Vestuario de Portugal y con el Centro de Nanotecnología y Materiales Avanzados. Nos hemos marcado el objetivo estratégico de conectar dos industrias muy importantes en Portugal como son la industria forestal, que es la nuestra, con la industria de bases textiles que existe en Portugal. Todo eso para tener los conocimientos, la tecnología y la ciencia que es necesaria para convertir nuestras materias primas en liocel y en otras fibras textiles más avanzadas.

—Si comparamos el liocel con las fibras naturales y sintéticas, ¿con qué diferencias nos encontraríamos?

—[G. S.] El liocel es una fibra renovable, de base natural y biodegradable. Esto creo que es un punto muy importante. Se ha hablado mucho de los problemas de los microplásticos que existen en este momento. Y, en este caso, el liocel es una fibra que proviene de materiales renovables, naturales y que puede ser biodegradable y reducir su impacto en el medio ambiente. Ese es un punto muy importante. Además de todo eso, como fibra tiene algunas diferencias. Es un material más transpirable, tiene buena resistencia mecánica, también más suavidad y unas características técnicas que pueden reemplazar muy bien a las fibras de algodón. Además, puede ser utilizada para la ropa o mezclada con otros tipos de fibras porque tiene muchos desarrollos. A ese respecto, estamos trabajando para que se pueda utilizar en textiles técnicos, con aplicaciones más funcionales, propiedades antibacterianas y otras que puedan añadir más valor al producto.

—Si hablamos en términos de sostenibilidad e impacto medioambiental, ¿cuál es la huella que deja la industria de la moda?

—[Braz Costa] Genera un impacto muy grande en la naturaleza. Ahora estamos viviendo un huracán muy grande porque la Comisión Europea ha decidido apostar por leyes nuevas que eviten ese impacto negativo que tiene el textil en la naturaleza. Una de las iniciativas es la creación del pasaporte digital de producto, un carné de cada prenda que incluya información relativa a la cantidad de agua que se utiliza para su producción, las emisiones de CO2 o la utilización de químicos. La producción de los productos textiles ha sido desarrollada sobre el petróleo, las fibras de poliéster son muy utilizadas porque son muy baratas, pero tienen un origen fósil y, por lo tanto, hay que evitarlas. Y para que haya prendas para todo el mundo, habrá que encontrar alternativas. Y la fibra natural de algodón no es una alternativa posible porque estamos en el límite. Casi la totalidad de las fibras utilizadas en el mundo están producidas en Asia y eso es un problema, como se evidenció en la pandemia con la gestión de las mascarillas.

—¿Qué alternativas propondría?

—[B. C.] El reto es el de encontrar fórmulas alternativas de producción de materia prima, a nivel de fibras, pero también de químicos. Hay que mirar hacia las materias primas que tenemos cerca como son los recursos forestales. Y en eso hay que trabajar para que Europa, y especialmente España y Portugal, pueda ser autónoma en la producción. Es la única forma que tenemos para producir en gran cantidad porque solamente las tecnologías de la celulosa regenerada pueden producir en una larga escala. El algodón necesita de pesticidas, mientras que el liocel se hace con madera que no necesita de ese tipo de productos químico. Y esa es una gran diferencia. En nuestros laboratorios analizamos muchas prendas y se evidencia que estamos importando mucho veneno a Europa. Utilizando fibras de celulosa regenerada, podemos llevar a cabo procesos de transformación con un 80 % menos de agua y con un 80 % menos de producto químico para obtener el color.

«Con la celulosa tenemos una gran oportunidad para evitar las fuentes de petróleo»

«Portugal es un país muy pequeño, pero produce 220.000 toneladas de residuos textiles al año. Imagina en España y en toda Europa», alertó Costa al hablar de uno de los grandes desafíos del sector: el del reciclaje.

—¿Qué soluciones plantearía?

—[B. C.] Las prendas han sido desarrolladas sin pensar en el momento del reciclaje, pero nace el ecodesign, el diseñar una prenda pensando en el fin de su vida. Tenemos una gran oportunidad para evitar las fuentes de petróleo y la celulosa es muy interesante porque podremos producir fibras con características muy parecidas con la lana, el algodón o la viscosa. Altri está invirtiendo en la producción, a partir de madera, pero se puede hacer también de biomasa. Tenemos miles de millones de toneladas de textiles en el mundo que se tienen que reciclar de alguna forma y todos los centros de investigación en el mundo están trabajando arduamente en esa línea.

—Sostienen que Galicia está en una posición privilegiada para situarse en la vanguardia de ambos sectores.

—[G. S.] Uno de los últimos clústeres textiles de Europa se ubica en la zona de norte de Portugal y queremos añadir a Galicia. Tenemos los bosques, la madera de eucalipto que es una fuente muy importante. La industria forestal es muy fuerte en España y Portugal y la textil también. La base es buena, pero hay que traer conocimientos, tecnología e inversiones para producir los materiales que ahora produce Asia.

—¿Como sería la planta que proyectan en Palas de Rei?

—[G. S.] La planta va a tener un componente de conversión de madera, de los bosques de Galicia, producida de forma sostenible y certificada, que es un punto esencial y que nos diferencia de otras regiones del mundo. Por un lado, estará la conversión de madera en pasta celulósica y habrá otra planta para producir 60.000 toneladas de liocel. Es el inicio de algo más grande que queremos traer en el futuro con el reciclaje como uno de los retos.

—Miles de personas salieron a la calle el domingo para mostrar su oposición a esa iniciativa. ¿Cómo lo valoran?

—[G. S.] Las personas son libres de manifestar su punto de vista, pero nosotros debemos añadir información para que conozcan el proyecto. Uno de nuestros principios básicos es el de la sostenibilidad, con una materia prima renovable, biodegradable y producida de forma sostenible. Es lo que trataremos de traer a Galicia.

Gabriel Sousa es Director de Innovación de ALTRI Braz Costa es Director General del centro tecnológico del textil de Portugal (Citeve)