Chaves implica a Zaplana en los expedientes falsos, y el PP amenaza con acciones legales

Antonio montilla MADRID / COLPISA

ESPAÑA

23 feb 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Manuel Chaves pasó ayer al ataque en relación a la denuncia presentada por el PP en el caso de los ERE falsos. El vicepresidente tercero, durante la sesión de control al Gobierno en el Senado, advirtió de que si el presidente del PP andaluz, Javier Arenas, pide la comparecencia de los altos cargos que hayan participado en la tramitación de los ERE investigados no debería olvidar que fue el popular Eduardo Zaplana, ministro de Trabajo en el 2003, el que «aprobó los coeficientes reductores de la edad de jubilación y 34 millones de ayudas extraordinarias para financiar la prejubilación» en uno de los expedientes más polémicos, el de Minas Riotinto.

Esta aseveración despertó tal jaleo en las filas populares que el presidente de Senado, Javier Rojo, tuvo que llamar en varias ocasiones al orden a los representantes de ambas bancadas.

Chaves no imputó ninguna ilegalidad ni a Zaplana ni al entonces ministro de Administraciones Públicas, Javier Arenas, por este asunto, pero sí utilizó este argumento para reprochar que el PP lo acuse a él -cuando se tramitaron estas ayudas era presidente de la Junta de Andalucía- de conocer los detalles de esta trama.

El PP reaccionó con dureza. La senadora popular Alicia Sánchez Camacho afirmó que Chaves había «rozado el ridículo» con una exposición «patética», al querer responsabilizar al PP de «las ayudas fraudulentas» a socialistas. Sánchez Camacho anunció que solicitarán al Gobierno que entregue al Grupo Popular toda la información de cómo se tramitaron estos ERE en la época de José María Aznar para desmontar las acusaciones de Chaves.

Fuera de la Cámara, el PP andaluz calificó de ridículas las insinuaciones de Chaves, y de la propia Junta de Andalucía, por boca de la consejera de Presidencia, Mar Moreno. Por ello, los populares anunciaron su intención de «emprender acciones legales» contra ambos dirigentes socialistas, por lo que consideran un intento de «manchar el buen nombre del PP».