Gallegos muertos en la guerra de Afganistán

La Voz

ESPAÑA

La muerte del alférez Bravo Picallo eleva a 17 el número de militares gallegos que han perdido la vida en Afganistán, muchos de ellos jóvenes soldados sin experiencia en la guerra

26 ago 2010 . Actualizado a las 10:44 h.

Antonio Novo Ferreiro | Un comandante de infantería que veraneaba en la casa de su niñez.

Víctima del accidente del Yak-42 en Trebisonda (Turquía), el 26 de mayo del 2003. Vivía en Asturias, pero veraneaba cada año en la casa familiar de O Castro (Guitiriz). Tenía 40 años, era responsable de prensa de la misión desplazada a Kabul y dejó mujer y dos hijos.

José Manuel Pazos Vidal | Brigada de Marín, víctima del accidente del Yak-42.

Fallecido también en el siniestro de Turquía, Pazos Vidal (Marín, 42 años) era hijo de un electricista jubilado del Ayuntamiento de esa villa. Dejó también mujer y dos hijos en Zaragoza, donde residía. Su mayor anhelo era regresar cuanto antes a España.

Vicente Agulló Canda ||Varias misiones humanitarias con solo 28 años.

La muerte de Agulló Canda cayó como un jarro de agua fría en Lalín, donde era muy conocido por su participación en más de treinta misiones humanitarias desde que ingresó en el Ejército, un decenio antes de su muerte. La guerra le resultaba familiar tras acudir en varias ocasiones a Afganistán en el contingente español desplegado por las Naciones Unidas. Pereció también en el accidente de Trebisonda.

César González Barciela | Natural de Redondela, casado y con dos hijos.

Cuarta víctima gallega del Yak-42. Pertenecía a uno de los regimientos que desplazaron más hombres a Afganistán, el número uno de Castrillo del Val, en Burgos, uno de cuyos mandos confirmó su muerte. Tenía 44 años.

Isaac Calvo Piñeiro | Soldado ferrolano al que su tío definió como el misionero del siglo XXI.

El soldado Isaac Calvo Piñeiro nació en Ferrol. Murió con 20 años al desplomarse un helicóptero Cougar en la región de Herat, con otros nueve gallegos. Era el segundo de cuatro hermanos. Cursó estudios en el instituto del barrio de Canido. Su tío lo definió como «un misionero del siglo XXI».

Pedro Sanmartín Pereira | Víctima del Cougar y aficionado al ciclismo.

Soltero y de 27 años, el soldado Pedro Sanmartín Pereira vivía con sus padres en un piso alquilado en Caldas de Reis. Le encantaba montar en bicicleta y acampar. Tras acabar el servicio militar, decidió alistarse en el Ejército profesional. Era la primera vez que salía de España para una misión.

Pablo Iglesias Sancho | Llegó a la milicia siguiendo los pasos de su abuelo.

Este soldado lucense era hijo único. Vivía con su madre en la planta baja de un inmueble de la calle de Aquilino Iglesia, una de las zonas más humildes de la ciudad amurallada. Al Ejército llegó siguiendo los pasos de su abuelo, un año antes del fatal suceso. Sin embargo, antes que en Figueirido ya había conocido otros destinos en la provincia de Badajoz.

Diego González Blanco | Ex legionario prometido con una joven de la Brilat. El ourensano Diego González Blanco tenía 27 años cuando sucedió el siniestro de Herat y llevaba dos destinado en Pontevedra. Allí vivía con su novia, Alejandra, compañera en la Brilat. Antes trabajó como transportista.

Diego Prado López | Un valiente soldado de apenas 20 años.

Solía visitar todos los fines de semana a sus padres en el barrio de Barbeitas (Vilalba). Llevaba 23 meses en las Fuerzas Armadas. «Quería facer carreira militar», comentaron fuentes de su entorno tras el trágico fallecimiento.

Gonzalo Casalderrey Názara | Huérfano de padre, recién alistado y natural de A Seca.

Pertenecía a una familia humilde de esta villa pontevedresa. Tenía 25 años cuando cayó el Cougar, llevaba menos de medio año en el Ejército y antes de jurar la bandera había trabajado en una empresa de saneamiento de la capital pontevedresa. Tenía novia.

Jesús Casal Rivera | Residente en Marín, pero natural de Vigo.

El joven Jesús Casal Rivera era natural de Vigo. Nacido en 1979, residía en Marín cuando se marchó a Afganistán. Una conocida cervecería (Domi) ubicada en el barrio olívico de Teis y regentada por su hermana tenía colgado un cartel indeseable el día del accidente: «Cerrado por defunción».

Daniel Abreu Fernández | Un cabo vigués aficionado al submarinismo.

Abreu Fernández, un apasionado del submarinismo, joven alegre y activo, había nacido en 1981. Se había casado un año antes con Concepción Rodríguez Vázquez, ex militar.

José Ángel Martínez Parada | Francotirador de élite que acababa de rehabilitar una casa.

A este ribeirense de apenas 21 años, vecino de Deán Grande (Ribeira), le ilusionaba participar en la misión de Afganistán. Era francotirador de élite y acababa de estrenar una casa de piedra que un familiar suyo rehabilitó para él. Jugaba al fútbol sala en un equipo de Barbanza.

Iván Vázquez Núñez | Jovencísimo soldado de Foz.

El último de los gallegos muertos en el accidente del Cougar tenía 20 años, era soltero y natural de Foz. Había ingresado dos años antes en el Ejército.

Idoia Rodríguez Buján | La primera española muerta en una misión.

Pereció en un ataque terrorista a un vehículo blindado el 21 de febrero del 2007 cuando intentaba mantener la paz en la zona. Tenía 23 años y había nacido en Friol.

Rubén Alonso Ríos | Víctima de un atentado suicida el 9 de noviembre del 2008 en Ziz Abada.

Cabo primero vigués. Llevaba apenas 20 días en Afganistán y era la primera vez que salía de la base.