El Gobierno advierte a Mohamed VI de que la inmigración clandestina se origina en las costas africanas y es allí donde hay que actuar España y Marruecos arreciaron ayer sus mutuos reproches sobre el origen de la inmigración ilegal. A las conocidas quejas del Gobierno español sobre la falta de control de las autoridades marroquíes, que facilita así el trabajo de las mafias, replicó ayer el propio rey marroquí, Mohamed VI, asegurando que las más poderosas de esas redes clandestinas son españolas, y que es desde la península de donde parten las barcas que transportan a los inmigrantes hasta las costas andaluzas.
04 sep 2001 . Actualizado a las 07:00 h.«Lo que no aceptamos es que Madrid diga que todas las dificultades españolas vienen de Marruecos», señala al periódico francés Mohamed VI tras reconocer que el problema de la inmigración ilegal procedente de territorio alauí es «real». El monarca marroquí considera que su policía es incapaz de dar captura a las mafias y que, por tanto, «los problemas de Marruecos sólo tendrán solución si hay una verdadera implicación de la Europa de los Quince en el desarrollo de mi país». La difusión de estas declaraciones tuvo inmediata respuesta del Gobierno español a través de su secretario de Estado de Asuntos Exteriores, Miquel Nadal, que insistió en que los flujos de inmigración ilegal «se originan en las playas de Marruecos y es allí donde hay que actuar». Y si Marruecos «tiene constancia de que hay mafias actuando desde España, que nos lo diga, porque actuaremos con la máxima firmeza». En medio del cruce de descalificaciones, el embajador marroquí en España, Abdesalam Baraka, terció en la polémica para asegurar que «lo esencial» para afrontar el problema de la inmigración clandestina no es «echarse la culpa unos a otros», sino «trabajar juntos ambos países». Conversaciones fluidas Precisó Baraka que el pasado mes de agosto el Ministerio de Asuntos Exteriores marroquí hizo llegar al departamento homólogo español un informe que precisa las áreas en las que ambos países pueden cooperar para hacer frente a este problema, sin que hayan obtenido respuesta todavía. Puso como ejemplo el convenio firmado entre ambos países a finales de julio sobre contratación de mano de obra, acuerdo todavía no aplicado. Defendió empero el diplomático marroquí que las conversaciones con España en estas materias «son fluidas y sólidas».