El 48 % de los gallegos recortaron gastos para afrontar el alto coste de la vida
ECONOMÍA
Uno de cada seis ciudadanos prescindió de alimentos que antes compraba
26 dic 2024 . Actualizado a las 05:00 h.La subida de precios ha empezado a mostrar síntomas de desaceleración a lo largo del 2024, después de tres años con los niveles de inflación desbocados, pero los efectos todavía no se han trasladado plenamente a las familias. Así lo refleja el barómetro trimestral elaborado por Sondaxe para La Voz de Galicia, que refleja que el 48,2 % de los gallegos han tenido que reducir algún tipo de gasto, ya sea alimentario o de otra naturaleza, para hacer frente al incremento del coste de la vida.
De acuerdo con el estudio, el 16,3 % de los entrevistados (uno de cada seis) se vieron en la necesidad de tener que reducir su presupuesto para la compra de alimentos y se eleva al 42,2 % la proporción que aplicó las tijeras en otro tipo de gastos diferentes a los conforman la cesta de productos alimenticios. Entre estos porcentajes hay vasos comunicantes, con personas que se han apretado el cinturón en ambas categorías, y el resultado es que el 48,2 % —casi la mitad de los entrevistados— admiten que han tenido que dejar de comprar algo que adquirían habitualmente.
Aunque el incremento de los precios ha perdido peso relativo entre las principales preocupaciones de los gallegos —en enero de este año era el principal problema para el 11,4 % de los ciudadanos y ahora lo es para el 6,4 %—, todavía sigue siendo una complicación importante para uno de cada cuatro gallegos, ya que el 22,7 % del total se vieron en la tesitura de tener que echar mano de sus ahorros para poder afrontar el aumento de los costes de vida. Además, el 5 % de la población ha tenido que endeudarse por la misma razón, proporción que baja ligeramente respecto al pasado mes de enero, cuando era el 6,6 %.
Los hombres se endeudan más
Atendiendo al género, las mujeres han recortado más que los hombres los gastos en alimentos para enfrentarse al alza del IPC, el 17,7 % frente al 14,6 %. Las mujeres también redujeron más las compras de productos no alimentarios —lo hicieron 43,3 % de ellas frente al 40,9 % de ellos—, y son los hombres los que más han acudido al crédito o al endeudamiento: el 5,3 % frente al 4,8 % de las mujeres.
Al reparar en las edades de los ciudadanos, es el grupo de entre 45 y 64 años los que más utilizaron este recurso de recortar el gasto en comida (17,9 %), mientras que los que tienen entre 18 y 29 años son los que menos se han contenido en este sentido (13,9 %). Ahora bien, este tramo de edad, que incluye a la población más joven, es el que más desembolso redujo en productos no alimentarios —lo hicieron el 52 %— y son también los que más se han tenido que endeudar (el 14 %, frente al 5 % de media) y también los que más mano echaron de sus ahorros por el aumento de los costes de la vida, hasta el 31,1 %, un recurso que en el caso de los mayores de 65 años desciende a más de la mitad: el 12,9 %.
Excepción de Ourense
Por provincias, tanto en A Coruña, como en Lugo y en Pontevedra recortaron gastos en alimentación por encima de la media gallega, entre un 17,1 y un 17,5 %, mientras que entre los ourensanos solo el 8,2 % tuvieron que ahorrar en la cesta de la compra. La de Ourense es también la provincia donde menos han recortado en gastos no alimentarios y donde menos han tenido que tirar de ahorros o del endeudamiento para mantener su nivel de vida. Coincide, además, que Ourense es donde menor percepción hay de que la inflación es el principal problema social. Lo consideran así solo el 3,9 % de los ciudadanos de la provincia, proporción que en A Coruña escala al 8,3 %, casi dos puntos por encima de la media gallega.
Si se tiene en cuenta la ocupación, son las personas dedicadas a labores del hogar (25,2 %) y los parados (22 %) los que más recortaron en la cesta de la compra, y los pensionistas (13,2 %) y los estudiantes (10,6 %), los que menos. Los trabajadores autónomos, a su vez, son los que más han echado mano de los ahorros (33,3 %) para poder sortear el incremento de los precios.
Los salarios crecieron igual o más que el IPC para el 47,3 % de los trabajadores
Una de las cuestiones que se incluyó en el barómetro trimestral elaborado por el instituto demoscópico Sondaxe para La Voz de Galicia es el impacto que ha tenido el aumento del coste de la vida en los salarios que perciben los trabajadores. Y no de todos, sino únicamente los de las empresas privadas, pues el incremento retributivo en el sector público viene marcado por el Consejo de Ministros, que decidió subir un 2 % el sueldo de los empleados públicos para este 2024, con posibilidad de fijar un incremento adicional del 0,5 %.
De acuerdo con el estudio, el 47,3 % de los trabajadores de la empresa privada se beneficiaron este año de incrementos salariales en línea con el índice de precios al consumo (IPC) —en España se situó en el 3,5 % al cierre del 2023— o bien por encima de esta umbral.
El 14,9 % de los trabajadores se beneficiaron de actualizaciones retributivas superiores al incremento de los precios, mientras que el aumento de las retribuciones fue parejo a la evolución del IPC para el 32,4 % de los empleados en el sector privado.
El 36,6 % cobran lo mismo
Poco más de uno de cada diez trabajadores, el 12,8 % del total, admiten haber visto incrementado su salario este 2024, pero por debajo del nivel del IPC, mientras que el 36,6 % de los empleados del sector privado siguen cobrando lo mismo, ya que su salario no experimentó variaciones pese al incremento del coste del a vida.
Atendiendo al género, los hombres se beneficiaron más que las mujeres de los incrementos retributivos. El 35,6 % de ellos vieron subir su salario en línea con el IPC, proporción que en las mujeres es del 29,1 %. Además, el 14,6 % de las trabajadores recibieron un incremento por encima del IPC, que en el caso de los hombres fue el 15,3 %.
Por grupos de edad, son los trabajadores de 65 años o más los que recibieron el mayor incremento —el 24,6 % vieron crecer su sueldo por encima del IPC—, en tanto el 54,6 % de los que tienen entre 18 a 29 años cobran lo mismo, proporción que en el tramo de 30 a 44 años baja al 37,4 %.