El «overbooking» deja a cincuenta personas en tierra en Alvedro

La Voz E. MOUZO, E. V. PITA, D. MARTÍNEZ / A CORUÑA, IGO, SANTIAGO / LA VOZ

ESPAÑA

César Quián

La recolocación de usuarios de los vuelos suspendidos provocó el desconcierto

10 abr 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

La huelga de pilotos obligó a Iberia a cancelar diez vuelos en Galicia, seis de ellos entre Alvedro y Barajas (tres de ida y tres de vuelta). La desprogramación en la terminal coruñesa, la más perjudicada en la comunidad, afectó a casi mil pasajeros. Juan Sanjurjo, uno de ellos, recolocado en otro enlace con la capital, criticó que a la aerolínea «le dé lo mismo lo que ocurra en la pista de A Coruña». Fuentes de Iberia aseguraron que las suspensiones «se hacen siguiendo los criterios de los servicios mínimos estipulados para cada día de huelga». La compañía buscó alternativas a los pasajeros que tenían previsto volar ayer. Y la medida minimizó los problemas en una jornada relativamente tranquila.

Sin embargo, sobre las once de la mañana surgieron los problemas en Alvedro. Los pasajeros del vuelo a Madrid IB0517 accedieron a la zona de embarque, pero 50 personas se quedaron en tierra. No habían sacado la tarjeta de embarque por Internet y, cuando lo quisieron hacer en el mostrador, el avión ya estaba lleno. El overbooking les había jugado una mala pasada.

Los 50 recogieron sus equipajes y regresaron a la terminal. Iberia tampoco les facilitó una alternativa válida: o volaban por la noche desde Vigo o esperaban a esta tarde para hacerlo desde Alvedro. Los horarios de sus trabajos, de clases para otros y de las conexiones desde Barajas hacia Europa o América no les permitían aceptar esas opciones. Así comenzaron las negociaciones particulares para compartir los gastos de un desplazamiento por carretera.

Una de ellas era la de una mujer que lloraba tras saber que ya no había plaza. Tenía que entrar a trabajar a las dos de la tarde y viajó en el coche de los padres de otra afectada. «Llegué cinco minutos después de la hora recomendada y ya le habían dado mi asiento a otra persona», comentó. «Esto no sería así si no hubiese huelga y si Iberia no vendiese más billetes que plazas», subrayó. Otra mujer debía volar a Buenos Aires y no le servían las opciones que ofrecía Iberia. «Si supiese lo que ocurre en Alvedro, me iría a Santiago o a Oporto. Este aeropuerto -lamentaba- no es operativo porque las compañías hacen lo que les da la gana».

En Vigo fue cancelado el servicio entre Madrid y Vigo, con ida a las 7.30 horas y vuelta a las 9.30. Todos los usuarios pudieron ser recolocados o admitieron la devolución del dinero.

En Lavacolla, la huelga apenas tuvo incidencia al suspenderse solo un servicio con Barajas. En esta ruta Iberia operó seis movimientos; Air Nostrum, dos; y Ryanair, media docena. A diferencia de en otras terminales, el volumen de viajeros afectados resultó casi anecdótico, dadas las posibilidades de derivación del pasaje. «Por aquí no ha venido casi nadie en todo el día, los teníamos a todos recolocados desde hace prácticamente una semana», resumía un empleado de tierra de la aerolínea.