Tres meses de arancel del 25% arrastran a pérdidas a la automoción europea

Manoli Sío Dopeso
m. sío dopeso REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

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Stellantis se deja 2.300 millones en el primer semestre, mientras que las ventas de Renault, Mercedes y Porsche retroceden a marchas forzadas

23 jul 2025 . Actualizado a las 09:20 h.

El automóvil fue el primer objetivo de la presión fiscal de Estados Unidos sobre las importaciones. Desde el pasado 3 de abril, los vehículos y componentes fabricados en Europa con destino al mercado estadounidense están gravados con un arancel del 25 %, frente al 10 % que se aplicaba hasta esa fecha. Podría ser peor, porque el presidente, Donal Trump, ha llegado a amagar con subir la tasa aduanera a los coches hasta el 50 %, aunque después se ha retractado, pero ganas no le faltan, convencido como está el mandatario republicano de que este sobrecoste puede «animar» a los fabricantes extranjeros a llevar sus plantas a EE.UU.; y de que la medida resarce en parte el desequilibrio arancelario que sufren los pocos coches made in USA que se consumen en el mercado europeo.

El caso es que transcurridos tres meses, los efectos del arancel del 25 % comienzan a asomar en los balances de la primera mitad del ejercicio 2025 de los gigantes europeos del motor, y los resultados son alarmantes. Ayer fue el turno de Stellantis para anunciar malas noticias a sus accionistas. Al igual que Renault, la semana pasada, el fabricante francoitaloestadounidense, integrado por 14 marcas, y con una de sus mayores plantas situada en Vigo —suma cuatro en la península y más de 30 en el mundo—, advirtió que los resultados semestrales que publicará el 29 de julio estarán «significativamente» por debajo de las expectativas, con un resultado neto en números rojos, algo que la multinacional no ve desde el 2014, cuando Carlos Tavares, consejero delegado durante la última década, cesado en diciembre del 2024, tomó las riendas del grupo y lo devolvió a beneficios récord.

Eran otros tiempos. El vehículo eléctrico avanzaba hacia un futuro que no ha sido tan prometedor como se esperaba; y los coches chinos aún no habían asomado el morro. El primer mandato de Trump (2017-2021) sí que apuntaba maneras con una presión arancelaria que fue vista y no vista. Pero ahora la subida de tarifas ha llegado para quedarse y, según las cuentas de Stellantis, en apenas tres meses, arroja más de 300 millones de euros en pérdidas, de un total de 2.300 millones de euros netos en rojo (frente a los 5.600 millones de beneficio obtenidos en el mismo período del 2024), que el grupo atribuye a la caída de la demanda en Europa y Estados Unidos, y a los costes asociados a la retirada de determinados modelos.

 Caídas en cadena

No era ningún secreto que la nueva dirección de Stellantis, liderada por el consejero delegado Antonio Filosa, —cuyo nombramiento aprobaron el 99 % de los accionistas—, iba a tener que enfrentarse a un comienzo difícil. Está siendo peor de lo esperado, pero no solo para Stellantis.

La semana pasada, Renault se hundió un 18,5 % en bolsa tras informar de unos ingresos y volúmenes menores a los esperados en el primer semestre, por una mayor presión arancelaria y una falta de empuje en el mercado minorista y de vehículos comerciales. Presentó una facturación de 27.600 millones de euros, un 2,5 % más, pero un margen operativo que no llega al 6 %, por debajo del 7 % objetivo.

Mercedes-Benz también ha reportado una caída global del 9 % en sus ventas del segundo trimestre, alcanzando las 453,700 unidades. En particular, su mercado en Estados Unidos disminuyó un 12 % respecto al año anterior. Por otro lado, Porsche se enfrenta a un descenso en sus entregas globales, registrando una caída del 6 % y un total de 146,391 unidades.

En la misma línea, las ventas del grupo alemán Volkswagen cayeron un 16 % en EE.UU. durante el segundo trimestre, con Audi a la cabeza; lo que supone un fuerte retroceso respecto al crecimiento del 4,4 % registrado en los tres primeros meses del año.

Vigo empuja la vuelta a beneficios de Stellantis España

La planta de Vigo tira de la producción y de la cuenta de resultados de Stellantis. La sociedad tiene tres factorías en España que en el 2024 produjeron 982.000 vehículos: la fábrica gallega fue, con diferencia, la que más volumen de ventas y beneficios aportó, con 517.000 unidades fabricadas, por delante de Zaragoza, con 372.000 unidades; y de Madrid, con 93.000 vehículos.

