Rivera garantiza su voto en contra de Sánchez y le exige que aplique el 155

ELECCIONES 2020

El líder de Ciudadanos insiste en presentarse como el líder de la oposición y da por hecho que el PSOE ya ha pactado un Gobierno de coalición con Unidas Podemos
07 may 2019 . Actualizado a las 17:23 h.Por primera vez desde que llegó al Congreso en el año 2015, Ciudadanos parece dispuesto a no apoyar la investidura de ningún candidato. En el 2015 acordó un frustrado acuerdo de Gobierno con Pedro Sánchez y votó a favor del aspirante socialista, que no alcanzó la mayoría necesaria en el Congreso. Y en el 2016, votó a favor de la investidura del popular Mariano Rajoy, convirtiéndose en su aliado y principal socio de Gobierno. Ahora, Albert Rivera no se plantea dar su apoyo a Sánchez, el único candidato con posibilidades reales de llegar a la presidencia, ni tampoco facilitar que gobierne en minoría absteniéndose en la investidura. Tras reunirse durante una hora en la Moncloa con el presidente del Gobierno en funciones, Rivera aclaró a Sánchez que votará no a su investidura y dio por hecho que el PSOE formará un Gobierno de coalición con Unidas Podemos y con el PNV, porque ya gobierna con ellos en varias comunidades y en el País Vasco, aunque no lo hará público hasta después de las elecioness municipales y autonómicas.
Pero, por encima de ello, el líder de Ciudadanos dejó claro que mantiene su particular batalla con el presidente del PP, Pablo Casado, por arrogarse el liderazgo de la oposición, con el objetivo de arrebata a los populares en las próximas elecciones autonómicas, municipales y europeas el primer puesto en el espacio de centroderecha. Una pugna más teórica que real, dado que el protocolo del Parlamento establece claramente que los grupos de la oposición intervienen en orden correspondiente a su número de escaños.
El líder naranja aclaró de salida a Sánchez sus grandes diferencias, especialmente en lo que afecta a la crisis independentista en Cataluña. Reclamó al presidente en funciones que aplique el protocolo para la activación del artículo 155 en Cataluña remitiendo un requerimiento al presidente de la Generalitat, Joaquim Torra para que acate la Constitución. Y garantizó el apoyo de su partido a esa medida tanto en el Congreso como en el Senado. Admitió que Sánchez no comparte esa estrategia, pero indicó que, en lugar de hacer cada vez más concesiones a los independentistas, «hay que vigilar, controlar y aplicar la Constitución». Rivera dio por hecho también que el PSOE tiene ya preparado el indulto a los líderes del procés si resultan condenados. Algo a lo que se opuso frontalmente y consideró «indigno». «Pienso que hay que respetar a los jueces», dijo, y advirtió de que no es admisible que «ningún político intente modificar las decisiones de la Justicia en el siglo XXI».
«Si mañana gobernamos nosotros, este país tiene que seguir el pie. Hay que controlar al Gobierno, no destruirlo»
Pero, además de la cuestión catalana, Rivera expresó sus profundas discrepancias con Sánchez en materia económica, en donde, según dijo, mantiene proyectos «antagónicos». El líder del PSOE quiere, según dijo, «machacar a impuestos a las familias» y escondió «la subida de 26.000 millones de euros» en impuestos. Su misión en la oposición será ahora será «vigilar y controlar que Sánchez e Iglesias no machaquen a impuestos a las familias españolas».
Propuesta de cuatro pactos
Pese a todo, ofreció a Sánchez su colaboración en cuatro materias que considero asuntos «de Estado» entre las que incluyó un pacto por la Educación, la inmigración, la seguridad y el terrorismo y la despoblación. Ciudadanos, anunció, hará una oposición «con sentido de Estado» y cumplirá su compromiso con los electores. «Si mañana gobernamos nosotros, este país tiene que seguir el pie. Hay que controlar al Gobierno, no destruirlo», indicó. Rechazó pronunciarse sobre las presiones del líder del PP, Pablo Casado, para que Ciudadanos se abstenga y facilite un Gobierno del PSOE. «Bastante tiene el señor Casado con lo que tiene, como para que yo le meta el dedo en el ojo», señaló, dejando claro que Ciudadanos es un partido en ascenso que aspira a ser la alternativa al Gobierno socialista, mientras el PP es un partido en decadencia. Ofreció por ello a Sánchez una oposición «firme y leal con los españoles» porque los que votaron a Ciudadanos merecen una oposición «que sirva a España» y «que aspire a ser Gobierno, que crezca, no que se descomponga», en referencia al PP.
Descartó también por completo que el resultado de las elecciones municipales y autonómicas pudiera modificar el sentido de su voto en la investidura en función de los pactos que sean necesarios. «España no es un álbum de cromos. Esto no va con cromos de alcaldías y yo te apoyo allí», indicó, añadiendo que Ciudadanos va a salir «a ganar» en comunidades y ayuntamientos.
El formato del encuentro evidenció la diferencia de trato que Sánchez dedica a Rivera y a Casado. Mientras la cita con el presidente popular se prolongó durante una hora y media, la celebrada con el de Ciudadanos apenas llegó a una hora. Y, al contrario que Casado, que compareció en la sala del Consejo de Ministros, Rivera fue relegado a la sala más pequeña reservada a los visitantes de la Moncloa.