Bruselas aprueba aranceles de represalia de 93.000 millones a bienes de EE.UU.
ECONOMÍA

España perderá casi 2.400 millones si prospera el gravamen del 15%
25 jul 2025 . Actualizado a las 09:23 h.A solo una semana de que venza el plazo impuesto por el presidente estadounidense, Donald Trump, el pacto arancelario entre la Unión Europea y Estados Unidos, parece estar más cerca que nunca. Ambas partes llegaron el miércoles a pactar un borrador que plantea un arancel base del 15% sobre los productos europeos, pero Bruselas lleva ya meses preparándose para el peor de los escenarios.
Mientras la Comisión Europea espera el visto bueno de Trump a la viabilidad del pacto, el Ejecutivo comunitario se organiza en paralelo para contraatacar con aranceles de hasta el 30% a bienes y servicios estadounidenses si las cosas se tuercen. Los Estados miembros aprobaron este jueves un paquete de contramedidas dirigidas a importaciones estadounidenses por valor de 93.000 millones de euros a partir del 7 de agosto si no se alcanza un acuerdo.
Aunque Bruselas y Washington parecen avanzar lentamente hacia un pacto, los Veintisiete siguen adelante con planes de represalia por si se frustran las negociaciones. «Estamos trabajando en dos vías: la negociación y la preparación por si esta fracasa. Nuestra prioridad es evitar los peores efectos arancelarios mediante un acuerdo con Estados Unidos», aseguró el portavoz comercial de la Comisión Europea, Olof Gill, durante la rueda de prensa diaria de la institución.
En un intento del bloque por reforzar su posición negociadora en la recta final de las conversaciones, Bruselas combinó dos paquetes de represalias en una única lista. El primer paquete, que ya fue aprobado en abril, de 21.000 millones de euros, apunta a productos como la soja, las motos o los vaqueros; el segundo, una lista de 72.000 millones de euros, afectaría a aviones, coches, burbon y equipos eléctricos y médicos. «Hemos fusionado nuestras dos listas propuestas en una sola, clara y coherente», afirmó Gill, quien aclaró que no está previsto engrosar esta lista antes del 1 de agosto, fecha límite impuesta por Trump. En cuanto al acuerdo, el portavoz añadió que «está al alcance».
Además de los dos conjuntos de aranceles sobre las mercancías, la Comisión también está preparando un paquete de posibles restricciones a empresas estadounidenses de servicios, incluyendo las tecnológicas y las entidades financieras.
Desde su regreso a la Casa Blanca, Trump aumentó los aranceles al 25% sobre los automóviles, al 50% sobre el acero y el aluminio, y al 10% sobre las demás importaciones europeas. También advirtió de que su ofensiva podría apuntar a sectores como el farmacéutico o el de los semiconductores, vital para la automoción.
Por su parte, los líderes europeos han optado por la cautela para evitar una guerra comercial. La Comisión Europea, encargada de negociar acuerdos comerciales en nombre del bloque, y la administración estadounidense llevan semanas de negociaciones, sin resultados tangibles. Mientras tanto, países como Francia, y más recientemente Alemania, ya defienden la activación del instrumento anticoerción, un mecanismo de disuasión mediante el que la UE puede defenderse ante actos de coerción económica.
Pérdidas
Un eventual acuerdo —en torno al arancel del 15%— no será inocuo para España, cuyas exportaciones a EE.UU. se podrían contraer entre un 7,2 y 13,1%, según cálculos proporcionados por la Cámara de Comercio a Colpisa. Esto equivaldría a unas pérdidas cercanas a los 2.400 millones de euros. El impacto será relevante en sectores con una exposición mayor al mercado americano como el de bienes de equipo (maquinaria pesada, tractores, turbinas, robots industriales...), semimanufacturas y el agroalimentario (sobre todo por el aceite de oliva y el vino).

La UE pide a China un «reequilibrio» de las relaciones comerciales
La Unión Europea y China celebraron este jueves una tensa cumbre bilateral en el marco de los 50 años de relaciones diplomáticas. Aunque la tradición dictaba que Bruselas acogiera el encuentro, el presidente chino, Xi Jinping, no tenía intención de desplazarse a Europa. Así, Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, y su homólogo del Consejo Europeo, António Costa, se desplazaron una vez más al país asiático.
Con esta base y los crecientes roces entre ambas partes, era de esperar que la cumbre concluyera sin grandes avances. El único punto de acuerdo fue el clima. Los dos bloques emitieron un llamado conjunto a la acción contra el cambio climático, instando a reducir las emisiones y a reforzar el uso de tecnologías verdes.
Von der Leyen dejó claro que la UE no podrá mantener sus mercados abiertos a las exportaciones chinas a menos que Pekín reequilibre su relación comercial. «Hemos llegado a un punto de inflexión», dijo la alemana en referencia al déficit comercial de la UE con China, que ha superado los 300.000 millones de euros.
Por su parte, Xi Jinping reprochó los aranceles impuestos por Bruselas a los vehículos eléctricos chinos, y reconoció que cuanto más compleja es la situación internacional, más importante es que China y la UE «refuercen la comunicación y la confianza mutua».