
El presidente de Estados Unidos anuncia represalias contra quienes fijen impuestos «desproporcionados» a sus multinacionales
07 feb 2025 . Actualizado a las 17:05 h.Donald Trump, flamante presidente de Estados Unidos, ha dado el pistoletazo de salida a su segundo mandato a golpe de decreto. Una cascada de ellos con los que revierte parte del legado de Joe Biden.
Sus primeras medidas apuntan en una dirección clara: revertir el desequilibrio comercial y la competencia desleal de países aliados y rivales internacionales. «En lugar de gravar a nuestros ciudadanos para enriquecer a otros países, aplicaremos aranceles e impuestos a países extranjeros para enriquecer a nuestros ciudadanos», expuso el lunes durante la toma de posesión.
Aranceles
De hecho, Trump no ha esperado ni 24 horas antes de anunciar que impondrá aranceles del 25% a las mercancías importadas de Canadá y México desde el próximo 1 de febrero, dando tiempo así a sus líderes a acatar sus exigencias. Una fecha, por otro lado, que incumple su promesa de introducirlos desde el primer día de mandato. «Seguimos pensando que sería un error si el Ejecutivo estadounidense decide imponer los aranceles. Sería un error en términos del aumento del coste de la vida en Estados Unidos, en términos de empleos en EE.UU, de la seguridad de la cadena de suministro», deslizó el ministro de Finanzas canadiense, Dominic LeBlanc.
En el punto de mira también está China, cuyas autoridades confían en «gestionar de forma apropiada nuestras diferencias» con Trump, quien ya les amenazó con un arancel punitivo del 60%.
¿Qué hay del arancel universal que tanto teme la UE? «Puede que lo hagamos, pero aún no estamos listos para eso», deslizó el magnate.
En cualquier caso, su equipo económico ya ha recibido la orden de investigar las causas que han propiciado los abultados déficits comerciales que tiene Estados Unidos con países como China o Alemania. Además, ha anunciado la creación de la Hacienda de Recaudación Extranjera, una agencia encargada del diseño y el cobro de los aranceles, además de identificar prácticas comerciales desleales y revisar los acuerdos comerciales con potencial de mejora.
Bruselas vigila de cerca los primeros pasos del estadounidense. Y lo hace asumiendo que a la UE le aguardan cuatro largos años de trumpeconomics. Por eso ha empezado a buscar alternativas y nuevos aliados: «Nuestros valores se mantienen, pero para defenderlos en un mundo cambiante, debemos cambiar nuestra forma de actuar. Debemos buscar nuevas oportunidades allí donde surjan. Este es el momento de ir más allá de bloques y tabúes», exclamó este martes la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
Impuestos
Otra de las medidas inmediatas que ha adoptado Trump ha sido la de retirar a su país del acuerdo global para un impuesto mínimo de sociedades del 15%, que acordaron 140 países en el 2020, con el impulso de la OCDE, para asegurarse de que las empresas con una cifra de negocio superior a los 750 millones de euros pagaban una proporción justa de impuestos. Dicha medida quería poner límites a la competencia fiscal a la baja que estaban propiciando algunos países para atraer a sus jurisdicciones las sedes de grandes empresas multinacionales.
«El Acuerdo Fiscal Global de la OCDE, apoyado por la Administración anterior, no solo permite la jurisdicción extraterritorial sobre los ingresos estadounidenses, sino que también limita la capacidad de nuestra nación para promulgar políticas fiscales que sirvan a los intereses de las empresas y los trabajadores estadounidenses», reza la orden del presidente estadounidense, quien zanja: «El Acuerdo Fiscal Global no tiene fuerza ni efecto en los Estados Unidos». De hecho, el Congreso todavía no había ratificado el acuerdo, sellado por el equipo de Joe Biden.
En la práctica, esto supone que algunos Estados norteamericanos como Delaware podrán seguir operando como paraísos fiscales -tiene registradas más empresas que habitantes por sus facilidades para reducir casi a cero el impuesto de sociedades, garantizando el anonimato-. Es un paso atrás en la agenda global trazada para reducir las desigualdades económicas.
