El ex-líder del PSE acudió a la cita, que tuvo lugar en julio, junto a su padre y el Defensor del Pueblo La filtración de la entrevista secreta que el ex-secretario general del PSE, Nicolás Redondo Terreros, mantuvo el pasado julio con el presidente del Gobierno, José María Aznar, en el Palacio de La Moncloa ha agravado la crisis de los socialistas vascos. Fuentes del PSOE indicaron que el malestar generado en el partido por la noticia de este encuentro ha puesto nuevas trabas a la posible candidatura de Redondo Terreros para liderar el PSE, si finalmente decide volverse a presentar.
15 ene 2002 . Actualizado a las 06:00 h.En un momento en el que el PSE trata de abrir un debate político para salir de la difícil situación en la que se encuentra, la noticia de que Redondo Terreros se reunió el pasado julio con Aznar sin informar previamente a su jefe, José Luis Rodríguez Zapatero, empeoró el clima entre el dimitido secretario general de los socialistas vascos y las direcciones del PSE y el PSOE. En el encuentro, Aznar y Redondo Terreros hablaron del escenario social y político del País Vasco y de la situación interna del PSE, que ya apuntaba la crisis ahora desatada por las discrepancias surgidas tras la derrota electoral. Redondo acudió a la reunión con su padre, el histórico dirigente sindical Nicolás Redondo Urbieta, y el Defensor del Pueblo y ex-diputado socialista vasco, Enrique Múgica. Rodríguez Zapatero prefirió ayer pasar de puntillas por el asunto y, en una comparecencia pública en Algeciras, consideró «normal» que el ex-líder del PSE mantuviera esa entrevista. Sin embargo, fuentes de la Ejecutiva Federal confirmaron el «profundo malestar» de la dirección al conocer la noticia. También causó sorpresa la compañía que eligió Redondo para reunirse con Aznar, dos personas alejadas de la política y que, por distintas causas, han tenido roces con la dirección del partido. Redondo Terreros quiso quitar importancia a su entrevista y precisó que «de todo lo que hago informo y lo sabía quien lo tenía que saber». El ex-líder del PSE achacó la filtración a un interés de los socialistas vascos contrarios a sus tesis.