Moeve anuncia una inversión de 600 millones en plantas de biometano en Galicia, Andalucía y Cataluña

Beatriz García Couce
Beatriz Couce REDACCIÓN

ECONOMÍA

Maarten Wetselaar, consejero delegado de Moeve
Maarten Wetselaar, consejero delegado de Moeve Cedida

La antigua Cepsa aspira a liderar una cartera de proyectos en el sector de 4 teravatios a la hora en 2030

30 ene 2025 . Actualizado a las 17:05 h.

La caída del impuesto a las energéticas continúa desbloqueando inversiones en el sector. Moeve -la antigua Cepsa- ha anunciado este jueves que invertirá 600 millones de euros en la construcción de 30 plantas de biometano en el país. Aunque la compañía no concreta aún localizaciones, sitúa a Galicia, Andalucía y Cataluña como las comunidades «con mayor potencial» para acoger las terminales. La materialización de ese programa se llevará a cabo hasta el 2030, en el marco de su objetivo de «promover la economía circular y liderar la transición energética», plasmada en su estrategia Positive Motion.

Moeve aspira a producir biometano a partir de residuos agrícolas y ganaderos, y gestionar una cartera de proyectos de 4 teravatios hora (TWh) en 2030. La producción total, equivalente a la energía suficiente para 568.000 hogares, supondrá la revalorización de 10 millones de toneladas anuales de residuos y evitará la emisión de 728.000 toneladas de dióxido de carbono o CO2 al año, similar a la plantación de 48,5 millones de árboles. 

La intención de la empresa es la de usar ese gas renovable para reducir las emisiones de CO2 de sus parques energéticos y plantas químicas.

Moeve anuncia que, para el desarrollo de las plantas, «está cerrando acuerdos con socios como Kira Ventures y PreZero y negocia nuevas alianzas». En este sentido, la compañía acaba de firmar una alianza con InproEner para impulsar cinco plantas de biometano en España, que espera que estén operativas entre 2028 y 2029. Cada instalación producirá alrededor de 50 GWh al año.

El director de Biocombustibles de Moeve, Matteo Vaglio, aseguró que el biometano es una apuesta clave de la compañía «para descarbonizar nuestra actividad y la de nuestros clientes, ya que permite ser utilizado de inmediato en las industrias y redes de transporte existentes, facilitando así su integración en el mercado energético actual, al tiempo que impulsa el desarrollo económico y social de zonas rurales».

La compañía subraya que las terminales que utilizan este gas renovable «contribuyen al desarrollo económico sostenible del mundo rural, impulsando dos sectores clave para la economía española, como el agrícola y el ganadero». Por otro lado, «son una alternativa sostenible al tratamiento de residuos, ya que permiten revalorizarlos para la producción de energía renovable y para la producción de subproductos como abonos o fertilizantes sostenibles que pueden utilizarse en las tierras de cultivo de la zona».