No comparte la opinión de quienes quieren ver en sus novelas sólo «libros de mujeres», aunque sus personajes femeninos tengan una fuerza innegable. Marina Mayoral reclama la «universalidad» de los temas sobre los que escribe, «el amor y la muerte», aunque asume que su perspectiva de mujer los atraviesa. -¿Los personajes femeninos son el eje de sus novelas? -Mis temas no son especialmente femeninos. Hablo del amor y de la muerte. ¿Puede haber algo más universal? Ahora bien, yo soy muy consciente de que soy mujer y que hablo desde mi punto de vista. No hablo desde la postura de un mono amaestrado ni de un hombre, soy mujer y hablo como mujer. Y a quien eso le parezca mal está discriminándome, porque lo que diga un hombre es igual de importante. A Cela no le dijeron nunca que escribía desde un punto de vista masculino. Lo hacía, pero nadie se lo dijo. Mi última novela, por ejemplo, es el monólogo de un anciano que se replantea su vida. -¿Dónde se inspira? ¿Cómo elige las historias que contar? -Me inspiro en mí y en lo que me rodea, especialmente en esso. Me inspiran las cosas que les ocurren a las personas normales, las que te encuentras cada día. No me gustan las historias de locos. La locura es algo sin justificación. -¿Qué admira? -Admiro la inteligencia, el talento, pero sobre todo admiro la bondad, en ese sentido de Machado, de «soy, en el buen sentido de la palabra, bueno». Eso cada vez lo admiro más. -¿De qué está más orgullosa en su vida? -De todo lo hecho en mi vida, lo que más me satisface son mis hijos. Y después mis novelas. -¿Y proyectos? -Estoy terminando una novela. La tengo en fase de reposo, de leerla tras cierto tiempo. Da miedo porque es cuando ves si sirve.