La nueva estrategia de Zapatero dispara las enmiendas para el congreso socialista

Paula de las Heras

ESPAÑA

24 jun 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

El congreso del PSOE será menos movido que el popular, pero la discusión interna está garantizada. La ponencia marco que define la estrategia del partido para los próximos cuatro años ha recibido una avalancha de enmiendas inusual en la era José Luis Rodríguez Zapatero. Casi 6.000 propuestas de modificación han presentado las federaciones al documento coordinado por Jesús Caldera. La cifra, que habría sido común en tiempos de Felipe González, triplica casi la del último cónclave socialista, celebrado tras la victoria electoral del 2004.

El secretario de Organización, José Blanco, admitió ayer que muchas abordan cuestiones delicadas como el aborto, la eutanasia o las relaciones Estado-Iglesia y prometió que todas tendrán respuesta. Pero advirtió: «Lo que vamos a aprobar no es un programa electoral». Blanco optó por interpretar el aluvión de enmiendas enviadas por las federaciones como un signo de participación interna; una prueba, dijo, de que mientras en el partido de enfrente se discute sobre nombres y repartos de poder en el suyo se habla de ideas.

Es cierto que en el PSOE nadie cuestiona la continuidad del triunvirato que forman Zapatero, Manuel Chaves y el propio Blanco, pero también lo es que muchas de las enmiendas presentadas demuestran un rechazo de la militancia hacia el cambio de rumbo que se ha pretendido dar desde la dirección a algunas políticas, entre ellas las de empleo.

La apuesta por la flexiguridad no ha gustado. Tanto es así que fuentes de la ejecutiva ya asumen que se acabará cayendo del texto. La ponencia marco hacía todo un panegírico sobre este modelo que, grosso modo, consiste en rebajar la restricciones legales a las empresas para la rotación de trabajadores mientras se potencian los programas de desempleo. Es un concepto que se aplica en algunos países nórdicos y que el Gobierno no ve con malos ojos. Sin embargo, en el partido e incluso en algunos miembros de la ejecutiva, su asunción para esta legislatura levantó muchas ampollas.

José Blanco subrayó que el Gobierno nunca dará «un paso atrás» en las políticas sociales, pero debe adaptarse a los cambios de la sociedad. Como el endurecimiento en la política migratoria, que también ha suscitado numerosas enmiendas.