Galicia mantiene una docena de proyectos de hidrógeno verde pese a los retos regulatorios
ECONOMÍA
Incentivar la demanda y salvar problemas de financiación son algunos de los desafíos del sector
13 nov 2025 . Actualizado a las 04:45 h.Galicia mantiene vivos una docena de proyectos que forman parte de la cadena de valor del hidrógeno verde a nivel nacional. La mayoría, ocho de ellos, en la provincia coruñesa.
La Asociación Gallega del Hidrógeno (AGH2) admite que el sector avanza más lento de lo previsto, aunque considera que atraviesa por una fase necesaria, en la que los proyectos programados deben superar ciertos hitos teóricos y de financiación para convertirse en una realidad. Para la entidad, uno de los avances en la regulación fue el establecimiento de objetivos de consumo en la aviación. En este ámbito la Unión Europea, a través del reglamento ReFuelEu Aviation, establece que, a partir de este mismo año, el 2 % del combustible utilizado en los aeropuertos de la UE debe ser combustible de aviación sostenible (SAF), aumentando al 6 % en el 2030 y gradualmente al 70 % en el 2050. Establecer cuotas en la industria serviría para activar el mercado, consiguiendo el equilibrio entre la oferta y la demanda.
José Ramón Ferreiro, presidente de AGH2, apunta varios retos a salvar para que los proyectos puedan materializarse. El primero, la financiación. «A día de hoy, producir hidrógeno verde sigue suponiendo un elevado coste, por lo que se debe incentivar el desarrollo de acciones en esta línea», afirma.
El establecimiento de una «regulación firme, clara y homogénea también será crucial para desarrollar proyectos viables y sostenibles en el tiempo», así como resolver la falta de personal cualificado en hidrógeno verde, tanto en el ámbito privado como en el público. Otro de los desafíos críticos para lograr el desarrollo de los distintos proyectos impulsados en Galicia —algunos con fondos públicos de la convocatoria de valles del hidrógeno— es la obtención de electricidad de origen renovable a precios competitivos. «Si no se puede acceder a la red, los proyectos se retrasan. Puede suponer un cuello de botella que podría limitar el crecimiento del sector y dificultar el los objetivos de descarbonización comprometidos», afirma el presidente de AGH2.