Miguel Lorenzo, candidato del PP en A Coruña: «Tengo cierta chispa y gracia, pero en política hay que aprender a medirse»
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ELECCIONES 28M
«Siento ya cierta brecha digital y me preocupa que le pase a la gente mayor», dice el candidato del PP a la alcaldía de A Coruña
24 may 2023 . Actualizado a las 08:43 h.Abogado y senador, Miguel Lorenzo Torres (Pontevedra, 1961) encabeza la lista del PP a la alcaldía de A Coruña.
—¿Por qué entró en política?
—Me convenció Carlos Negreira.
—¿Se deja aconsejar?
—Siempre, pero la última decisión la tomo yo. Soy libra, y, como buen libra, medito. Me gusta escuchar diferentes opiniones. Cuando tomo la decisión, me hago responsable de ella.
—Decía Manuel Cabezas, candidato de su partido en Ourense, que la vida de senador, al lado de la de alcalde, es de balneario.
—¿Él fue senador?
—Sí.
—Yo en el Senado trabajé muy a gusto. No tienes el foco que te ponen en el Parlamento. Te dejan trabajar más. Fui portavoz de Cultura, que era un tema que me apasionaba, mientras se elaboraba el estatuto del artista. Trabajé mucho, pero reconozco que la vida municipal me va más. Es más cercana y más exigente también.
—¿Sigue ejerciendo como abogado?
—El último juicio lo tuve hace 15 días.
—Los abogados, como los políticos, tienen fama de tener que convivir con la mentira.
—El abogado no miente. Defiende posiciones jurídicas. No hay que confundir. La mentira no forma parte de mi vida. Uno de los problemas que tengo es que mi padre me educó muy bien. Lo llevo a gala. Me puedo equivocar, claro. Pero, mentir, nunca.
—¿Es la vida que soñaba de niño?
—De pequeño quería ser maestro. Lo que pasa es que mi hermano Francis hizo Magisterio, y luego Psicología. Mi madre me convenció para que estudiara Derecho, porque decía que en casa no teníamos abogado. Me fui a Santiago y luego me enganchó. Fue una buena decisión, un buen consejo de madre. Al final, mi hermano se dedicó a lo que se dedicó [es actor] y yo maté el gusanillo de la enseñanza porque di clases durante 20 años en la universidad.
—¿Se celó de que su hermano se quedase con su vocación?
—No, nunca. Yo soy el pequeño. Mis hermanos me llaman Michi. Con Francis he tenido una relación especial porque nos quedamos los dos muchos años juntos en Pontevedra cuando nuestros otros dos hermanos se fueron a estudiar fuera. Convivimos durante la adolescencia. Tuvimos mucha complicidad, mucho de taparnos el uno al otro en casa. Tengo la suerte de tener un buen carácter, que heredé de mi madre. Tengo cierta chispa, cierta gracia. Lo que pasa es que en política hay que aprender a medirse. Tengo respuestas muy ocurrentes, pero, después, cuando las ves por escrito...
—¿Se ha metido en muchos líos por saltarse la disciplina de partido?
—Tengo que decir siempre lo que pienso. He tenido lealtad, pero el PP es un partido grande y puede haber discrepancias. En algún momento hubo cosas que a mí no me gustaron y por eso lo dije.
—¿Qué cosas?
—Lo del matrimonio gay. Siempre creí en esos derechos. Hoy están completamente admitidos por el Partido Popular. En aquel momento, presentar el recurso de inconstitucionalidad no se entendió.
—¿Es partidario de permitir la adopción entre personas del mismo sexo?
—Sí, ¿por qué no?
—Porque su partido se mostró contrario a este derecho.
—No recuerdo esto. Pero claro que soy partidario.
—Se definió como católico, monárquico y antifranquista.
—Soy católico. Practicante. Me ayuda mucho en la vida ser creyente. Soy monárquico, lo sabe todo el mundo. Y conté que en España se vivieron 40 años de dictadura. Un período triste.

—El otro día coincidió en misa con Paco Vázquez.
—Sí, en los Dominicos, y estuvimos hablando.
—Fue en la Función del Voto. ¿Le pidió usted el suyo?
—No me parece un lugar prudente para eso. Y, por respeto, no se lo pediría. Aunque no dudo que, seguramente, me lo daría.
—¿En qué familia de su partido se encuentra más cómodo?
—En la del PP. Soy una persona liberal, con la mente abierta. Y soy de derechas. Los estereotipos que quiere buscar la gente, a veces, yo no los encuentro.
—¿Qué tiene A Coruña que le hubiese gustado inaugurar a usted como alcalde?
—El paseo marítimo. Fue una gran obra para la ciudad, un área de esparcimiento. Voy a correr muchas veces por allí.
—¿Sigue haciendo deporte en campaña?
—Ahora lo que hago en el poco tiempo que me queda es dormir. Todas las mañanas, a las siete menos cuarto, estaba corriendo por el parque de Santa Margarita. Pero hasta ni eso me dejan hacer.
—¿Qué tal se lleva con las tecnologías?
—Siento ya cierta brecha digital. Va todo muy rápido. Me preocupa que le pase a la gente mayor. Se lo estamos poniendo muy difícil.
—¿En qué brecha se ha quedado usted?
—Estoy en el mundo, pero me cuesta. En mi red social escribo yo, pero no recuerdo la última aplicación que me descargué.
—¿De qué manera se relaja?
—Me gusta recibir a gente en casa. Si vienen, pongo una buena mesa. Cocinar con un pinche es muy divertido. Incluso te puedes tomar un riojita. Y la sal va de otra manera. Ya no vas tanto por la receta, y la comida sale mejor. Yo vivo solo, pero nunca bebo solo.
—¿Y eso?
—Es un lema que tengo. Nunca bebo antes de las dos de la tarde, ni bebo solo desde hace muchísimos años.
«He tenido lealtad, pero el PP es un partido grande y puede haber discrepancias; en algún momento hubo cosas que a mí no me gustaron y por eso lo dije»