Francisco Fernández Liñares (Dumbría-A Coruña 1950) se afilió al PSOE en 1989, cuando ya se había asentado en Lugo después de casarse. En 1993 fue nombrado director provincial del Ministerio de Agricultura, antes de ser transferidas las competencias a la comunidad autónoma. En 1999 entra en el Ayuntamiento de Lugo de la mano de Orozco y pasa por diferentes responsabilidades hasta acabar siendo su mano derecha. En los nueves años fue edil de seguridad, con responsabilidades en la ORA y en la grúa, y también fue el responsable de régimen interior, economía, zona rural y urbanismo. Es decir, tocó todos los grandes palos, o al menos los que disponían de dinero y poder. En el 2008 lo nombran presidente de la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil, y desapareció teóricamente de la vida municipal, pero tras ser detenido en la operación Pokémon se vio que no era así. Seguía comprando terrenos en las afueras de Lugo mientras el PXOM se redactaba y, cuando el plan salió a la luz, se comprobó que había acertado en las compras. Desde la Hidrográfica dio el visto bueno al PXOM y ahora se descubre que al organismo de aguas se le «olvidó» poner en los planos un trozo del río Rato, lo que ahora provoca un conflicto.
Tras caer el Gobierno de Zapatero y dejar la Hidrográfica, inyecta varios cientos de miles de euros en el capital de la empresa que explota la publicidad de los autobuses de Lugo. La concesión la había aprobado él. Tras ser detenido en la operación Pokémon y pasar varios meses en la cárcel, salió cuando la Audiencia le aplicó la jurisprudencia del caso Gao Ping, por superar el límite de horas de detención ordenados por un juez.
francisco fernández liñares el imputado clave