Más de 300.000 inquilinos se enfrentan al subidón de sus alquileres firmados durante la pandemia

e. martínez / c. cándido MADRID / COLPISA

ECONOMÍA

CESAR QUIAN

Los precios se elevaron de media un 40 % y las familias temen la revisión de sus contratos tras los cinco años que rige la ley

23 oct 2025 . Actualizado a las 09:18 h.

El precio medio de los alquileres en el 2020 era de 856 euros al mes por un piso de 80 metros cuadrados. La pandemia obligó a muchos caseros a revisar sus rentas a la baja, pero cinco años más tarde ese escenario es inimaginable. Las familias pagan hoy por ese mismo apartamento, de media, 1.144 euros mensuales, un 37 % más. La inflación general acumulada en este lustro ha sido del 20 %, según el INE, por lo que los alquileres prácticamente doblan la subida del IPC. Y hay comunidades mucho más perjudicadas que otras: Madrid, Cataluña y Baleares se superan ya los 1.500 euros de media mensual. A partir de ese momento las rentas comenzaron a subir hasta las cotas actuales, donde los precios ya han superado los niveles de la burbuja inmobiliaria forzando a muchos inquilinos a cambiar de barrio ante subidas que pueden alcanzar el 70 %.

Es el caso de Sergio de la Cruz y su pareja, que rechazaron la subida que les imponía su casero y se vieron obligados a mudarse a una zona alejada del trabajo por una vivienda por la que pagan 1.350 euros (un 54 % más) a cambio de más espacio. «Nuestra idea era haber aguantado en el piso anterior y haber ahorrado pensando en comprar. Esta subida nos retrasa más tiempo este objetivo», se lamenta este treintañero.

En esta encrucijada se encuentran miles de familias en España, que están destinando cada vez un porcentaje más elevado de sus rentas a pagar el alquiler, y este año irá a peor. En 2025 y 2026 se cumplirán cinco años de los contratos firmados en la pandemia a precios más asequibles.

Con este telón de fondo, Sumar ha propuesto congelar estos precios durante tres años para que estos hogares no se encuentren con una subida del 30 % al 50 % en su alquiler, lo que ha provocado discrepancias con el ala socialista del Gobierno, que duda de la constitucionalidad de esta medida porque supondría invadir competencias autonómicas.

Al cierre del 2022 había 338.000 viviendas alquiladas cuyo contrato se inició en el 2020, según los datos del Panel de Hogares elaborados por la Agencia Tributaria, el INE y el Instituto de Estudios Financieros (IEF). «No todos estos contratos durarán los cinco años completos por cambios de domicilio u otros motivos, por lo que es probable que el número de arrendamientos que finalicen efectivamente en 2025 sea menor», explica Dmytri Petrov, profesor de Economía en la Universidad de Alcalá.

Fuentes del Ministerio de Vivienda apuntan que en la zonas tensionadas donde la ley estatal regula los alquileres no existe este problema porque los nuevos contratos tienen limitada la subida. Aun así, serán muchos los hogares que se verán afectados por la actualización del precio de su alquiler.

Cecilia Moya, que firmó un contrato en noviembre de 2020 por 900 euros y ahora paga 1.025 euros vive atemorizada por la subida que le pueda aplicar su casero en los próximos meses. Un piso en su mismo edificio pero con una habitación menos y sin amueblar se alquila ahora por 1.600 euros. Los contratos en España se rigen por la Ley de Arrendamientos Urbanos, que obliga a los propietarios a mantener el contrato de alquiler durante cinco años al mismo precio, solo con subidas anuales conforme a la inflación —y desde mayo de 2023 conforme al índice IRAV que el INE actualiza cada mes—.

Por tanto, los casi 150.000 contratos que se firmaron en 2020 y 2021 según los datos recopilados en la Agencia Tributaria correspondientes a los propietarios que marcan la casilla de la reducción por alquiler de inmuebles destinados a viviendas. Estos datos revelan que entre 2020 y 2021 se dieron de alta 147.528 inmuebles nuevos en régimen de alquiler en todo el país, aunque hay que tener en cuenta que hay personas que no declaran los alquileres en su Impuesto sobre la Renta por desconocer las desgravaciones.