Zapatero asegura que mientras sea necesario se trabajará en Afganistán

Noelia López KABUL/EFE.

ESPAÑA

Mantuvo encuentros con el presidente afgano, Hamid Karzai, y con el general Petraeus, comandante de la OTAN

07 nov 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

El presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, se comprometió ayer en Afganistán a mantener las tropas en el país el tiempo que sea necesario: «No estamos aquí para quedarnos, pero nuestro compromiso debe ser firme», manifestó a los soldados de la base de Qala i Naw. Zapatero, que viajó por sorpresa a Afganistán acompañado por sus ministras de Defensa, Carme Chacón, y de Asuntos Exteriores, Trinidad Jiménez, dejó claro ese compromiso también al presidente afgano, Hamid Karzai, y al comandante de las tropas de la OTAN en el país, el general David H. Petraeus, con quienes se reunió en Kabul.

Cuando apenas faltan dos semanas para la cumbre de la OTAN en la que se definirá el calendario para el traspaso de la autoridad a las fuerzas de seguridad afganas, requisito para comenzar a retirar las tropas extranjeras, Zapatero subrayó que los españoles se quedarán «hasta que los afganos puedan garantizar su propia seguridad». «Ellos habrán ganado un futuro mejor y todos habremos ganado un mundo más seguro», manifestó ante los soldados en su segunda visita al país desde que llegó a la Moncloa. El primer viaje lo realizó en diciembre del 2005.

Como señaló poco después en una conversación informal con los periodistas que lo acompañaron en el viaje, cualquier calendario que fijen los aliados será flexible y solo indicativo, ya que cada región atraviesa un momento diferente. Así, será más fácil abandonar Herat, donde trabajan unos 475 militares españoles, que la provincia de Badghis, donde se encuentra la base de Qala i Naw, con alrededor de 1.000 soldados.

Escenario difícil

Tras pasar revista a las tropas, el presidente del Gobierno, que lucía la bandera española en su corbata, reconoció el trabajo que realizan en un escenario «duro, difícil y muy arriesgado», el más arriesgado en el que han participado las Fuerzas Armadas en 22 años de misiones en el exterior, y elogió su dedicación a una tarea «ardua, que va a exigir tiempo».

A su juicio, el objetivo de la misión es claro: evitar que Afganistán vuelva a ser santuario de los terroristas, como lo fue durante el régimen talibán. «El pueblo afgano y la seguridad colectiva merecen vuestro empeño», dijo antes de recordar cómo el terrorismo llegó a azotar España en los atentados del 11-M.

Durante las apenas dos horas que permaneció en el acuartelamiento, tuvo ocasión de subir a un blindado RG-31, el modelo que sustituyó a los BMR y que posiblemente salvó la vida de los soldados que el pasado domingo sufrieron la explosión de una mina mientras realizaban una patrulla de reconocimiento. En el aeropuerto de Kabul realizó una ofrenda floral ante el monolito que recuerda a los fallecidos en el accidente del Yak-42 y después en Qala i Naw rindió homenaje a los más de noventa soldados que han dado su vida bajo bandera española «en defensa de la paz».

Ideas claras

En la cumbre de la OTAN del próximo día 20 en Lisboa, se definirá la estrategia militar de la Alianza Atlántica en Afganistán y el calendario del traspaso de responsabilidades a las fuerzas de seguridad afganas a partir del 2011. El general Petraeus informó a Zapatero de que los aliados irán por primera vez a una cumbre de la OTAN con «ideas claras y con un proyecto definido sobre lo que hay que hacer en Afganistán», y se mostró convencido de que será un cumbre de «grandes avances». Zapatero, Petraeus y Karzai coincidieron en que resulta imprescindible la estabilidad de los países vecinos para que Afganistán avance.