En pleno acoso de los mercados, el líder del PP afirma en Cataluña que en estas elecciones España se va a jugar su futuro «durante décadas»
17 nov 2011 . Actualizado a las 06:00 h.La enorme presión de los mercados sobre España está imprimiendo tintes dramáticos al final de una campaña en la que Rajoy no lucha ya solo por la victoria, sino por el futuro de un país que se siente llamado a gobernar a partir de este domingo. Las estrategias políticas han dejado paso así a un intento casi desesperado de convencer a la Unión Europea y al resto del mundo de que hará todo lo necesario para que España cumpla sus compromisos y también de impedir que los mercados se impongan a la política.
Con ese complicado panorama de fondo, Rajoy protagonizó en Hospitalet (Barcelona) un mitin en el que hizo la apelación al voto más dramática que ha realizado en esta campaña. «Es un momento decisivo para España. No jugamos no solo los próximos cuatro años. Probablemente, nos jugamos lo que pueda ocurrir en décadas», afirmó en tono solemne.
Aseguró que se presenta a estas elecciones «por sentido de la responsabilidad» y «preocupado como ciudadano» pero, «como político, mucho más preocupado por lo que hay que hacer en el futuro». «España no soporta más la política del avestruz», afirmó el candidato del PP en referencia a la inacción y la negación de la crisis que atribuye al Gobierno socialista. Por el contrario, aseguró que «sin decisiones la crisis seguirá ahí y no queremos que siga ahí de por vida».
Pero en medio de esa llamada desesperada para obtener un triunfo con el mayor apoyo posible que le permita jugar «en la primera división» de la Unión Europea, impedir que «nos den órdenes» y lograr que España sea «un país respetado dentro y fuera de Europa y a la cabeza del euro», quiso introducir un mensaje de optimismo. «Estoy convencido de que podemos salir adelante. ¿Quién ha dicho que no podemos hacerlo?, se preguntó. «Lo hemos hecho y podemos hacerlo», se contestó él mismo. Y en ese reto, Rajoy considera que Cataluña debe tener un papel protagonista. «España no saldrá de la crisis sin Cataluña y Cataluña no saldrá sin el resto», dijo en un abarrotado pabellón.
Pero lograr ese objetivo no será fácil. Al acoso de los mercados, se unió ayer la rebaja del Gobierno en la previsión de crecimiento de España desde el 1,3 % al 0,8 %. Algo que Rajoy ya tenía previsto, pero que, a su juicio, hará todavía más difícil la recuperación.
Ayer, en una entrevista en TVE, el líder del PP dio algunas pistas más sobre cómo encarará ese reto. Aseguró que el cumplimiento del objetivo de déficit es «vital» porque España se juega su credibilidad y por ello habrá ajustes en todas las partidas excepto en Sanidad, Educación y pensiones. Y no se comprometió a levantar la bajada de un 5 % del sueldo a los funcionarios, que consideró injusta, hasta conocer las cuentas.
El PP quiso convertir el mitin de Hospitalet en un símbolo del cambio que, según los sondeos, se avecina en España. Solo en el 2000, con Aznar, habían celebrado los populares un acto tan multitudinario en Cataluña. Pero ni siquiera aquel tuvo un ambiente de euforia como el de ayer. Un verdadero día D para el PP en una comunidad en la que hasta ahora han sido considerados un partido casi marginal. Para Rajoy lo de ayer fue, según dijo, «un chute de ilusión».
Rechaza que en Grecia e Italia gobiernen los que no han pasado por las urnas
Mariano Rajoy considera muy peligroso el intento que, a su juicio, se está produciendo en Europa de sustituir los gobiernos surgidos de la soberanía popular por un poder controlado por los tecnócratas.
Ayer, en el día en el que el sabio económico Mario Monti dio a conocer que no solo asumirá la presidencia de Italia en sustitución de Berlusconi sino que su ejecutivo estará formado casi exclusivamente por técnicos, el líder del PP dijo en voz alta lo que lleva tiempo insinuando. No le gusta que la política dé un paso atrás en favor de la economía. Tanto en Murcia por la mañana como en Barcelona por la noche, tachó de «acontecimiento sorprendente desde el punto de vista democrático» que en Grecia e Italia gobiernen «personas que ni siquiera se han presentado a unas elecciones». «Eso debe movernos a la reflexión. Yo no creo que haya una crisis de la política. Creo en los políticos, que son los que han hecho grandes cosas a lo largo de la historia», afirmó Rajoy, para quien se viven «momentos muy difíciles». Luego, en un aparte con la prensa, fue más explícito y aseguró que ni a Monti ni a Papademos los ha elegido «nadie».
El líder del PP ya ha dejado claro que en su gobierno habrá algunos tecnócratas. Pero de ninguna manera está dispuesto a renunciar a ser él un político profesional desde hace 30 años, quien lleve el timón del nuevo gobierno si gana las elecciones. Cree que España no tiene por qué seguir la senda que Italia y Grecia y está convencido de que con una buena dirección política es posible «fijar otros objetivos y seguir otro camino para ver la luz al final del túnel».