
Economía la traslada al Ejecutivo aduciendo «razones de interés general»
28 may 2025 . Actualizado a las 11:41 h.El ministro de Economía, Comercio y Empresa, Carlos Cuerpo, ha notificado este martes su esperada decisión de elevar al Consejo de Ministros la operación de concentración de BBVA y Sabadell. «Tras haber sido informadas las partes», el Consejo de Ministros dispone de 30 días naturales para emitir su dictamen, según ha confirmado el ministerio en un escueto comunicado.
En la Orden de elevación, el ministro fundamenta su decisión en «razones de interés general distintas de la defensa de la competencia». Señala que estas están relacionadas con el «potencial impacto de la operación en la garantía de un adecuado mantenimiento de los objetivos de regulación sectorial, la protección de los trabajadores, la cohesión territorial, la promoción de la investigación y el desarrollo tecnológico y los objetivos de política social».
Los argumentos esgrimidos son los suficientemente genéricos como para dar cabida a las aportaciones que, desde el 6 de mayo y durante un plazo de siete días, hicieron llegar al ministerio colectivos y ciudadanos en la insólita consulta pública previa que el Gobierno decidió abrir antes de pronunciarse sobre el procedimiento de la opa hostil. Este lunes el ministro se comprometió a hacer público «en su momento» un informe detallado sobre la citada consulta pública.
La decisión de Cuerpo de trasladar al Consejo de Ministros la operación se produce una vez recibido el expediente de concentración y la resolución del Consejo de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), en la que se recogía una batería de compromisos, a cuyo cumplimiento queda subordinada la autorización de la opa impulsada por el banco que preside Carlos Torres.
Cabe recordar que el Ministerio de Economía tenía hasta la medianoche de este martes para decidir si trasladaba el expediente al Consejo de Ministros para que el Gobierno decida -tal y como recoge la ley de defensa de la competencia- si confirma las condiciones impuestas por la CNMC para autorizar la operación o si, por el contrario, las suaviza o las endurece. Este último supuesto es el que las fuentes financieras consultadas dan como seguro, habida cuenta de que la fusión está profundamente marcada por intereses políticos, tanto de ambos bancos como del propio Gobierno en las relaciones con las fuerzas nacionalistas (PNV y Junts) que lo sostienen.
Desde que BBVA anunció hace algo más de un año su intención de absorber al Banco Sabadell, el Ejecutivo no ha ocultado su disgusto, ya que no ve la operación con buenos ojos. Aunque ha sido la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, de Sumar, quien se ha mostrado más locuaz y combativa contra la fusión, calificándola este lunes de «gran error» y destacando su impacto negativo en el empleo. Ayer cifró en casi 5.000 los despidos que provocará, aunque desde UGT en Cataluña llegaron a multiplicar la cifra, disparándola -entre empleos directos e indirectos- por encima de los 30.000.
En cualquier caso, y aunque ahora el final de la opa se juegue en terreno político -más que financiero- es preciso indicar que el Gobierno no tiene competencia para vetarla. Únicamente puede imponer nuevas condiciones y más exigencias para autorizarla, que hagan desistir a BBVA del interés económico de la operación.
Las acciones de BBVA han subido este martes el 0,82 % y las de Banco Sabadell, el 0,29 %, pero será mañana cuando el mercado dé su veredicto sobre el nuevo paso en la opa, ya que el ministerio lo comunicó a las 18.15 de la tarde, con los mercados ya cerrados.
Bruselas no ve motivos para que el Ejecutivo bloquee la operación
La Comisión Europa no ve motivos para que el Gobierno bloquee o rechace la opa de BBVA sobre Sabadell y vigilará para que cualquier decisión que adopte se ajuste a la normativa europea, según informaron a Europa Press fuentes comunitarias. Bruselas considera que las autoridades competentes ya han expresado su opinión. El Banco Central Europeo (BCE), que opina sobre la solvencia, aprobó la opa hace meses, y hace pocas semanas también lo hizo la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC).