A pesar del volantazo fiscal de Trump, el secretario general de la OCDE, Matthias Cormann, manifestó su voluntad de «seguir trabajando con Estados Unidos y con todos los países de la mesa para apoyar una cooperación internacional que ofrezca certidumbre, evite la doble imposición y proteja la base imponible». En la UE, ese impuesto mínimo a las corporaciones del 15% ya entró en vigor el 1 de enero del 2024.
La guerra fiscal ha comenzado y no se queda ahí. Trump ha dado orden de adoptar represalias contra los países que apliquen impuestos «extraterritoriales» o «desproporcionados» sobre las empresas estadounidenses, una medida que podría echar al traste los esfuerzos de la UE por hacer que gigantes como Facebook (Meta), Amazon, Apple o Google paguen a las Haciendas de los países donde facturan.
Energía
«Nuestra era de oro ha comenzado», proclamó Trump, quien también ha decidido dar una nueva vida al petróleo y el gas, que la UE intenta desterrar con un calendario fijo de descarbonización.
El republicano ha decretado la «emergencia nacional energética», una maniobra que le permite revertir de inmediato las restricciones impuestas a la producción fósil, una industria que ha financiado con ingentes volúmenes de dinero su campaña presidencial.
Los yacimientos estadounidenses bombearán crudo más fuerte que nunca con el objetivo, según Trump, de reducir la inflación. «Vamos a volver a ser una nación rica gracias al oro líquido que está bajo nuestro pies», deslizó.
Este golpe de timón supone un jarro de agua fría para las renovables, que tendrán más dificultades para abrirse paso en el mercado, especialmente la eólica marina, denostada por Trump hasta tal punto que ha emitido una orden ejecutiva que suspende de forma temporal los nuevos contratos de arrendamiento de energía eólica marina en las costas estadounidenses para el despliegue de aerogeneradores.
También ha pedido la revisión de las concesiones y contratos extendidos por el Gobierno a proyectos eólicos terrestres. Hasta que no finalice ese análisis, que abarcará el impacto ambiental y el socioeconómico, no se conderán nuevas licencias. En ese proceso de examen quieren identificar «cualquier base legal para su eliminación».
El impacto en España: los valores del Ibex más expuestos a Estados Unidos lideran las caídas
La volatilidad en las bolsas asiáticas se ha expandido este martes por todo el globo. También España se ha contagiado del nerviosismo que ha generado Trump al dar comienzo a su ofensiva comercial. Y eso se está notando especialmente en el Ibex 35, donde los valores más expuestos a la economía norteamericana son los que lideran las caídas bursátiles. El Santander cede un 2%, Acciona un 1,6% y Solaria más de un 1,5%.
El banco liderado por Botín había apostado fuerte por EE.UU. como un centro de crecimiento para su banca de inversión.
Acciona, por su parte, tiene una cartera muy amplia de energía renovable en el país norteamericano. La compañía que preside José Manuel Entrecanales cuenta con un total de 2.800 megavatios (MW) de potencia renovable instalada en el país norteamericano. Las medidas de Trump no solo pone en peligro la rentabilidad de sus inversiones acometidas, también puede forzar a la empresa a rediseñar sus planes a futuro. Estados Unidos es su quinto mercado más grande.
El precio del barril de brent se hunde por debajo de los 80 dólares
El fin de las restricciones energéticas decretado por Trump, que anticipa un aumento de la producción de crudo y gas natural, unido al incierto futuro que le espera al coche eléctrico, después de que el magnate proclamase que acabará con el «mandato del vehículo eléctrico», ha tenido otro efecto directo en el mercado del petróleo.
Ante la expectativa de un aumento de la oferta global de crudo, el precio del barril de brent, el de referencia en Europa, se hunde este martes alrededor de un 2,5% y cotiza ya por debajo de la barrera de los 80 dólares (78,8 dólares), revirtiendo la tendencia al alza de los últimos diez días.