La UE busca seducir a Trump con más compras de gas y productos agrícolas

Olatz Hernández BRUSELAS / COLPISA

ECONOMÍA

OLIVIER HOSLET | EFE

Cree que un desembolso de 50.000 millones allanaría un acuerdo comercial

02 may 2025 . Actualizado a las 19:00 h.

Cuando el pasado 2 de abril, en el llamado Día de la Liberación, Donald Trump mostró una lista de los «aranceles injustos» que imponían ciertos países a los productos estadounidenses —para así justificar las «tarifas recíprocas» de Washington—, hubo algo que llamó la atención de los analistas internacionales. En sus cálculos, la Administración Trump tan solo tomaba como referencia el déficit comercial de Estados Unidos con otros países. Siguiendo esta misma lógica, el jefe negociador de la Unión Europea en materia comercial, Maros Sefcovic, aseguró en una entrevista con el Financial Times que el bloque estaría preparado para cerrar un acuerdo por valor de 50.000 millones de euros con la Casa Blanca y así poner fin a la guerra comercial entre ambas potencias.

El comisario de Comercio apunta que el incremento de compras por parte de la UE de gas natural licuado (GNL) y de productos agrícolas estadounidenses —como granos de soja— resolvería «rápidamente» los «problemas» actuales en la relación entre ambas potencias, ya que servirían para cerrar la brecha en la balanza comercial entre la UE y EE.UU. Con todo, en esta misma entrevista Sefcovic deja claro que el bloque no aceptará que Washington mantenga los aranceles universales del 10 % a los productos europeos, ya que considera que no sería «un acuerdo justo».

La negociación entre ambos bloques ha continuado en persona y por teléfono en las últimas semanas, con contactos entre Sefcovic y el secretario de Comercio estadounidense, Howard Lutnick. En el transcurso de estas conversaciones, el comisario europeo ha observado «cierto progreso» hacia una salida negociada del conflicto comercial. El presidente estadounidense impuso y después pausó los aranceles generales del 20 % a los productos europeos por un plazo de 90 días para dar una oportunidad a las negociaciones, algo que también hizo la UE con sus represalias contra las importaciones procedentes de Estados Unidos, por valor de 21.000 millones y que establecen tarifas de entre el 10 % y el 25 % sobre 1.700 productos norteamericanos, entre ellos los vaqueros Levi's y las motocicletas Harley-Davidson.

Acercamiento de posturas

Sefcovic asegura al Financial Times que tanto Bruselas como Washington empiezan a acercar posturas en cuanto a «las cifras», pero advierte de que «será muy difícil» llegar a un «buen acuerdo y que sea aceptable para los Estados miembros y el Parlamento Europeo». El jefe negociador de la UE señala que las capitales apoyan el diálogo de Bruselas con la Casa Blanca, pero que también respaldan al Ejecutivo comunitario en su preparación de nuevas contramedidas en caso de que no se encuentre una solución. «No será fácil, pero trabajaremos meticulosamente con todos los Estados miembros para dar una respuesta firme, que cuente con el respaldo unánime», concluye.

Por el momento Washington aplica aranceles del 25 % al aluminio, al acero y a los vehículos procedentes de la UE y del 10 % al resto de productos comunitarios, el mismo tipo general que aplica a las importaciones del resto del mundo, salvo China.

China «evalúa» abrir negociaciones para la desescalada

Si lo que esperaba Donald Trump era un gesto público del Gobierno chino para justificar una marcha atrás en su ofensiva arancelaria sin que pareciese una capitulación, Pekín le tendió ayer el guante al asegurar que está «evaluando» la posibilidad de entablar negociaciones comerciales con Estados Unidos, la primera declaración de este tipo desde que el presidente estadounidense declarase la guerra comercial al gigante asiático para equilibrar su balanza comercial.

Claro que si en las últimas semanas han sido varios los altos cargos de la Administración norteamericana que han apostado por la desescalada —el más claro, el secretario del Tesoro, Scott Bessent, que ve «insostenible» el nivel actual de los gravámenes en frontera— y han pedido a China que dé el primer paso, Pekín tampoco quiera dar imagen de debilidad tras haber asegurado que respondería con determinación a cada golpe que llegara de Washington, por lo que atribuyó su cambio de postura a una iniciativa de la Administración Trump. «Recientemente, la parte estadounidense ha transmitido en varias ocasiones, a través de los canales pertinentes, su deseo de iniciar conversaciones con la parte china. Actualmente, China está evaluando esta situación», manifestó el Ministerio de Comercio en un comunicado.

«La posición de China ha sido siempre coherente: si tenemos que pelear, pelearemos hasta el final; si tenemos que hablar, la puerta está abierta», agregó el texto oficial, que insiste en que EE.UU. debe «corregir sus erróneas medidas arancelarias unilaterales», y subrayó que no hacerlo «demostrará una completa falta de sinceridad y dañará aún más la confianza mutua».

Pero China no es el único frente que tiene abierto el Gobierno de Estados Unidos tras haber elevado los aranceles a todos los países del mundo. Ayer mismo, el ministro japonés de Finanzas, Katsunobu Kato, amenazó con usar su posición como mayor tenedor de deuda estadounidense (posee más de un billón de dólares en bonos de EE.UU.) como moneda de cambio en las negociaciones comerciales. Una advertencia que llega después de que los bonos americanos y el dólar experimentaran una aguda caída en los mercados financieros a raíz de la guerra comercial.

Los paquetes con pedidos de poco valor de Shein, Temu o AliExpress ya pagan aranceles en EE.UU.

El Gobierno estadounidense eliminó ayer la exención arancelaria de la que disfrutaban las importaciones de productos procedentes de China y Hong Kong inferiores a 800 dólares, que hasta ahora había beneficiado a los consumidores que hacen pedidos en plataformas chinas como Temu, Shein o AliExpress, al eximirlos del pago de gravámenes por los paquetes de poco valor. La exención expiró a las 00.01 horas de ayer viernes, como estaba previsto en el decreto del 2 de abril con el que Donald Trump impuso aranceles adicionales a todos los países del mundo.

Según su orden ejecutiva, las mercancías importadas enviadas por medios distintos de la red postal que tengan un valor igual o inferior a 800 dólares pasan a estar sujetas a todos los aranceles aplicables (del 145 % en el caso de China). A su vez, los envíos postales quedan sujetos a su vez a un arancel del 30 % de su valor o de 25 dólares por envío (que aumentará a 50 dólares por envío a partir del 1 de junio).

Esta exención, vigente desde 1930, se diseñó para evitar incomodar a los turistas estadounidenses que llevaban recuerdos a casa, pero llevaba años en el punto de mira por la explosión del comercio electrónico chino. Solo el año pasado entraron al país 1.300 millones de paquetes que se beneficiaron de no tener que pagar aranceles, diez veces más que en el 2015.