Los populares temen que el presidente valenciano, que pedirá disculpas, sucumba a la presión por el caso Gürtel
13 nov 2009 . Actualizado a las 09:17 h.La presión política, personal y mediática que ha recibido Francisco Camps desde que surgió el escándalo del caso Gürtel puede poner en peligro la estabilidad del presidente de la Generalitat valenciana o, al menos, eso teme su partido, que atribuye a los excesos de la oposición la salida de tono del líder en su respuesta de ayer al portavoz del PSOE. En la sesión de control al Gobierno en las Cortes, el socialista Ángel Luna tildó al político popular de «cadáver político» y el presidente replicó que al PSOE «le encantaría coger una furgoneta, venirse de madrugada a mi casa y por la mañana aparecer yo boca abajo en una cuneta».
Tal respuesta sorprendió hasta en las filas populares. Fuentes del PP valenciano asumieron que el presidente de Valencia cometió un error y dio a su oponente una contestación políticamente incorrecta, pero disculparon su salida de tono por la presión a la que dicen que se ve sometido desde que salió a la luz pública el caso Gürtel.
El portavoz parlamentario de los populares en las Cortes, Rafael Blasco, salió al quite tras las palabras del presidente autonómico y acusó a Luna de haber «puesto de los nervios» a su interlocutor. Fuentes cercanas a Camps aseguran que se encuentra mejor desde que el Tribunal Superior de Justicia Valenciano sobreseyó la causa por el regalo de trajes, el pasado agosto, e intenta recuperar la normalidad en su actividad política, que se vio afectada por su imputación judicial. Pero en las filas populares existe una creciente inquietud por el comportamiento del líder valenciano, al que consideran a punto de sucumbir, a la vista de sus declaraciones incoherentes.
Deseos perversos
En efecto, esta no es la primera vez que Camps atribuye a los socialistas deseos perversos porque, en una reunión con diputados de su grupo, les comentó que el PSOE lo quería ver «gaseado» porque la reconquista del poder para el PP había comenzado en la Comunidad Valenciana. Parlamentarios que conocen bien al barón valenciano aseguran que en la polémica frase de ayer en las Cortes aludía a San Pedro («Él también pidió ser colgado boca abajo como gesto de humildad ante Nuestro Señor Jesucristo») y a la Guerra Civil («Rememora la muerte de Calvo Sotelo»).
Los populares valencianos culpan a los socialistas, porque «los insultos son tantos que resulta insoportable y él ya no puede más, la tensión tiene que salir por alguna parte», alegan. Es cierto que no hace mucho tiempo Ángel Luna acusó a Camps de estar incapacitado y «enajenado». De hecho, en el mismo debate de ayer, el portavoz socialista, cuando escuchó la tremenda frase del presidente, recordó sus recientes palabras y dijo que si hace unos días hablaba de su «enajenación política», ahora tendría que replantearse «el adjetivo que le puso al sustantivo».
La dirección nacional guardó silencio tras el incidente y un portavoz oficial dijo que el partido no comenta» las declaraciones de sus presidentes autonómicos. Pero entre los dirigentes populares existía ayer el temor a que la polémica suscitada por Camps sea utilizada por los socialistas para intentar reventar la convención nacional que celebrará el PP a partir de hoy en Barcelona.
Disculpas de Camps
El presidente valenciano ha admitido que se excedió en sus palabras y pedirá disculpas a quien se haya sentido ofendido. También exigirá que el PSOE se disculpe por sus constantes ataques hacia su persona. Su exceso dialéctico ha indignado a la comisión ejecutiva federal del PSOE, que pidió ayer al presidente de la Generalitat valenciana que rectifique inmediatamente sus acusaciones en el Parlamento autonómico al portavoz del PSPV, Ángel Luna o, de lo contrario, que abandone sus responsabilidades. La comisión ejecutiva federal del PSOE emitió un comunicado en el que considera «inaceptables e intolerables» esas acusaciones y pide al líder del PP, Mariano Rajoy, que también condene esa conducta. Una expresión que, a juicio del PSOE, constituye «sin duda lo más grave que se puede decir en democracia y adquiere una trascendencia aún mayor al estar pronunciada en sede parlamentaria».
Por ello, la comisión ejecutiva de los socialistas exige una rectificación de Camps y la disculpa. De no ser así, añade, el presidente valenciano «debe abandonar completamente sus actuales responsabilidades públicas». Asimismo, el PSOE exige a Rajoy que condene esa conducta.