En ese año, con Abel Caballero como candidato a la Xunta, el PSdeG entró en barrena al ser superado por el BNG, entonces liderado por Xosé Manuel Beiras
21 dic 2015 . Actualizado a las 05:00 h.La historia nunca se repite de la misma manera, pero hay elementos que dejaron la noche electoral de ayer que recuerdan, salvando las distancias, a los vividos dos décadas antes cuando el partido del puño y la rosa perdió la segunda posición política en Galicia, lo que nublaba la posibilidad de que fuera visualizado con claridad como la única alternativa de gobierno posible.
En 1997, con el actual alcalde de Vigo como candidato a la Xunta, Abel Caballero, el PSdeG entró en barrena al ser superado por el BNG, entonces liderado por Xosé Manuel Beiras. En el partido se sucedieron las tensiones internas hasta promover a Pérez Touriño a la secretario general, que necesitó siete años para reconstruir lo que estaba destrozado y convertirse de nuevo en alternativa de gobierno con el sustento del BNG.
Anoche el PSdeG fue visitado por los mismos fantasmas de 1997. Entonces sufrió el sorpasso del BNG y ahora lo protagoniza En Marea, curiosamente también con Xosé Manuel Beiras de activo entre sus filas, pero ya sin el papel motor que tuvo hace dos décadas. El desplazamiento del PSdeG como segunda fuerza política era algo que en Galicia se veía venir, porque se pudo visualizar con toda su crudeza en las municipales de mayo, cuando fueron superados en A Coruña, Santiago y Ferrol por las candidaturas de unidad popular. En Pontevedra ya habían perdido mucho antes, frente al BNG, el rol de la alternativa del Gobierno.
Quizás lo peor del 20D para el PSdeG es que tanto la ciudad de Ourense, como la de Lugo y Vigo, la última donde lograron recientemente una mayoría absoluta abrumadora, fueron desplazados también a la tercera posición. Ni que decir tiene que el voto urbano, la propia dinámica de las ciudades, es el que suele anticipar los cambios políticos. ¿Puede en esta tesitura mostrarse el PSdeG como la verdadera alternativa de Gobierno en Galicia a nueve meses vista de que se convoquen las elecciones autonómicas?. Besteiro está convencido de que sí. Pero eso, por ahora, es difícil verlo sin un generoso acto de fe.