El presidente balear reitera que no adelantará las elecciones pese a la crisis por la dimisión de Munar
ESPAÑA
La dimisión de la presidenta del Parlamento balear, María Antònia Munar, y el reconocimiento implícito de las prácticas corruptas de su partido, Unió Mallorquina, tras la confesión de su compañero Miquel Nadal no han alterado el guión del presidente balear, el socialista Francesc Antich, que ayer reiteró que no tiene intención de adelantar las elecciones. Este es el objetivo de los populares, que ayer instaron al dirigente socialista a presentar la dimisión si no es capaz de solucionar la crisis que afecta a las principales instituciones baleares con la sucesión de escándalos de corrupción.
María Antònia Munar dimitió el viernes, horas después de que Miquel Nadal, imputado en el caso Maquillaje, declarara en los juzgados que en la pasada legislatura la entonces presidenta de Unió Mallorquina le había entregado 300.000 euros de dinero del partido para comprar una productora que obtuvo contratos de la Radiotelevisión de Mallorca, dependiente del Consell de Mallorca que entonces ella presidía. Unió gobernó la pasada legislatura con el Partido Popular y lo ha hecho en la actual con el PSOE, hasta que hace unas semanas Antich rompió el pacto con la formación regionalista al destaparse un nuevo caso de corrupción, que no provenía de hechos del anterior período.
El presidente balear hizo una declaración en la que admite que «está claro que afecta a todas las instituciones de las Islas Baleares que la presidenta del Parlament tenga que dimitir por unas circunstancias como son estas [...], pero a la vez también debe dar confianza a la ciudadanía de que se corrijan las cosas que no estén bien hechas», ha afirmado.
Antich pidió a los partidos que sean responsables y reiteró su intención de seguir gobernando, aunque añadió que «si no se aplica responsabilidad» estudiará qué decisiones tomar, en relación a un posible adelanto de las elecciones autonómicas. Reiteró que «la mejor forma de ayudar a los ciudadanos es seguir gobernando», pactando con las fuerzas políticas, «no solo de lo que se deba pactar en el Parlament» sino también de las decisiones que adopte el Ejecutivo.