El superviviente Rajoy frente a tres líderes de otra generación

Enrique Clemente Navarro
enrique clemente MADRID / LA VOZ

ELECCIONES 2016

El presidente, que lleva 25 años en primera línea política, compite con rivales mucho más jóvenes

20 dic 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Lo primero que llama la atención cuando se compara a los cuatro aspirantes a la Moncloa es la diferencia de edad. Rajoy es con 60 años el mayor de los cuatro con diferencia. Lo segundo la experiencia en la gestión. El candidato del PP fue el registrador de la propiedad más joven de España con solo 24 años y lleva 35 en política desde que dio sus primeros pasos en Alianza Popular. Su currículo es abrumador, lo ha sido todo, desde concejal y presidente de diputación a ministro, vicepresidente y presidente del Gobierno. El 20D es el último desafío de este superviviente nato, un corredor de fondo curtido en mil batallas, un político de teflón que resistió al frente del PP pese a perder dos veces las elecciones ante Zapatero y a las presiones de su propio partido y que ha tenido que lidiar con una crisis devastadora como presidente.

Cuartas elecciones

O más bien su penúltimo desafío. Si pierde las que serán sus cuartas elecciones como cabeza de cartel se irá a casa. Pero si gana tendrá que mostrar sus dotes de negociador. «Soy un señor de Pontevedra», suele decir para definirse para reforzar su imagen de hombre normal, que siempre apela al sentido común y ahora se presenta como garante de la estabilidad.

Si Rajoy es el político por excelencia, sus tres rivales han llegado hasta aquí gracias en buena parte al azar. Economista de formación, profesor universitario, afiliado al PSOE con 21 años, Sánchez fue concejal del ayuntamiento de Madrid -esa condición mínima que Rajoy exige a los aspirantes- y diputado de rebote. En el 2009 logró el acta tras la renuncia de Pedro Solbes y en el 2013 por la de Cristina Narbona. En julio del 2014 ganó las primarias para convertirse en secretario general del PSOE. Hasta entonces era un completo desconocido para la mayoría de los españoles. Llegó en un escenario muy complicado con un PSOE dividido y en sus horas más bajas. Sabe que el 20D se la juega y Susana Díaz está a la espera. Apodado El guapo, este exjugador de baloncesto comparte con Albert Rivera la telegenia y el don de palabra. Son los yernos ideales que todos los suegros quisieran para sus hijas.

Parecidos y muy diferentes

El ascenso de Rivera fue aún más sorprendente. Trabajó para La Caixa y fue elegido presidente de su partido porque era el primero en el orden alfabético de su lista. Desde el 2006, en que apareció desnudo en un cartel electoral para darse a conocer, el ascenso de Ciudadanos en Cataluña ha sido imparable, hasta convertirse en segunda fuerza. Ahora es el candidato mejor valorado y puede que la clave para la formación del próximo Gobierno.

Pablo Iglesias proviene de una familia de izquierdas, ingresó muy joven en las juventudes comunistas, que abandonó a los 21 años, estudió Derecho y Ciencias Políticas y participó en el movimiento antiglobalización. Este profesor universitario se dio a conocer por sus dotes como tertuliano. Hace menos de dos años fundó Podemos, cuyo auge ha sido meteórico. En la campaña se ha despojado de un plumazo de la radicalidad para transmutarse en un moderado socialdemócrata. Aunque ideológicamente estén en las antípodas, tiene mucho en común con Rivera. Ambos lideran formaciones emergentes, tienen una gran capacidad oratoria y dialéctica, denuncian el bipartidismo, representan la nueva política, se han forjado en las tertulias de televisión y se sitúan en una cierta ambigüedad ideología. Ni de derechas ni izquierdas, dice Iglesias de su partido; ni rojos ni azules, arguye Rivera. Eso sí, la diferencia de aspecto no puede ser mayor. Iglesias no tiene pinta de presidente, como dijo Sánchez despectivamente, mientras Rivera es la pulcritud.

El nuevo Rajoy

Frente al aire fresco que representan sus rivales, Rajoy es un político tradicional con una enorme mochila a cuestas, para lo bueno y para lo malo. Tras cuatro años encerrado en la Moncloa hasta el punto de ser llamado el presidente del plasma, en estos últimos 15 días se ha visto a un Rajoy desconocido, que ha hecho campaña a pie de calle. El efecto Bertín, es decir su estudiado paso por la casa del cantante, sirvió para humanizar a un líder sin carisma. Su peor momento fue el cara a cara con Sánchez, que le acusó de no ser decente. Su reacción tras el alevoso puñetazo que recibió, para cortar de raíz cualquier intento de capitalizar electoralmente la agresión, le acercó más a los españoles.

Sánchez e Iglesias, en «Star Wars», y Rajoy en la Moncloa

Mariano Rajoy se dio su habitual caminata matutina y pasó la jornada con su familia en la Moncloa. Pablo Iglesias y Pedro Sánchez aprovecharon la jornada de reflexión para ir al cine, al estreno del momento, «Star Wars». Por la mañana el líder socialista fue a ver un partido de baloncesto de su hija. El secretario general de Podemos vio «B, la película», y luego la séptima entrega de «La guerra de las galaxias». Albert Rivera dedicó el día a estar con su hija.