Por ello, la Comisión Europa «no está al tanto de ninguna razón que pueda justificar rechazar o bloquear la transacción», detallan las fuentes consultadas. Así, Bruselas espera que el Gobierno se alinee con el BCE y Competencia y apruebe la opa, ya que espera que haya «consistencia» entre el apoyo oficial de los Estados miembros a la Unión Bancaria y sus políticas nacionales sobre una consolidación bancaria que —entienden— «podría ayudar a mejorar la rentabilidad y eficiencia» de las entidades financieras.
En clave nacional, el anuncio de Economía tampoco movió ni un ápice de sus posiciones a BBVA y Sabadell. Ambos insistieron en sus planteamientos contrapuestos: que la fusión es «buena para el interés general de Cataluña, España y Europa», a criterio de la entidad que preside Carlos Torres; frente a que el mejor futuro para el banco vallesano está sin novio, «en solitario».
«BBVA ha asumido unos compromisos sin precedentes en el sector financiero español que hacen que la operación sea todavía mejor para familias, autónomos, pymes y empresas; la unión con Sabadell es un proyecto de crecimiento que permitirá a la entidad combinada aumentar su capacidad de financiación a empresas y hogares en 5.000 millones adicionales al año», subrayaron ayer fuentes del banco vasco.
Por su parte, Banco Sabadell se limitó a insistir en que sigue centrado en «la creación de valor» en solitario. «Tenemos un proyecto de futuro sólido y creíble con presencia en mercados estables y estamos plenamente convencidos de que nuestra estrategia en solitario generará una mayor remuneración al accionista de forma sostenible y permitirá a nuestros clientes tener mejor calidad de servicio».
Cinco ministerios emitirán informes justificativos
C. Alba / Madrid / Colpisa
«Acabo de informar tanto a la CNMC como a BBVA y a Sabadell, sobre la elevación de la decisión relativa a la opa al Consejo de Ministros en base a razones de interés general», apuntó este martes el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, en unas breves declaraciones a los medios en el Senado, donde acudía para comparecer en la sesión de control al Gobierno.
En concreto, han sido cinco los ministerios los que han solicitado la elevación, según fuentes conocedoras: el Ministerio de Industria y Turismo, el de Trabajo y Economía Social y Derechos Sociales, el de Transición Ecológica, el de Seguridad Social y el de Consumo y Agenda 2030. El Ministerio de Economía solicitará a todos ellos informes pormenorizados para justificar posibles medidas adicionales a las ya impuestas por Competencia.
«Nuestro análisis interno señala que tenemos que profundizar la visión y el seguimiento del potencial impacto de la operación en elementos tan vitales y tan importantes en nuestra economía como la protección del empleo, la inclusión financiera o la cohesión territorial», apuntó Cuerpo, quien recordó que la elevación no prejuzga la decisión final que se tendrá que tomar en un plazo de 30 días naturales.
«No se trata de endurecer o de ablandar las condiciones, sino de considerar si hay razones de interés general distintas de competencia que justifiquen restricciones adicionales», insistió el ministro.
Fuentes del entorno apuntan a que «ambas partes» han recibido bien un movimiento que era esperado, sobre todo tras la inédita consulta pública lanzada el pasado 6 de mayo y que habría servido para reforzar los argumentos del Gobierno en contra de la oferta del banco vasco. «La consulta pública ha sido útil para medir el pulso de la sociedad civil; ha habido una buena respuesta y esa valoración cualitativa apunta hacia la existencia de razones de interés general que puedan verse afectadas por la operación», defendió Cuerpo.
Llegados a este punto, el mercado da por descontado que la decisión del Consejo de Ministros será la de elevar los compromisos ya adquiridos por BBVA, previsiblemente con medidas que puedan afectar -según se desprende de las palabras del ministro- a la previsión de recorte de empleos y cierres de oficinas que también entran en los cálculos de posibles sinergias que maneja BBVA.