Un incendio en la Sagrada Familia obliga al desalojo de 1.500 personas

Cristian Reino BARCELONA / COLPISA

ESPAÑA

Los Mossos detuvieron a un perturbado como autor de los hechos

20 abr 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Susto monumental. Un hombre perturbado, habitual visitante de la Sagrada Familia y con antecedentes policiales por hurto estuvo ayer a punto de provocar un daño irreparable en la obra de Gaudí y quién sabe si también una tragedia humana.

Sobre las 10.45 horas, y por causas que se desconocen, José María L. S., vecino de Barcelona, de 65 años, cogió uno de los varios mecheros que llevaba en el bolsillo, se acercó a la sacristía de la cripta de la basílica de la Sagrada Familia y prendió fuego a los trajes y a otros ornamentos que los capellanes guardan en esa dependencia. El fuego se avivó enseguida, lo que provocó un incendio en el interior de la basílica que quemó por completo la sacristía, si bien no afectó a la estructura de la cripta, de 40 metros cuadrados de superficie, rehabilitada recientemente y declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

Poco después de que se declarase el fuego, el pirómano fue reducido por un grupo de turistas, que lo retuvieron hasta que fue detenido por los Mossos d?Esquadra. Usuario de los servicios sociales municipales, aunque no un indigente, según el ayuntamiento, el arrestado negó ser el autor del fuego en su primera declaración.

Joan Rigol, presidente del patronato de la Sagrada Familia, lo calificó de perturbado. Fuentes del consistorio añadieron que era un visitante habitual de la Sagrada Familia, conocido por los responsables del monumento, pero que no esperaban que pudiera actuar de esta forma.

Sin embargo, supuestamente lo hizo y el daño que ocasionó fue importante, aunque «no irreversible», según los responsables del templo, y destruyó sobre todo mobiliario (de madera) y ropa de los párrocos. «Por suerte, todo el patrimonio de Gaudí se ha podido salvar», puntualizó Rigol. «Hubo momentos de duda, en los que temimos que se hubiera podido romper alguna cristalera original» del arquitecto catalán, añadió. Según parece, fueron los bomberos, para poder entrar rápido a la cripta, los que estuvieron a punto de hacer saltar por los aires las vidrieras, aunque finalmente lograron acceder por una puerta y no ocasionaron desperfectos reseñables. Aun así, Rigol señaló que la cripta deberá volver a restaurarse totalmente. «Hoy es el día más triste desde que estoy en el patronato», aseguró, para admitir que «el incendio es un accidente un poco menor dentro del mal que se podría haber hecho».

Reforzar la seguridad

Rigol anunció que la Sagrada Familia reforzará la seguridad para evitar nuevos incidentes.

Los bomberos lograron sofocar el fuego en menos de una hora, tiempo en el que la dirección del templo evacuó a las cerca de 1.500 personas, la mayoría turistas, que se hallaban en la basílica. Los viajeros que vivieron el susto en primera persona relataron que la evacuación fue bastante tranquila, que apenas se vivieron momentos de pánico y que fueron debidamente informados por megafonía. Algunos tuvieron que ser atendidos con mascarillas y a otros se les administró oxígeno. Los más se afanaron en disparar indiscriminadamente sus cámaras para lograr unas fotos inéditas (el humo negro se veía desde el exterior) del templo.

Ninguna persona resultó herida de gravedad, aunque cuatro operarios tuvieron que ser atendidos en el Hospital de Sant Pau por inhalación de humo.

Poco después de las cinco de la tarde, la Sagrada Familia volvió a reabrir sus puertas a los visitantes, no así la cripta, que permanece clausurada. Los restos del incendio aún eran visibles.