Camps, un «barón» con dos mayorías absolutas

Efe

ESPAÑA

19 feb 2009 . Actualizado a las 14:28 h.

Francisco Camps, Paco para los amigos y militantes del PP valenciano, es uno de los «barones» que despuntan en el PP de Mariano Rajoy y se ha ganado su peso en el partido a cuenta de dos mayorías absolutas en las dos elecciones en las que ha sido cabeza de lista.

Camps (Valencia, 1962) inició su andadura política como concejal en un Ayuntamiento de Valencia que ya presidía Rita Barberá. En 1996 obtuvo un escaño de diputado por Valencia y, con la llegada al poder del PP, fue nombrado, en enero de 1999, secretario de Estado para las Administraciones Públicas. En el 2002 vuelve a la Comunitat como delegado del Gobierno y empieza su carrera dentro del PPCV, siendo elegido secretario general del partido, presidido entonces por Eduardo Zaplana.

Tras la marcha de Zaplana a Madrid como ministro, Camps se convierte en el hombre fuerte del PP valenciano, aunque la impresión general era que, aún Zaplana seguía mandando en Valencia y Camps era su lugarteniente.

En julio del 2002 es elegido candidato del PP a la Generalitat y en mayo se enfrenta a su primer reto electoral como cabeza de lista. Los resultados no pueden ser mejores: administra la herencia de Zaplana y consigue su primera mayoría absoluta. Ahí comienza su despegue político autónomo como máximo responsable del gobierno regional valenciano y del PP en la Comunitat.

Poco a poco, va soltando los nudos que Zaplana había dejado tanto en el partido como el gobierno, va haciendo ambos a su mano y en el 2004 es reelegido presidente de un PPCV que es ya fiel reflejo de su personalidad: serio y pertinaz, sin concesiones a la galería y, muchos menos, a la oposición.

En mayo del 2007 le llega la hora de la reválida en una situación de bonanza: los grandes acontecimientos deportivos han situado a Valencia en el centro de las portadas y la oposición acaba de perder a su principal representante -Joan Ignasi Pla- por un asunto de supuestos favores en unas obras realizadas en su casa.

Camps no desaprovecha el viento favorable y vuelve a conseguir y aumentar la mayoría absoluta: 54 de los 99 diputados de Les Corts se sentarán en los bancos del PP.

Ahora en ese viento favorable se cruzan las investigaciones del juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón: unas presuntas facturas de trajes por 30.000 euros han hecho salir su nombre en el informe de la fiscalía de la operación «Gürtel».

Cuando salieron los primeros datos, aún sin nombres, la Generalitat negó cualquier relación con esas facturas y amenazó con querellarse contra quien lo publicase. Hoy, ya con nombres y apellidos, Camps ha querido comparecer no solo para desmentirlo, sino para enmarcarlo en una campaña que, ha dicho, busca «la división del PP». En la declaración manuscrita, leída ante los periodistas, se ha mostrado «profundamente indignado»; ha calificado de «filtraciones interesadas» del sumario las informaciones que le relacionan y ha anunciado que ejecutará todas las acciones legales en defensa de su honor, del PP y de su cargo como president de la Generalitat. Y no ha dejado de recordar tanto su bagaje político -«veinte años de vida publica al servicio del interés general»- como su poder electoral: «de celebrarse hoy las elecciones autonómicas, el PPCV aumentaría su distancia respecto al PSPV-PSOE».