Albacete acogió ayer la puesta de gala de María Dolores de Cospedal como candidata a gobernar Castilla-La Mancha
20 feb 2011 . Actualizado a las 06:00 h.El PP congregó ayer a más de 2.000 albaceteños para festejar la proclamación oficial de María Dolores de Cospedal como candidata a la presidencia de Castilla-La Mancha. Mariano Rajoy evitó eclipsar el gran día de su lugarteniente y asumió con gusto el papel de telonero en un mitin en el que, no obstante, dejó entrever algunas claves de la campaña del 22-M. El jefe de la oposición barrunta que el PSOE rescatará dentro de poco el «antiguo» debate ideológico, es decir, prevé que los socialistas se aferrarán como a un clavo a la demonización de la derecha frente a la imagen progresista y social de la izquierda como último recurso para intentar dar la vuelta a las encuestas. Una apuesta que, a su juicio, carece de sentido porque Zapatero pasará a la historia como el presidente que ha acometido «el mayor recorte social» de la democracia. En este sentido, Rajoy refrendó su intención de convertir los comicios municipales y autonómicos en un plebiscito para juzgar a Zapatero.
Y es que el jefe de filas del PP otorga un valor estratégico a la batalla castellano-manchega dado que el PSOE lleva 30 años gobernando en esta comunidad. «Todos los jóvenes que están aquí solo han conocido a un presidente socialista», primero José Bono y ahora José María Barreda. Un monopolio, añadió, que debe caer por higiene democrática. Rajoy considera que una victoria de De Cospedal sería la prueba irrefutable de que «el cambio empieza aquí y luego llegará a toda España», es decir, que si el PP es capaz de vencer en plazas con «monopolio» socialista su victoria en las elecciones generales del 2012 sería incontestable.
Por su parte, la candidata María Dolores De Cospedal urgió a un cambio de Gobierno y a un «Gobierno de cambio» en Castilla-La Mancha para abrir una nueva época y acabar con quienes ven la región como su «latifundio». Ante un auditorio a rebosar, la secretaria general advirtió que el 22-M es un día para «terminar en las urnas con los escándalos» como el que supuso la quiebra de Caja Castilla La Mancha o el hundimiento del aeropuerto ciudadrealeño y «sinsentidos» como el que rodeó la localidad de Seseña.
«Vamos a terminar con esos lujos faraónicos», proclamó en un discurso en el que evitó nombrar a José María Barreda.