El descabezamiento de la cúpula aberzale marca una nueva etapa tras la ruptura de la tregua, en la que se prevén deserciones discretas en el entorno proetarra
08 oct 2007 . Actualizado a las 10:31 h.En esta fiesta interminable faltaba el juez Baltasar Garzón . Ibarretxe desafiando, Zapatero manteniendo el tipo, Rajoy ofreciéndose ante la debilidad, y ETA con sus coristas con el traje de tiempos duros. Entonces apareció Garzón y cuando llega no pasa desapercibido. La policía le entregó una información de alta calidad: aunque habían reservado locales en distintos pueblos para no ser grabados, la reunión ilegal de Batasuna se iba a celebrar en el corazón del Gohierri, en Segura. El juez no lo dudó. El relevo de una dirección batasuna de circunstancias por la dura que la banda terrorista ETA requiere para justificar su prevista ofensiva ha quedado abortado.
Vitoria encabeza la protesta porque le complica los planes al lendakari con graves dificultades para encontrar adhesiones a su plan: el empresariado guarda un silencio crítico, el proyecto de fusión de las tres cajas de ahorro vascas queda en entredicho y el PNV está dividido, aunque calle por las heridas de la escisión de Garaikoetxea . Sólo le apoyan algunas entidades culturales muy extremistas y el Consejo de la Juventud Vasca que financia su Gobierno. Así no va a ninguna parte.
ETA puede responder con bombas a las detenciones, pero ya estaba en ello. Si no hace más es porque no puede. Cuando la tregua se rompió, Zapatero reunió en Moncloa a los generales de la Guardia Civil y los jefes policiales. Le dijeron que estuviera tranquilo porque durante la tregua no se fueron de vacaciones. Las noticias posteriores de capturas así lo acreditan, aunque el último Zutabe , el boletín interno de ETA, rezume triunfalismo.
La intervención de Garzón marca una nueva etapa en este proceso en el que se prevén deserciones discretas. Casi nadie ha reparado en que el abogado Iñigo Iruin ha dejado Batasuna en los últimos días. Históricamente eran Iñaki Esnaola y la francesa Christianne Fandó los abogados de confianza de los etarras. Estuvieron en las conversaciones de Argel con Rafael Vera . Cuando Txema Montero se replegó en la Fundación Sabino Arana, desengañado por el coche bomba de Hipercor, Iñigo Iruin se quedó con el liderazgo de la asesoría jurídica de ese mundo. Que se vaya a casa ahora es muy significativo. Cada fracaso negociador - Suárez , Calvo-Sotelo , González , Aznar y Zapatero- son varios años más de prórroga hasta que vuelve la posibilidad de diálogo. Iruin ya no sigue.
Extrema derecha aberzale
es rotundo cuando se le pide opinión: «¿Por qué ese empeño en llamarle izquierda aberzale si no tienen nada de izquierda, ni respetan a las personas incluso cuando son víctimas? Lo correcto es hablar de extrema derecha aberzale»
Lo ingenuo es seguir preguntando por qué tanta flexibilidad judicial y policial hace un año y la intransigencia de ahora. No es por las elecciones, o sólo por eso. Cuando se negocia un acuerdo se favorece la distensión, y al romperse, además violentamente, se aplica la ley con la máxima severidad. Los efectos son palpables. Pérez Rubalcaba lo tiene muy claro: advirtió públicamente a los batasunos que se había acabado una época y Garzón ha puesto el punto y aparte.
Entretanto en Cataluña, la quema de fotos del Rey se consolida como actividad juvenil del independentismo que Alfonso Guerra equipara también con la extrema derecha. El PP aprovecha el dislate y hasta Aznar defiende al Rey para subrayar que otros no lo hacen. Siempre lo apoyó, pero acaso con déficit de cortesía.
Pero Zapatero contraataca. Acompañará al monarca esta semana en cuatro actos, el más significativo el Consejo Militar que el Rey preside, y que hasta ahora apenas se reunía, para que quede claro quién es el jefe de las Fuerzas Armadas. Los socialistas no se meterán en ese jardín porque saben que la gente, aunque no sea monárquica, agradece la estabilidad y no quiere aventuras.
Y otro dato de Cataluña: el ascenso de Oriol Pujol , el hijo político -uno entre siete- del ex presidente. Artur Ma s lo propone como portavoz en el Parlamento catalán. Es una suerte de monarquía nacionalista.