Biometano, la renovable que valoriza residuos y sustituye al gas natural

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Clave en la descarbonización, puede reducir la dependencia energética. Andrés Montero, delegado de Operaciones de Nedgia, Antonio Vallespir, CEO de Vertex Bioenergy y Oriol Sarmiento, gerente del clúster de Energías Renovales de Galicia participaron en un coloquio en la redacción central de La Voz

08 may 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Es gas natural de origen verde. Se produce con residuos y genera biogás. Un biogás que se purifica y se vuelve a inyectar en la red de tal manera que se mezcla con el gas natural y llega a los hogares sin que los usuarios lo perciban. Esa es la fórmula que está detrás del biometano, una de las grandes apuestas en renovables de Naturgy. «En Galicia, la EDAR de Bens de A Coruña fue pionera. Hablamos de una planta que producía biogás, que hace un par de años se valorizó, se purificó y se convirtió en biometano». Andrés Montero explica así el proyecto que lo arrancó todo.

El delegado de Operaciones de Nedgia en Galicia fue uno de los participantes en el coloquio Biometano, la renovable clave en la descarbonización, que se celebró en la redacción central de La Voz de Galicia. Junto a este experto, otras dos voces autorizadas en el ámbito de la energía verde. Antonio Vallespir, consejero delegado de Vertex Bioenergy conoce bien este tipo de energía. Su compañía, en alianza con Naturgy, invertirá 12 de millones de euros en una nueva planta de biometano en Curtis. La compañía ya produce bioetanol en sus instalaciones de Teixeiro (Curtis). «Dentro de nuestro modelo de negocio, el biometano tiene sentido porque este gas es un modelo de economía circular en nuestras plantas. Nosotros producimos residuos, que son, por ejemplo, lodos. Por otra parte, Galicia es un entorno que produce purines. Así que, a través de una descomposición de la materia prima, produces un gas renovable, que es el biogás que, a su vez purificado, es el biometano», explicó Vallespir.

El potencial

¿Por qué el biometano puede ser una renovable de alto potencial para Galicia? Todo está en la base y en una red ya existente. «Es el sustitutivo perfecto del gas natural de combustible fósil, contribuye a la descarbonización y tiene una labor importante en la economía circular», aseguró Oriol Sarmiento. El gerente del Clúster de Energías Renovables de Galicia puso en valor el enorme arraigo agroganadero de la comunidad porque en el sector está uno de los orígenes de este gas. «Esta es una zona donde se producen más de seis millones de metros cúbicos de purines y eso da para valorizar muchos residuos y producir ocho teravatios (TW) a la hora de ese biometano. Todo esto aporta desarrollo rural, seguridad energética, independencia, reduce emisiones y contribuye al compromiso contra el cambio climático», añadió Vallespir.

Otro de los puntos a favor es que la infraestructura que lo conduce existe ya. Naturgy cuenta con 4.500 kilómetros de red de gas natural. «Además es totalmente adaptable. Es verdad que fuimos de los últimos territorios en tener la gasificación, pero tenemos una red muy moderna. Esto nos permite que el biometano se pueda mezclar con la red de gas y que así sustituya el consumo doméstico de gas natural», apuntó Montero desde Nedgia.

El combustible del biometano está en excedentes agroalimentarios, desechos de fábricas o purines. «Supone aprovechar residuos, pero valorizándolos y convirtiéndolos en energía», añadió.

Este sustituto natural del gas podría ser un buen socio a la hora de tener un mix con distintas energías. «Es muy importante para no depender de una sola. Estos días, tras el apagón, no se habla de otra cosa», aseguró Sarmiento, resaltando las ventajas de contar ya con la infraestructura para evitar grandes adaptaciones. «Es un gas que además se puede almacenar y eso supone almacenar energía renovable. En empresas como Coren ya estamos en pruebas», incorporó al discurso Andrés Montero sobre los planes de Naturgy, que incluyen un proyecto en O Porriño, al margen de su ya dilatada conexión con Vertex Bioenergy. «Fuimos los primeros en el polígono de Curtis y llevamos 20 años operando. Eso ha ayudado a que se incorporasen más empresas. Es muy importante tener el acceso y el punto de conexión para acceder a la energía», explicó Vallespir.

Con todo, este desarrollo necesita un impulso. Si en España hay doce plantas de biometano, la comparativa con otros países de la Unión Europea es abismal. Francia tiene 700, tras apostar por la capilaridad. Dinamarca ya inyecta un 40 % de biometano en la red de gas. «Nos queda todo por hacer. Ahora usamos un gas de origen fósil que no nos permite una autonomía energética porque lo compramos todo fuera y todo ello con las volatilidades geopolíticas que tenemos. Debemos apartarnos de los fósiles para descarbonizarnos. Hay que moverse», apuntó Oriol Sarmiento que considera que los trámites se están llevando a cabo de forma lenta. «Hay que agilizar plazos, sin perder el control. No podemos tener la ambición del Plan Nacional de Energía y Clima y ser lentos en la tramitación», dijo Vallespir. Idea que comparten desde Nedgia que apuestan por proyectos «serios», que harán que el sector vaya a más.

«Las comunidades deben ver el desarrollo como una solución y no como un problema»

Desde el sector energético son conscientes de su «responsabilidad de ser pedagógicos». Antonio Vallespir, al frente de Vertex Bioenergy, lo considera un aspecto clave para dialogar con las comunidades y con los grupos de opinión, preocupados por el impacto medioambiental de estas plantas. «La tecnología está probada. Hay muchos proyectos en otros países. Se habla del impacto del tránsito de vehículos, por ejemplo, de la gestión de residuos y olores. Esto está estudiado y minimizado al máximo», explicó. Desde Naturgy consideran que la «confianza» puede ayudar a dinamizar la tramitación. «Tenemos residuos o purines, se trata de ir incorporándolos y hacer proyectos serios y ejemplarizantes», aseguró Andrés Montero, que insistió en la apuesta de la compañía por «poner en valor las infraestructuras ya existentes, el trabajo realizado durante años y que esto nos ayude en la descarbonización».

Efecto a largo plazo

El sector energético defiende que es más sostenible el tratamiento de los desechos que la actual situación. «Ahora mismo, el sector agroalimentario, por ejemplo, ya tiene que tratar ese residuo. Además del coste en sí, tiene un coste medioambiental, que tiene que ver con las emisiones. Si tratas, valorizas y gestionas los residuos, produces energía, reduces emisiones y obtienes una valorización que a día de hoy supone un coste social y medioambiental», aseguró Vallespir, convencido de que el desarrollo del biometano será además palanca para dinamizar el medio rural siempre que «el crecimiento no sea desmedido».

«No solo es el empleo directo en la planta, sino todo el empleo indirecto y la creación de un polo de atracción que atraiga a más empresas», remarcó en base a su experiencia en Curtis.

«Cada proyecto levanta suspicacias —continuó Oriol Sarmiento desde el clúster de Energías Renovales de Galicia—, pero en este caso no se justifica. Estamos ante una legislación muy garantista, que aplica un control medioambiental exhaustivo. Las comunidades deben ver el desarrollo como una solución y no como un problema». Lo que sí detectan desde Naturgy es que el biometano genera interés. «Hay mucho diálogo y llegará el momento de la eclosión y se gestionarán más plantas, pero siempre que se vean ejemplos de calidad y ese es un trabajo del día a día», remarcó Andrés Montero.