El coronavirus dejó desprotegido a uno de cada cuatro jóvenes trabajadores
ECONOMÍA

El 50% de los empleos destruidos durante el confinamiento eran de menores de 35 años
01 sep 2025 . Actualizado a las 16:37 h.El covid-19 dejó al desnudo la precariedad juvenil que hay en España. Durante los meses más duros de la pandemia, en el confinamiento obligado por la aparición del SARS-CoV2, se perdieron casi un millón de puestos de trabajo, según las estadísticas del Instituto Nacional de Estadística (INE), de los cuales la mitad, es decir, medio millón, fueron de jóvenes menores de 35 años. Sin embargo, los mecanismos de protección estatal, como los expedientes de regulación de empleo (ERTE) o las prestaciones y subsidios por desempleo, los dejaron sin ayudas.
Esta es la principal conclusión del estudio de Fedea realizado por los investigadores del organismo José Ignacio Conde-Ruiz, Jorge Fernández y Daniel Pérez y por Manu García (Federal Reserve Bank of St. Louis en inglés) y que tiene en cuenta los microdatos administrativos de la Muestra Continua de Vidas Laborales. Así, la fundación resalta que tan solo el 75% de los jóvenes trabajadores menores de 35 años disfrutaba de una protección estatal frente a la pérdida de empleo, una cifra muy lejana del 92,5% que registraron el resto de empleados.
«Sufrieron una doble penalización», concluye el estudio. Por un lado, perdieron su empleo y, por otro, apenas recibieron prestaciones o ayudas públicas durante este período. Según Fedea, el colectivo más afectado fueron los menores de 20 años, donde tan solo tres de cada diez consiguió mantener su trabajo en los primeros meses de la pandemia. Además, entre quienes perdieron el empleo, apenas un 51% de este colectivo recibió algún tipo de cobertura, en contraste con más del 93% de los mayores de 50 años.
«Esta brecha no se explica por un trato desigual dentro de los instrumentos, sino por factores estructurales como la elevada temporalidad del empleo juvenil y su concentración en sectores más vulnerables», destaca la fundación.
Precarización
La investigación, que diferencia entre los ERTE y las otras prestaciones por desempleo, revela la desprotección de los jóvenes en el mercado laboral y la clave, según sus conclusiones, es la «precarización». «El propio diseño del sistema penaliza a quienes tienen trayectorias laborales más cortas o inestables -como es habitual entre los jóvenes- y, en cambio, beneficia a quienes han acumulado más cotizaciones, normalmente trabajadores de más edad», explican los autores del informe.
Cuando se comparan trabajadores con el mismo tipo de contrato y la misma antigüedad, los jóvenes no estuvieron peor protegidos y, de hecho, Fedea señala que su probabilidad de entrar en un ERTE fue algo mayor. Sin embargo, en el caso de las prestaciones por desempleo o subsidios, Fedea subraya que esa desventaja no desaparece al comparar trabajadores en igualdad de condiciones. Incluso con el mismo contrato y la misma experiencia, los jóvenes tuvieron menos acceso a estas ayudas, apunta el estudio.
Así, el informe señala que, aunque los mecanismos de protección están diseñados para aplicarse a todos los trabajadores por igual, en la práctica pueden beneficiar más a unos colectivos que a otros. «Si el mercado laboral está muy dividido entre empleos estables y precarios, como ocurre en España, estas políticas tienden a proteger mejor a quienes ya estaban en una posición más fuerte, y dejan más desprotegidos a los más vulnerables, como los jóvenes», remarca Fedea.
En este contexto, Fedea afirma que la reforma laboral de 2021, que redujo el uso de contratos temporales y fomentó la contratación indefinida, incluso en forma de contratos fijos discontinuos, «podría suponer un paso en la dirección correcta».
«Al dar mayor estabilidad contractual, aumentan las posibilidades de que estos trabajadores accedan a mecanismos de protección en futuras crisis», señala Fedea, que, no obstante, advierte de que cambiar el tipo de contrato «no basta».
Así, el organismo subraya que si los empleos siguen siendo inestables en la práctica o si los requisitos para acceder a las prestaciones no se adaptan a las trayectorias más frágiles, «muchos trabajadores seguirán quedando fuera del sistema de protección, aunque tengan un contrato indefinido».