Regístrate gratis y recibe en tu correo las principales noticias del día

Luz verde ambiental al primer paso del macroalmacén energético de Iberdrola

La Voz REDACCIÓN

ECONOMÍA

Embalse de Cenza, en el río Couselo
Embalse de Cenza, en el río Couselo Santi M. Amil

La Xunta autoriza la prospección geológica previa a la construcción de la que será la mayor central hidroeléctrica reversible del país, en la que la energética prevé invertir 1.500 millones

01 abr 2025 . Actualizado a las 19:13 h.

Luz verde al que será el primer paso del ambicioso proyecto que ha diseñado Iberdrola para construir en Galicia la que será la mayor central hidroeléctrica reversible del país: una planta de bombeo de 1.800 megavatios de potencia —en realidad son dos de 900 cada una— en la que prevé invertir alrededor de 1.500 millones de euros, y que en la práctica actuará como un macroalmacén de energía.

La compañía que preside Ignacio Sánchez Galán tiene ya sobre la mesa la autorización ambiental de la Xunta para llevar cabo la prospección geológica previa al desarrollo del plan. El Diario Oficial de Galicia (DOG) de este martes recogía la luz verde ambiental al proyecto de ejecución de una galería de investigación geológica para el diseño de las cavernas de aprovechamiento hidroeléctrico Conso II, en el concello de Vilariño de Conso, en Ourense. Concluye que no son previsibles efectos adversos significativos sobre el medio ambiente y que, por lo tanto, no se considera necesario someter el proyecto a la evaluación de impacto ambiental ordinaria. «Este informe [...] emítese sen prexuízo da obriga do promotor de obter todas as autorizacións, licenzas, permisos ou informes que resulten legalmente esixibles», precisa la resolución emitida por la Dirección Xeral de Calidade Ambiental e Sostibilidade.

Investigación geológica

Este primer paso del macroproyecto de Iberdrola consiste en la ejecución de una galería de investigación geológica «coa finalidade de ampliar o coñecemento xeolóxico e xeotécnico do macizo onde se situará o complexo» reza la resolución de la Xunta, que subraya que «este tipo de investigacións son imprescindibles nos proxectos que implican grandes escavacións subterráneas [cavernas de gran tamaño para uso hidroeléctrico] e xustificase neste caso particular nas elevadas incertezas xeolóxicas identificadas na análise das campañas de investigación e das modelizacións numéricas levadas a cabo para o cálculo e deseño de solucións técnicas viables». Está previsto que el plazo de ejecución del proyecto para la apertura de la galería de acceso se alargue durante 21 meses, mientras que las investigaciones geológicas se extenderán durante otros tres.

Inicialmente, la empresa diseñó una instalación de 900 megavatios de potencia, pero posteriormente duplicó esa capacidad. Esas dos plantas, que estarán ubicadas en la margen izquierda del ourensano río Conso, entre los embalses de Cenza y Vao, requerirán de una inversión de alrededor de 1.500 millones. La futura central se compondrá de una red de unos 21 kilómetros de túneles, galerías y pozos necesarias para el acceso, evacuación de la energía y circuitos hidráulicos

Las calificadas como gigabaterías se configuran como una pieza indispensable para la transición energética, ya que actúan como auténticas macrodespensas energéticas. Constan de dos embalses, lo que permite consumir energía cuando hay exceso de producción en el país, subiendo el agua desde una presa a otra situada a mayor altura (en este caso, el desnivel es de 700 metros), desde la que la liberan para turbinarla cuando la demanda repunta. Y eso, en una coyuntura que demanda más que nunca sistemas de almacenamiento para cubrir los vaivenes de la producción que originan el mayor peso que tienen las fuentes de generación no gestionables, como el viento y el sol.

 

En la cuenca del Sil, la eléctrica que preside Ignacio Sánchez Galán ya cuenta con otras dos plantas de bombeo, las de Conso y Soutelo; y, con el nuevo proyecto, el enclave ganará peso como eje para el almacenamiento energético en España.

Las previsiones que maneja la compañía energética pasan por que la construcción de la nueva macrodespensa hidroeléctrica implique seis años de trabajos para alrededor de 3.000 empleados. Como la central de Conso, la nueva, bautizada como Conso II, será subterránea.

Por otro lado, ya se encuentra en evaluación ambiental el proyecto para la construcción de la subestación que dará servicio a la futura planta, la de Viana, de 400 kilovatios de potencia. A mediados de septiembre del año pasado, Red Eléctrica había elevado al Ministerio de Transición Ecológica ese proyecto, para ser sometido a ese trámite.

Tal y como figura en el documento publicado este martes, el proyecto generará un gran volumen de movimiento de tierras, que serán depositadas en el vertedero de Sabuguido, un enclave ya existente, que será rehabilitado por Iberdrola mediante restauración ambiental e integración paisajística.

Movimiento de tierras

Explican los técnicos de la Xunta que el movimiento de tierras se realizará a través de la vía principal del núcleo de Vilariño de Conso, por lo que «se deberán prever medidas oportunas para evitar danos e interferencias no tráfico cotián».

Advierten también que las instalaciones soterradas pueden afectar a las aguas subterráneas: «Deberá realizar un estudo hidroxeolóxico na contorna de actuación da obra que permita identificar os posibles impactos no réxime das augas subterráneas e superficiais, avaliando as afeccións e concesións preexistentes e aos réximes de caudais das canles próximas».

Asimismo, los niveles de presión sonora y vibraciones debidos a las obras deberán cumplir con la normativa vigente.