El Gobierno anuncia una cumbre con Rabat mientras Rajoy visita Melilla

Paula de las Heras / A. Montilla MELILLA/COLPISA.

ESPAÑA

El líder popular suaviza sus críticas al Ejecutivo y lanza un mensaje de amistad y cooperación con Marruecos

17 sep 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

José Luis Rodríguez Zapatero tiene la intención de mantener una reunión con el rey de Marruecos, Mohamed VI, el lunes en Nueva York. Ambos coincidirán en la Cumbre del Milenio de las Naciones Unidas. Según fuentes de la Moncloa, el equipo del presidente del Gobierno llevaba trabajando «desde hace días» para concertar una cita con el monarca del país vecino, con el que este agosto volvieron a producirse fricciones a cuenta de Melilla.

El Gobierno hizo este anuncio en el momento en que Rajoy visitaba la ciudad norteafricana. En el Ejecutivo había cierta preocupación ante la posibilidad de que el viaje de Rajoy avivara los rescoldos del último rifirrafe, pero ayer por la tarde ya respiraba tranquilo. El propio Zapatero aseguró en Bruselas que las declaraciones del líder de la oposición fueron «correctas» y «en la buena dirección» para contribuir a algo que tiene un «interés importante», es decir, al mantenimiento de una relación con Marruecos en la que existan las mínimas fricciones posibles.

Mariano Rajoy dejó en Madrid la agria reacción del PP ante la, a su juicio, «tibieza» con la que respondió el Gobierno frente a los incidentes fronterizos con Marruecos del pasado agosto. El líder de los populares, por contra, llevó ayer a Melilla un mensaje de amistad y cooperación entre ambos países, aunque sin renunciar a una premisa: la españolidad de Melilla y Ceuta no admite discusión alguna.

El jefe del principal partido de la oposición mantuvo con desparpajo su derecho a desplazarse «con absoluta normalidad» por todo el territorio español, incluidas las dos ciudades autónomas norteafricanas, aunque ayer introdujo un matiz que se puede interpretar como un gesto de cortesía hacia Rabat, ya que justificó su estancia en una «invitación» expresa del presidente de Melilla, el también popular Juan José Imbroda. También tuvo el gesto de no visitar la verja fronteriza, su presencia allí podría despertar las suspicacias marroquíes, como ocurrió cuando Aznar se paseó en agosto por el área limítrofe.

Rajoy optó por la diplomacia -«no he venido a polemizar con nadie», avisó- y eludió cualquier comentario que supusiera encender la mecha de una nueva crisis entre Madrid y Rabat -«es una visita en positivo y siento que alguien lo haya interpretado de otra forma», dijo-. El jefe de filas de los populares se alejó del tono flamígero de declaraciones de otros miembros del partido que pusieron en un compromiso a la diplomacia española en agosto. Ni siquiera siguió la estela que trazaron ayer mismo miembros de su equipo que censuraron la actitud gubernamental ante la carta del primer ministro marroquí, que tachó su visita de provocación. La secretaria general del PP, Dolores de Cospedal, echó en falta más «contundencia» del Ejecutivo ante la misiva de Abas el Fasi; mientras, el presidente melillense alertó que las «posturas dubitativas, frías o comprensivas» del Gobierno lo único que hacen es dar «bazas a Marruecos».