El sector moderado pide a Rajoy las cabezas de los consejeros González y Granados

M.?I.

ESPAÑA

25 ene 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Los moderados del PP y los fieles a Alberto Ruiz Gallardón, la mayoría que el año pasado mantuvo en la presidencia del partido a Rajoy, presionan ya al líder de los populares para que no espere más tiempo a mover ficha en el escándalo del espionaje en Madrid y comience a cortar cabezas (las de los consejeros González y Granados, que unieron su suerte en una rueda de prensa conjunta en la que lo negaron todo, tacharon de «gran mentira» la existencia de un equipo de espías en la comunidad y denunciaron que todo era una trama para desprestigiar al Gobierno de Aguirre).

Aguirre, por su parte, cierra filas con los suyos, retó a Gallardón, a Cobo y a Prada a rectificar en sus acusaciones y a presentar pruebas de la presunta implicación de miembros de su Gobierno en la red de espionaje político y hace buena la frase de que no hay mejor defensa que un buen ataque y ayer envió a otro de sus consejeros, Juan José Güemes, a decir que todo es una gran mentira.

Sálvese quien pueda

Mientras las distintas familias populares madrileñas se mueven en un ambiente de sálvese quien pueda, en la sede central del partido se echan las manos a la cabeza temiendo las peores consecuencias electorales del desastre. En un primer momento, Rajoy intentó minimizar los daños exculpando a la presidenta madrileña. «Yo le creo», dijo. Desde la dirección nacional, el vicesecretario de comunicación, Esteban González Pons, tiró por elevación e implicó en el escándalo a Interior por las posibles aportaciones de funcionarios policiales en algunos detalles revelados en los informes.

Sin embargo, ante el cariz que iban tomando las cosas, el presidente del PP acabó por ponerse al frente de la manifestación de los afectados con la apertura de una investigación interna para depurar responsabilidades.

Si los tribunales no encuentran delitos, Rajoy tendrá que dar un paso adelante en solitario y entregar alguna cabeza política para salvarse de la quema. Nadie duda de su honorabilidad, pero muchos cuestionan su capacidad para salir sano y salvo de esta nueva prueba de fuego. Granados y González están en el punto de mira.