Según el informe encargado por las eléctricas, la ausencia de ciclos combinados en el sur fue la «causa fundamental» del apagón

Cristina Candido MADRID / COLPISA

ECONOMÍA

PACO RODRÍGUEZ

Un estudio académico encargado por Iberdrola y Endesa apunta a que las maniobras que realizó Red Eléctrica no fueron capaces de «operar» cuando se produjeron las perturbaciones de la red

29 sep 2025 . Actualizado a las 16:19 h.

La ausencia de generación síncrona en el sur de España fue la «causa fundamental» del cero energético que sufrió la Península Ibérica el pasado 28 de abril. Esta es la principal conclusión del informe académico independiente de IIT elaborado por los profesores Luis Rouco, Enrique Lobato y Francisco Echevarren de la Universidad de Comillas por encargo de Endesa e Iberdrola. Las empresas, como agentes del sistema eléctrico, han encargado este estudio con carácter preliminar y abierto a revisión que analiza los eventos de los día previos al incidente y que ha sido enviado al panel de expertos europeo Entso-e.

A apenas unos días de que este equipo de expertos europeos publique las conclusiones de su informe preliminar el próximo viernes, el estudio de Comillas defiende que los indicadores que indican la debilidad y extensión de la red y de la generación síncrona «no son discutibles», que las oscilaciones se producen en «redes débiles con transporte de energía elevado» y que los ciclos combinados tienen «un papel relevante en el amortiguamiento de esas oscilaciones». Para el profesor Rouco, «las maniobras de Red Eléctrica tuvieron efecto, eran líneas que se necesitaban aunque creaban el problema de tensiones».

El estudio, que no ha contado con los datos del operador del sistema, no entra a juzgar la responsabilidad de los distintos agentes, pero sí pone de manifiesto que la ausencia de generación con control dinámico de tensión síncrona (la que proporcionan tecnologías como las nucleares o los ciclos combinados) era la que estaba haciendo que la tensión experimentara esas variaciones que hicieron saltar las protecciones que el operador del sistema no pudo controlar. «No valoramos si son correctas o incorrectas, pero el sistema debe enfrentarse a esas desconexiones», aseveró el profesor Rouco.

El trabajo pone en negro sobre blanco la función clave que los generadores de ciclo combinado en el sur en el amortiguamiento de oscilaciones en otros eventos como el que el sufrió el sistema en 2001, y el hecho de que antes del apagón el número de grupos de ciclo combinados en Andalucía fuera de uno o dos y que este haya pasado a cinco tras el suceso de abril. «La generación síncrona en el sur y la red estaba débil», apunta uno de los autores, señalando también cómo en Cataluña, con tres centrales nucleares y la interconexión con Francia, las tensiones eran buenas. «El sistema eléctrico debe ser capaz de operar de tal manera que cuando se producen perturbaciones el sistema sobreviva», apostillan. A su juicio, estas maniobras «sin un acompañamiento correcto tuvieron un impacto muy relevante en las condiciones del sistema eléctrico a las 12.33 horas del 28 de abril».

Para los autores del estudio, el sistema eléctrico está experimentando una transición energética imparable y la cuestión que queda por determinar es cuánta generación síncrona —la que aporta estabilidad a la red— es necesaria para que el sistema eléctrico pueda asegurar su estabilidad. Para los académicos, los nuevos sistemas requieren de sistemas de control muy sofisticados.

En pleno debate sobre la continuidad o no de las nucleares, el profesor señala que mientras estos sistemas no estén puestos a punto, «es imprescindible contar con la generación síncrona porque sabemos cómo funciona» y es necesaria para asegurar la calidad y seguridad del suministro.