El relevo en Telefónica, un seísmo que se gestó con el beneplácito de "la Caixa"

clara alba MADRID / COLPISA

ECONOMÍA

A la izquierda, Marc Murtra, nuevo presidente de Telefónica. A la derecha, José María Álvarez-Pallete, que estuvo al frente de la operadora desde abril del 2016 tras la marcha de César Alierta
A la izquierda, Marc Murtra, nuevo presidente de Telefónica. A la derecha, José María Álvarez-Pallete, que estuvo al frente de la operadora desde abril del 2016 tras la marcha de César Alierta

Criteria, con un 9,99 % del capital, avaló un cambio que sabía que llegaría

20 ene 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

El terremoto que este fin de semana ha terminado con la salida de José María Álvarez-Pallete de Telefónica y el nombramiento de Marc Murtra como nuevo presidente de la operadora ha vuelto a poner sobre la mesa el papel clave de Criteria en el entramado empresarial español. Y también la importancia para el Gobierno de entenderse con el holding que gestiona el patrimonio de la Fundación "la Caixa" para abordar este tipo de asuntos. La reunión del viernes en la que el secretario de Estado de Asuntos Económicos, Manuel de la Rocha, comunicó a Álvarez-Pallete la decisión, contó también con representación de Criteria, como uno de los principales accionistas de Telefónica con un 9,99 % del capital.

Con ese peso, el apoyo de la entidad a la salida de Pallete y al nombramiento de Murtra resultaba clave para el Ejecutivo. Fuentes conocedoras indican que Criteria habría trabajado para que el movimiento se produjese de la mejor manera posible para el ya exdirectivo, que llevaba casi nueve años al frente de Telefónica. «No impulsaron su salida, pero no se opusieron», apuntan las fuentes consultadas. Cabe recordar además que Marc Murtra es afín y patrono de la Fundación "la Caixa", presidida por Isidro Fainé, quien a su vez es vicepresidente de Telefónica. Esa «no oposición» de Criteria llega tras un período en el que los movimientos accionariales en la teleco han sido muy relevantes. Criteria ya fue un actor clave cuando elevó su participación en Telefónica el pasado año, con el Estado alcanzando un 10 % en mayo y equilibrando así los poderes frente al desembarco de Saudi Telecom Company (STC) en la empresa.

Todos sabían que este seísmo accionarial traería, irremediablemente, cambios en la estructura administrativa de la empresa. Pero la sorpresa ha sido la inmediatez con la que se han producido, frente a la idea del mercado que apuntaba a la próxima junta de accionistas de abril para llevarlos a cabo. Así, y con STC y el Estado en el capital, "la Caixa" decidió no poner trabas a la voluntad del Gobierno, dando vía libre a unos cambios que la entidad sabía que llegarían antes o después. No querían complicar la vida al Ejecutivo, sobre todo teniendo en cuenta que, al fin y al cabo, Murtra es del agrado tanto de la SEPI como de Fainé.

La actuación de Criteria ocurre en un momento en el que, tras la llegada de Ángel Simón como consejero delegado, la entidad ha reactivado su papel como inversor de referencia en grandes cotizadas del país, donde ahora puede ejercer mayor influencia.

Más allá de Telefónica y la propia CaixaBank (donde la Fundación "la Caixa" cuenta con un 31,2 % del capital), la entidad está presente en Naturgy, con un 26,7 %. En la gasista ha vivido ya un intento frustrado de opa por parte del grupo emiratí Taqa. Y sigue buscando soluciones para dar salida a los grandes fondos presentes en el capital de la empresa (BlackRock y CVC).

El pasado año, Criteria también anunció su regreso a Colonial con la compra de un 3 % y el objetivo de aumentar esa participación hasta el 17 %, con derecho a dos miembros en el consejo de administración de la inmobiliaria. En mayo aprovechó la salida a Bolsa de la firma de cosmética Puig para entrar con un 3 % en el capital de esta empresa. Y otra de sus operaciones más relevantes fue la compra del 9,4 % de ACS, la constructora presidida por Florentino Pérez.

El largo brazo inversor del Gobierno en el Ibex a través de la SEPI y Hacienda

La Moncloa tiene influencia en los grandes sectores económicos del país. Transporte, industria, energía y gran banca están bajo el escrutinio del Gobierno: unos de forma directa, con sillones en la mesa de toma decisiones, y otros como accionistas minoritarios. La Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) es el brazo inversor del Estado que desde 1995 trabaja, según sus estatutos, por «rentabilizar las participaciones empresariales y sus operaciones financieras deben atender al interés público».

Correos, Navantia, la agencia de noticias EFE, Hunosa, Sepides oTragsa. De todas ellas, el Gobierno, a través del Ministerio de Hacienda (responsable último de la SEPI), es el accionista mayoritario o, incluso, el único propietario. Pero cada vez más, Moncloa toma posición en empresas del Ibex-35 y en otras cotizadas. «Es un instrumento estratégico en la aplicación de la política diseñada por el Gobierno para el sector público empresarial», señalan los economistas. Telefónica, Indra, Redeira (antigua Red Eléctrica Española), Enagás, Aena e IAG, de Airbus e Hispasat, seis grandes del Ibex a las que se suma, con más del 10 %, una de las principales empresas de alimentación de España, Ebro Foods propietaria de conocidas marcas de arroz como SOS o Brillante, o de pasta como Garofalo.

Al frente de todas esas participaciones se encuentra, recientemente, Javier Castro. Abogado del Estado desde 2013 y licenciado en Derecho, es, desde el día 14, el encargado de gestionar la cartera de participaciones de la SEPI valorada en más de 10.800 millones.

Montero valora la labor de Pallete y dice que «tocaba la renovación»

La vicepresidenta primera del Gobierno, María Jesús Montero, defendió ayer en Sevilla que en Telefónica «tocaba el proceso de renovación» tras los años al frente de la misma de José María Álvarez-Pallete, al que felicitó por su labor. También valoró el «perfil» de «buen gestor» del nuevo presidente ejecutivo de la empresa Marc Murtra. La también ministra de Hacienda defendió los pasos dados por el Gobierno para tener una empresa tecnológica capaz de competir «en un mercado fuerte y muy competitivo» a nivel internacional.

Recordó que Telefónica era una empresa pública que «privatizó» un Ejecutivo del PP y apuntó que Italia y Alemania tienen una gran parte en sus tecnológicas por razones de seguridad nacional.