ZP y Rajoy: duelo decisivo en el 2011

Manuel Campo Vidal

ESPAÑA

Socialistas y populares se preparan para una larga carrera previa a las elecciones municipales y autonómicas, determinantes para las generales del año siguiente

31 ene 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Como si la presidencia española de la Unión Europea se diera por amortizada, los partidos ya viven pensando en mayo del 2011. Todos en guardia, porque lo que pase entonces determinará el signo de la elección presidencial de un año después: o Zapatero o Rajoy. «Zapatero que diga ya que va a ser el candidato», ha pedido Patxi López metiéndole presión.

Pero antes habrá que saber si en Castilla-La Mancha gobierna Barreda o De Cospedal y si en Aragón, por la retirada de Marcelino Iglesias, gobernará la socialista Eva Almunia o la popular Luisa Fernanda Rudi. Pero, cuidado, porque allí, el presidente de los regionalistas, José Ángel Biel, siente una irresistible «tentación cántabra» y desde su minoría quiere gobernar como Revilla en Cantabria, o Paulino Rivero en Canarias. Al diputado Manuel Pizarro, turolense y vecino de Biel en su niñez, se le atribuye la autoría intelectual de esa operación.

Y lo mismo en los ayuntamientos. Barcelona está en el aire, aunque parece que Jordi Hereu se recupera. En Sevilla no logran convencer a Alfonso Guerra, que es el único, según las encuestas, capaz de asegurar la última gran alcaldía andaluza que les queda a los socialistas, con permiso de Jerez. En Madrid, Valencia, Murcia y Rioja, los socialistas no tienen apenas esperanzas. Y el resto baila según una mezcla de tres factores muy influyentes: la polémica sobre las cajas de ahorros, la emigración y las alianzas con Izquierda Unida o unos nacionalistas ligeramente a la baja.

Faltan dieciséis meses y hay elecciones catalanas por medio, pero, como confiesa el presidente de una autonomía, «si las cajas de mi territorio se tienen que fusionar con otra de fuera, que sea ahora mismo, porque en un par de meses entramos en capilla electoral». De momento, el único que se ha llevado el gato al agua es el presidente de Cajasol, Antonio Pulido, que ha absorbido la de Guadalajara, en la primera fusión interterritorial. Sin un ruido.

Pero no solo influirán los contenciosos regionalistas o locales por las cajas; influirá la inmigración, que es el dato nuevo, porque una comunidad como Cataluña tiene millón y medio de nuevos ciudadanos y de ellos la tercera parte -comunitarios y algunos latinoamericanos preferentemente- con derecho a voto. Los nuevos votantes son poco significativos en Galicia, las dos Castillas y la cornisa cantábrica, pero en Madrid, Cataluña, Valencia, Murcia, Baleares y Canarias pueden decidir alcaldías. Con una agravante: en las afueras de Madrid -Alcalá, Torrejón, Coslada, etcétera-, donde los rumanos son legión, el PSOE resulta perjudicado. Como reconoce un dirigente, «en cuanto ven la palabra socialista en un cartel, echan a correr en dirección contraria, porque les trae muy malos recuerdos al relacionarlo, aunque no tenga sentido, con la dictadura comunista en su país». El fantasma de Ceaucescu y señora, ambos fusilados por cierto después de un juicio sumarísimo, planea por lo visto por el corredor del Henares.

Pese a todo, el diputado Antonio Hernando, responsable de los ayuntamientos del PSOE, observa el panorama con confianza: «Vale más hablar poco, trabajar y tener datos en mano. Queda tiempo, pero me atrevo a pronosticar hoy que, por ejemplo, aunque se digan otras cosas, gobernaremos en A Coruña, Santiago, Vigo, Ourense y León. Gobernaremos en Barcelona, etcétera». No hay forma de sacarle más datos de su encuesta.

Los populares, en cambio, ponen el acento en la posible recuperación de ciudades emblemáticas como Sevilla y comunidades como Aragón y, por primera vez, Castilla-La Mancha, donde Dolores de Cospedal se juega su futuro político.

Para esas elecciones, el PSOE también se refuerza incorporando a su ejecutiva a Gaspar Zarrías, secretario de Estado de Administraciones Públicas, que salió de Andalucía por el relevo de Chaves por Griñán. Zarrías es un fontanero de primera que ha estado en todos los Gobiernos andaluces hasta hace poco. Desde entonces, las perspectivas de perder el Gobierno andaluz se han disparado. Ya ven: cualquiera diría que falta un año largo para las elecciones municipales y regionales de mayo del 2011. Queda un año largo que se hará cortísimo.