Al PP le sale el tiro por la culata

Manuel Campo Vidal

ESPAÑA

El desvío del déficit en Madrid y Valencia lamina la política de la herencia

20 may 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

«Ahora que sabemos que el PP tiene la misma capacidad para ocultar deudas que el PSOE, ¿pueden dejar de buscar culpables y empezar a currar?». Es el tuit enviado ayer por la escritora gallega Marta Rivera de la Cruz. Lo suscribe buena parte de la población y, si acaso, solo cabría añadirle una palabra: juntos. «A currar juntos». Lo pedía hace unos días en una tribuna pública el ilustre prócer Antonio Garrigues Walker: «Salvando las distancias, es hora de Breton Woods, como en el final de la Segunda Guerra Mundial, o de los Pactos de la Moncloa, en 1977, recién recuperada la democracia». ¿Hace falta que suceda algo más grave para que los grandes partidos se sienten a trabajar juntos y alcancen pactos de Estado? Deberían estar atentos, ambos, al clamor en demanda de esa colaboración responsable.

La noticia de que el déficit del año 2011 todavía será mayor en cuatro décimas, rozando el 9, debido a desviaciones ahora destapadas de Madrid y Valencia, estandartes autonómicos del PP, significa que a la política de echar la culpa de todo a Zapatero, que desde luego bastantes cosas hizo mal, le ha salido el tiro por la culata. Menuda semana y media: primero batacazo financiero con Caja Madrid-Bancaja, o sea Bankia, y después económico-político con esa desviación que perjudica las cuentas del Estado pero, sobre todo, a Rajoy, porque le liquida el discurso. Rubalcaba y Óscar López, su número dos, se han deleitado con la noticia. Luis de Guindos le quita importancia. Normal. Pero también en el PP se comprende que la política de sembrar negatividad y explicarlo todo por la herencia recibida ya estaba agotada. El jueves por la tarde, antes de conocerse el fiasco Madrid-Valencia, los máximos responsables populares de una provincia castellana admitían en privado que la política de comunicación del Gobierno debía ser revisada. Piensa eso un amplio abanico, desde los más liberales hasta el Opus Dei. Y no es una licencia literaria.

Con todo, algo se avanza. Cristóbal Montoro logró poner orden en el Consejo de Política Fiscal y Financiera: Andalucía recortará más, Asturias, cuyo culebrón electoral ha concluido, hará por ponerse al día, y Valencia, Madrid y Castilla y León, otra autonomía que presentó cuentas alteradas, deberán cubrir sus desfases. El PP advierte a los suyos que tomen ejemplo de Galicia y al resto, que ya no valen distracciones. Más aún: Hacienda advierte que quien incumpla deliberadamente los planes de ajuste en cualquier Administración corre el riesgo incluso de ser destituido. La situación es grave, pero aparecen signos de que puede ser remontada esquivando la catástrofe anunciada por algunos economistas agoreros.

Y, además, siempre nos quedará París, o sea, Hollande. El nuevo presidente francés ha sellado un acuerdo con Obama para apoyar en Europa una política de austeridad y crecimiento, al tiempo. Le viene bien a Rajoy que alguien trate de moderar a la señora Merkel, y a todos el saber que no solo de recortes dramáticos vive la inteligencia política. No viene mal que Hollande sugiera que, si hay que ayudar a España, para eso están los fondos europeos. No estamos en ese límite, pero por si acaso.

Entretanto, los ministros del Interior francés y español enviaban un mensaje claro a ETA. No encontrarán resquicio en el que apoyarse allí para presionar aquí. No podía imaginar ETA que Hollande pondría en Interior a un ministro nacido en Barcelona, Manuel Valls. París hará la política antiterrorista que considere Madrid y apoya que no se dialogue mientras ETA no entregue las armas, posición que apoya también Washington. A tomar nota.