Un siglo de historia de Telefónica: de las chicas del cable a un gigante de las telecomunicaciones

Sara Cabrero
S. Cabrero REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

La empresa ha sido partícipe de los principales cambios que ha experimentado la economía y la sociedad del país en los últimos cien años

20 ene 2025 . Actualizado a las 12:21 h.

Del cobre a la fibra. De las cabinas a los smartphones. De las chicas del cable a afrontar un futuro incierto de la mano de la inteligencia artificial y una nueva revolución tecnológica. Poco queda ya del negocio que arrancó Telefónica hace un siglo. Paradigma de la evolución, la que ya se ha convertido en una de las empresas más emblemáticas del país, ha sabido adaptarse a los tiempos y transformar su estrategia al mismo compás que los embistes de un tiempo convulso y de grandes cambios. La historia de la compañía arranca en 1924, bajo el nombre de Compañía Telefónica Nacional de España (CTNE), designación con la que da el pistoletazo de salida el proyecto de la compañía estadounidense ITT y un grupo de inversores españoles como el Banco Urquijo y el Hispanoamericano. De la mano del cobre y de los cables submarinos, la empresa comienza a expandir la telefonía por todo el país, logrando situar a España a la cabeza de Europa.

Quince años después de su fundación, el Estado franquista nacionaliza la empresa y se hace con el 79,6 % de las acciones, un porcentaje que acabaría diluyéndose a finales de la década de los 60 como consecuencia de una ampliación de capital. Testigo privilegiado de los cambios políticos y económicos del país, Telefónica vive por aquel entonces una época complicada a causa de la guerra civil española y la consiguiente reconstrucción de todo el país, unas circunstancias a las que no fue ajena y que acabaron frenando su crecimiento.

Pero Telefónica vuelve a demostrar que tiene vocación de crecimiento y que la resiliencia forma parte de su ADN. Tras años convulsos, aupada por el desarrollismo del país, la teleco coge carrerilla y comienza a alcanzar cifras que muestran su músculo: en 1955 logra el millón de teléfonos instalados y, en aquella década, se convierte en el primer empleador del país, con una plantilla que rebasa los 17.000 trabajadores.

Los 60 traen consigo las míticas cabinas, símbolo de la conectividad en España durante varias décadas; y, en esa época Telefónica logra que el nombre de Matilde gane enteros en la cultura popular. Bajo la dirección de Antonio Barrera de Irimo, el equipo de publicidad de la empresa tira de ingenio y contrata al actor José Luis López Vázquez para protagonizar un anuncio que trate de convencer a sus conciudadanos de la oportunidad que supone la compra de acciones de la compañía. En aquel mítico spot —que formará parte de la historia de España—, el intérprete charla con una mujer llamada Matilde a la que apela: «¡Matilde, Matilde, que he comprado telefónicas!». Matilde no solo rebautizó a los títulos de la firma, sino que, además, convenció a muchos. Entre 1965 y 1973, el capital del gigante se multiplicó por cuatro hasta alcanzar los 85.000 millones de pesetas. Un milagro que se obró, en parte, por la rentabilidad de unos títulos que incluso llegaron a ser más apetitosos que la deuda pública.

Los 70 también traen buenas noticias debajo del brazo y España consigue, de la mano de la empresa, convertirse en líder mundial en redes de conmutación. Y los 80 marcan el inicio de la aventura internacional de Telefónica. El 12 de junio de 1987, cruza el charco y 54 millones de acciones pisan el parqué de Wall Street para negociarse en una de las grandes mecas del dinero de todo el mundo. Logra así convertirse en la primera empresa española en hacerlo. Los 90 pasarán a la historia como los años de la privatización: en 1997, con Juan Villalonga en la presidencia y Aznar en el Gobierno, el Estado sale por completo del capital y Telefónica culmina su privatización, una circunstancia que sí tendría vuelta atrás 25 años después, con el regreso del Estado al capital (en el año 2023) de la mano del Ejecutivo de Pedro Sánchez, que hace su incursión para tratar de poner coto a la irrupción de Saudí Telecom en una empresa a la que su historia avala como más que estratégica para la sociedad patria. 

Al albur del nuevo siglo, bajo el mandato de César Alierta, se convierte en la cuarta empresa del sector más valiosa del mundo. Auspiciado por las cifras, el presidente impulsa la expansión internacional, una estrategia que acaba provocando un importante agujero en sus cuentas: la deuda del grupo alcanza los 53.000 millones de euros, un monto que, durante su mandato, José María Álvarez-Pallete logró reducir hasta los 27.350 millones. Pallete no solo logró recortar los números rojos, también avanzó en la transformación del gigante. Telefónica comenzó a desplegar su red de fibra, digitalizando no solo la estrategia de la empresa, sino la de toda España.

Telefónica vuelve a escribir ahora un capítulo convulso y lleno de cambios en el que tendrá que demostrar, una vez más, que tiene músculo para adaptarse a un contexto agitado y a un sector que, una vez más, afronta una transformación total.