De este modo, la sociedad Stellantis España, filial con domicilio social en Vigo, a través de la que el grupo surgido de la fusión entre PSA Peugeot Citroën y FCA Fiat Chrysler Automóviles gestiona su actividad productiva, comercial y financiera en el mercado español, obtuvo un resultado neto positivo de 718,9 millones de euros en el 2024, lo que supone su vuelta al beneficios, después de las pérdidas de 46,1 millones contabilizadas en el ejercicio 2023, según se recoge en las cuentas anuales de la empresa remitidas al Registro Mercantil.

La recuperación en el 2024 del beneficio de Stellantis España, que comercializa marcas como Opel, Fiat, Peugeot, Citroën, DS, Lancia, Alfa Romeo o Jeep, entre otras, no vino acompañada de una mejora de los ingresos, que cayeron un 6,5 %, hasta 15.496 millones, en comparación con los casi 16.600 millones del año previo. Además, el beneficio de explotación anual también se resintió, hasta cerrar el 2024 con 367,6 millones, lo que representa una disminución del 10,4 %, al tiempo que el beneficio antes de impuestos fue de 642 millones, frente a las pérdidas de 76 millones contabilizadas un año antes, según el balance anual.

El grupo francoitaloestadounidense, que el año pasado confirmó la construcción en Zaragoza de una gigafactoría de baterías y adjudicó una nueva generación de coches eléctricos a Vigo y Zaragoza, contaba al cierre del ejercicio con una plantilla en España de 12.391 empleados, 6.500 en Vigo.

En general, y a pesar de la bajada del mercado, el 2024 no fue un mal año para la industria española del motor, que obtuvo un resultado neto de 2.018 millones de euros, un 94,2 % más (casi el doble) que el año anterior, según el informe anual de la patronal de fabricantes, Anfac.

El sector español de la automoción, integrado por 11 fábricas de producción de coches, alcanzó una facturación de 76.855 millones de euros el año pasado, un 2 % menos que el anterior.

La automoción se mantiene como uno de los que mayor recaudación fiscal aporta al Estado, con 39.838 millones de euros aportados a las arcas públicas.

 Nuevas marcas chinas baten récord de ventas en el mercado español

 Los fabricantes de coches europeos tienen un año difícil por delante. Las cosas vienen ya mal del 2024, que acabó con una caída de las ventas de coches eléctricos en la Unión Europea del 6 %, hasta los 1,44 millones de unidades, cuando tendrían que estar creciendo a doble dígito para cumplir el calendario de reducción de emisiones impuesto por Bruselas, que pone fin a la producción de coches de combustión en el 2035. El problema es que en este difícil mercado irrumpen cada vez más marcas de coches chinos. Leapmotor, que entró el año pasado en España de la mano del grupo Stellantis, con el que mantiene una joint venture, ha llegado pisando fuerte, aunque en su caso solo compite en los segmentos de modelos 100 % eléctricos y de autonomía extendida, a diferencia de firmas como MG, Omoda o Jaecoo, que están logrando mayores volúmenes de ventas al ofrecer también modelos con motor de gasolina.

La firma que lidera en el mercado español Mónica Mira tiene grandes ambiciones de crecimiento, después de cerrar el 2024 con 253 matriculaciones en España (inició su actividad en el país en el último tramo del año). Mira confirmó ayer que la intención de la enseña es cerrar el 2025 con unas 2.000 matriculaciones en España, duplicando las 907 unidades vendidas en la primera mitad del ejercicio.

Con este volumen, la compañía se situará en el segundo escalón de ventas entre las diferentes marcas chinas, por detrás de MG, que es líder indiscutible, con más de 25.000 ventas en el semestre, así como de BYD, que acumula casi 10.200 unidades; de Omoda, con más de 6.000 unidades, y de Jaecoo, con 4.300 unidades. Por el contrario, supera a otras enseñas chinas como Polestar (465 unidades), EVO (622 unidades), Lynk&Co (875 unidades) o SWM (409 unidades).

La firma china, que cuenta con el respaldo en posventa de la red de distribución en España del grupo Stellantis, seguirá ampliando su oferta de producto en el mercado español, con la llega del B10 en octubre. En septiembre se presentará un nuevo modelo. Stellantis y Leapmotor estarían analizando la opción de producir alguno de sus modelos en Europa. En España la planta candidata es Figueruelas (Zaragoza).