Anuncian más movilizaciones mientras el Gobierno advierte que no variará su política
15 nov 2012 . Actualizado a las 07:00 h.Éxito para los sindicatos, incidencia limitada según el Gobierno. Manifestaciones multitudinarias en las grandes ciudades.
Las valoraciones sobre el impacto de la segunda huelga general en los 11 meses que lleva Mariano Rajoy en el poder fueron muy diferentes en ambas partes. Pero las propias centrales admitieron que la secundaron menos trabajadores que la del pasado 29 de marzo. Evaluaron en un 76,7 % el seguimiento, con un número total de huelguistas de 9.185.383. El 29-M hicieron huelga 10,46 millones de trabajadores, es decir, un 12,2% más, pero el porcentaje fue similar, del 77%. Los sindicatos justificaron la caída en el número de participantes (1.279.756 menos) por el descenso en la ocupación (que cifraron en unos 600.000 asalariados) y el incremento en cerca de un millón de trabajadores en los servicios mínimos.
El paro fue secundado de forma desigual según los sectores, con una masiva participación en la industria, también elevada en los transportes, que funcionaron a medio gas, y la educación, y menor en el comercio, la hostelería, la banca y la sanidad.
Hay alternativa
La jornada se completó con más de un centenar de manifestaciones en toda España, con asistencia multitudinaria en las de Madrid, Barcelona y otras ciudades. La más multitudinaria fue la de la capital, bajo el lema «Nos dejan sin futuro. Hay culpables. Hay soluciones». Según los sindicatos, asistieron un millón de personas, y 35.000, de acuerdo con la estimación del Gobierno.
En su intervención, el secretario general de UGT, Cándido Méndez, aseguró que la huelga es un mensaje al Gobierno y a Angela Merkel para que reconozcan que han fracasado y rectifiquen, ya que sus políticas son un «camino de perdición». «Si el Gobierno de España se arrodilla ante las políticas de recorte y las apoya con entusiasmo, el pueblo español va a permanecer de pie», advirtió. Retó a Rajoy a que «tenga agallas» y convoque un referendo sobre los ajustes, como hizo su homólogo de CC.OO., Ignacio Fernández Toxo. Este avisó al Gobierno de que la huelga no es «la estación término de nada», sino que mantendrán la «pelea sostenida» con huelgas y «otras formas de lucha» y que el éxito de ayer es un «acicate» para nuevas movilizaciones. Además, le exigió la retirada de los Presupuestos, aprobados ayer por el Congreso, y le acusó de convertir la huelga en un problema de orden público, como demostraría que se informara de ella desde el Ministerio del Interior.
El Gobierno de Mariano Rajoy restó importancia al paro y habló de «normalidad» en la jornada de huelga. El ministro de Economía, Luis de Guindos, compareció para dejar claro que el paro no influirá en la política económica, pues «la hoja de ruta del Gobierno es la única alternativa posible».