El dineral que ha ganado Ilia Topuria apostando por la victoria de Carlos Alcaraz en Wimbledon
POLIDEPORTIVO
El luchador de la UFC apostó 50.000 euros a que el tenista español ganaba Wimbledon
17 jul 2023 . Actualizado a las 16:20 h.Al más puro estilo Floyd Mayweather, Ilia Topuria está cogiendo la costumbre de compartir con sus seguidores sus apuestas. El luchador de la UFC va fuerte y, siempre, a favor de los deportistas españoles. Una de sus debilidades es Carlos Alcaraz y así lo demostró apostando 50.000 dólares a que se impondría a Novak Djokovic en la final de Wimbledon.
«Señor Carlitos, muchísimas felicidades», escribió Ilia Topuria después de haberse embolsado 275.000 dólares gracias al tenista murciano. «Yo no lo dudé nunca. Mucha gente me invitaba a retirar mi apuesta ayer, pero como lo había hecho con muchísima fe, no lo dudé en ningún momento. Muchísimas felicidades, te lo mereces», fue el comentario que hizo llegar a Carlos Alcaraz.
El triunfo de Carlos Alcaraz en Wimbledon que tan rentable ha sido para Ilia Topuria
Carlos Alcaraz bordó el primer título en Wimbledon de su carrera deportiva ante Novak Djokovic, el siete veces campeón (1-6, 7-6 (6), 6-1, 3-6 y 6-4), y cumplió el sueño de su niñez: ganar el Grand Slam más bonito de todos y ante uno de los mejores de la historia.
Carlos Alcaraz, como soñaba desde que su padre le puso una raqueta en la mano, sometió a Novak Djokovic, el perseguidor de todos los récords, y se convirtió en el quinto español en la historia en triunfar en Wimbledon, junto a Manolo Santana, Conchita Martínez, Rafael Nadal y Garbiñe Muguruza.
«Él tiene 35 finales, yo una», dijo sobre Novak Djokovic antes del partido, y la frase se hizo realidad con un duro 6-1 para el serbio en el primer set. Un palo durísimo, un manotazo al sueño del murciano, que tuvo que reagruparse.
Carlos Alcaraz comenzó un nuevo partido con set abajo, un encuentro en el que se venía de tú a tú. Es otra virtud de los mejores, la corta memoria y la capacidad para olvidar con rapidez lo malo y no recrearse en lo bueno. Puso un 2-0 vital al principio del set, pero aún no estaba cómodo, por eso Novak Djokovic igualó y, pese a ir a remolque todo el parcial y salvar un 40-40 con 5-4 en contra, llegó con vida hasta el tie break, su terreno preferido, donde exhibía quince ganados seguidos.
Con la tensión al máximo, Novak Djokovic se adelantó 3-0 con dos saques brutales; Carlos Alcaraz remó hasta el 3-3 y en el cambio de cromos salvó bola de set con un error flagrante del serbio de revés. Extraño en él no cerrar un parcial con una pelota a la red, pero más extraño fue que repitió el error al punto siguiente y permitió al español tener él punto de set al resto. Y no hubo fallos, solo un revés de resto ganador que recordó en cierto modo al que utilizó Roger Federer para derrocar a Pete Sampras en 2001. De hecho, fue por el mismo lado de la red.
Ese golpe cambió todo el encuentro. Fue el vuelo de una mariposa, Carlos Alcaraz estuvo a un punto de ponerse 0-2, resultado que Novak Djokovic solo ha perdido una vez en su carrera, pero se sentaba en la silla con 1-1.
Y lo más importante, se lo empezaba a pasar bien. Estaba disfrutando, el único deseo que le pedía al partido. Quería saborear el gran momento de su vida y una vez se desembarazó de los nervios, fluyó el tenis.
Carlos Alcaraz dominó, lideró y si la paliza no iba a mayores fue por el lunar de las bolas de break convertidas (5 de 19). Con 3-1 a favor, se jugó, sobre el saque de Novak Djokovic, un juego de 27 minutos de duración. Con todo tipo de alternativas, se lo llevó el español, con un grito de alegría brutal, con una rotura que le llevó hasta el set y la ventaja de 2-1 en el marcador.
Tenía el partido en la mano, el problema es que enfrente estaba el hombre que nunca puede ser enterrado. El serbio, desde el 1-0 en contra y con dos bolas de rotura en contra, despegó. Sin un brillo excesivo, el serbio se revolvió y ganó un set que estaba jugando peor, pero del que nunca se despegó. Llevó el encuentro a un quinto set, escenario en el que ha estado en doce ocasiones y solo había perdido una, contra Mario Ancic en 2006, y tenía el pie en el acelerador, con Carlos Alcaraz contra las cuerdas.
Aguantó su primer saque, salvando bola de rotura, y se generó una sobre el servicio de Carlos Alcaraz. Una pelota que tuvo ganada en tres ocasiones y que el español desenterró hasta forzar el remate fallido del serbio. Surrealista la reacción del español e increíble para Novak Djokovic el fallo, que no solo perdió el punto, también los tres juegos siguientes, encendiendo la rabia del serbio, que reventó la raqueta contra uno de los palos de la red.
Se desconectó y se hizo daño en una muñeca, o eso aparentó, porque no se soltó de la espalda de Carlos Alcaraz hasta que este selló el último punto, cuando Novak Djokovic estrelló un revés en la red. Cayó al suelo, brotó de él una alegría enorme y corrió hacia el palco con su gente, donde su padre y su madre se abrazaban, donde Juan Carlos Ferrero lloraba y donde él se fundió con su familia.
Número uno, quinto español en ganar en Wimbledon y una copa dorada que es ya el título más grande de su carrera.