De «los medios no te dirán» al «compártelo»: llega la desinformación a lo Trump y Bolsonaro
ELECCIONES 2020
Lanzan sus propios canales para ofrecer su «verdad» frente a los medios tradicionales
15 mar 2019 . Actualizado a las 05:00 h.«Las redes sociales no son una herramienta, son la herramienta», enfatizaba Santiago Abascal en el libro La España Viva. Su partido quintuplicó el número de afiliados en el último año y, como señala el líder de Vox, gran parte del éxito bebe de las redes sociales. Desde los cada vez menos efectivos anuncios en Facebook a los memes que circulan por WhatsApp o vídeos en YouTube. «El responsable de prensa decía hace unas semanas que ellos no necesitan a los medios porque tienen las redes sociales», expone José Manuel Rodríguez, consultor y analista de audiencias.
La formación mantiene su propia vía de información a través de los servicios de mensajería del móvil. Contenidos sin intermediarios, al plato del consumidor. «Buscar el mensaje directo no es inocente ni mucho menos, saltándote los medios de comunicación que hacen una labor de verificación imprescindible para garantizar opiniones libres y formadas», apunta Cristóbal Fernández, investigador y director de comunicación en la Facultad de Ciencias de la Información en la Complutense. Una de las principales vías es Telegram, donde cualquier partido que quiera repercusión cuenta con un grupo para lanzar los contenidos que le interesa.
Este mismo jueves, el canal de Vox compartió una fotografía donde convocaba a sus afiliados a una concentración en la plaza de España de Barcelona como protesta al Ayuntamiento, que canceló el evento que tenía preparado en el Palau Sant Jordi. «Se convierte en cómplices de los separatistas. Prohíbe a Vox el uso del Palau», afirmaban. Según el consistorio de la capital catalana, el pabellón se encuentra bajo «tareas de mantenimiento» esa día.
Buscar el mensaje directo no es inocente; se saltan a los medios, que hacen una labor de verificación imprescindible para garantizar opiniones libres y formadas
Otro ejemplo se dio en el canal de Vox Baleares, donde recogían una agresión a tres jóvenes por un grupo de «feministas radicales». El supuesto suceso fue contrastado y la Guardia Civil negó la afirmación, pero el bulo ya estaba ahí. «Cuanto más crees en algo, no te dedicas a hacer mecanismos de verificación. Al contrario, lo que haces es reafirmar tu opinión sobre esa cosa», analiza Fernández.
La ultraderecha no es la única que lo hace. Aunque con otro estilo, el resto de partidos difunden también su mensaje a través de grupos de WhatsApp y canales de Telegram. «Las redes se han convertido en absolutas protagonistas de las campañas electorales», el problema, continúa Fernández, es que estas herramientas pasaran a convertirse en amenazas por las dudas que giran sobre la veracidad de la información que comparten.
También en Galicia
Pese a que el adelanto electoral de las generales apartó del foco a las municipales, la maquinaria en Galicia ya se ha puesto a andar. Al igual que Podemos, las mareas gallegas construyeron su expansión a partir de las redes sociales. En A Coruña, Marea Atlántica lanzó esta semana un canal de WhatsApp donde advierte de «que non cho conten por aí» y se describe «libre de fake news». Lo mismo Compostela Aberta, que utilizó esta fórmula en otros mensajes. Ambos canales imitan la estrategia del resto de partidos, publicando noticias y pidiendo compartirlas con el resto de contactos.
Si bien Twitter ha sido siempre el canal habitual para las formaciones, posiblemente la red más abierta, Telegram o WhatsApp entran el ámbito más privado de la comunicación. Este último, propiedad de Facebook, ha limitado la posibilidad de compartir un contenido a solo cinco contactos.
Método Trump
La aparición de estas estrategias en muchos partidos políticos siguen la vía de Donald Trump, que llegó a la Casa Blanca blandiendo la espada de las «fake news» contra los medios de comunicación. «Dicen que lo único que hacen los medios es desinformar e intoxicar», apunta el investigador, antiguo director de comunicación de la red social Tuenti. «El caso de Trump demuestra hasta qué punto una estrategia de puenteo de los medios en base a atribuirles escasa credibilidad puede ser efectiva», añade José Manuel Rodríguez.
La desinformación desde canales de mensajería es «una tendencia de movimientos más populistas, más outsiders». Según Cristóbal Fernández, lo que hacen estos partidos es aprovecharse del actual contexto de falta de confianza y credibilidad en los medios de comunicación, empresas e instituciones. Es lo que también utilizó Bolsonaro para alcanzar la presidencia de Brasil, con una campaña en WhatsApp que alcanzó al 61 % de sus votantes, según un informe del diario Folha de S. Paulo. O durante el referendo por el brexit, cuando los defensores encontraron en el teléfono móvil un arma más poderosa que los carteles publicitarios.