¿Cómo puede condicionar el plantón a Iceta?

Francisco Balado Fontenla
Fran Balado MADRID / LA VOZ

ELECCIONES 2020

Pedro Sánchez, al inicio de un mitin que dio en Tenerife
Pedro Sánchez, al inicio de un mitin que dio en Tenerife Cristóbal García | Efe

La investidura de Sánchez no parece peligrar, mientras los barones del PSOE obtienen munición para la campaña

17 may 2019 . Actualizado a las 07:25 h.

Además de sentar un precedente en la democracia española, el bloqueo de las formaciones independentistas en el Parlamento catalán a Miquel Iceta para impedir el nombramiento como senador por representación autonómica del primer secretario del PSC supone un punto de inflexión en la política estatal en un momento clave: a medio camino entre la resaca de las generales y la recta final de campaña para las municipales, autonómicas y europeas, con las Cortes a punto de constituirse y la más que posible investidura de Sánchez como presidente a la vuelta de la esquina. ¿Cómo afectará el no es no de los secesionistas al resto de los frentes políticos?

¿Tendrá más complicado Pedro Sánchez renovar la presidencia del Gobierno?

En principio, no debería. En una hipotética segunda votación para su investidura, en la que resulta suficiente la mayoría simple de la Cámara (más síes que noes), al candidato socialista le bastaría con la abstención de las formaciones independentistas para su reelección como jefe del Ejecutivo. Todavía se desconoce el equilibrio de fuerzas que buscará Sánchez, pero una vez descartada la colaboración de Ciudadanos y PP, se antoja imprescindible la abstención de al menos un representante secesionista.

El diputado electo y portavoz adjunto de ERC en el Congreso durante la pasada legislatura Gabriel Rufián se acercó este jueves por la carrera de San Jerónimo para cumplir con los trámites exigidos antes de asumir el martes formalmente su acta. Rufián trató de desvincular la negativa de su partido a que Iceta dé el salto al Senado de esa hipotética votación de investidura de Sánchez que, como pronto, no se producirá hasta la segunda semana de junio. El 26M ha provocado que se retrasen todos los plazos habituales. «No condiciona nada», aseguró el controvertido diputado de Esquerra. Es más, dejó caer que su partido facilitará la reelección del candidato socialista, aunque, por supuesto, pondrá un precio. «Nosotros no vamos a ser los responsables de que los hijos de Aznar [por el PP de Casado] y don Pelayo [por Vox] lleguen a la Moncloa, pero tampoco le vamos a dar un cheque en blanco», comentó durante su breve comparecencia ante los medios en la Cámara Baja.

De este modo, Sánchez tendrá que negociar con Podemos y con las diversas fuerzas secesionistas, y pagar los respectivos peajes aunque pretenda gobernar en minoría. Pero, visto el reparto de escaños tras las generales, cualquier otra posibilidad resulta demasiado descabellada.

¿Y cómo afecta el bloqueo a Iceta para el 26M?

Sin duda, supone una liberación para los barones autonómicos socialistas. García-Page (Castilla-La Mancha), Lambán (Aragón) o Fernández Vara (Extremadura), tres de los muchos dirigentes que han sido más críticos con la connivencia de Sánchez con los independentistas, temerosos de que este coqueteo pudiese pasarles una factura a ellos en las urnas, respiran aliviados. Su mensaje contra el secesionismo podrá endurecerse en la recta final de la campaña, y tratar de convencer así a su electorado más españolista. Vara habló de un situación «dramática» que supondrá «un antes y un después» en las relaciones de su partido con ERC y JxCat. «Esto significará las aportaciones que quieren hacer a lo común, a lo colectivo, a esta patria común e indivisible de todos los españoles y de todas las españolas», comentó en un acto de campaña. Su colega Page habló de una «faena» que pone en evidencia que los secesionistas «lo único que quieren es llevárselo» y «romper España para tener privilegios».

¿Y en qué situación queda la oposición?

Descolocada. Una de las grandes estrategias con la que insistieron PP y Ciudadanos durante la pasada campaña fue poner de manifiesto todas las ocasiones en las que Sánchez había cedido ante los secesionistas: la figura del relator, su negativa a pronunciarse sobre unos posibles indultos en caso de que los presos sean condenados por el Supremo, la destitución de un abogado del Estado tras no haber cedido a las presiones del Ejecutivo para suavizar su informe... Tanto Casado como Rivera alertaron una y otra vez de que Sánchez volvería a ceder al chantaje de los independentistas. El presidente del PP advirtió que el bloqueo a Iceta es un mero ejercicio de ilusionismo, una teatralización para que ni secesionistas ni socialistas se vean perjudicados en la campaña electoral y que, por tanto, la negociación de Pedralbes se retomará tras el 26M.