PP y PSOE, incapaces de unirse en el Congreso contra el soberanismo

Enrique Clemente Navarro
Enrique Clemente MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

«A veces moverse es bueno y a veces no», dice Rajoy sobre Cataluña

19 feb 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

El Congreso expresará mañana por primera vez su oposición frontal al plan secesionista de Artur Mas. Sin embargo, cuando todo parecía dispuesto para que los dos partidos mayoritarios escenificaran su unidad, anoche surgió la discrepancia al aceptar UPyD, el grupo que presentó la moción, una enmienda del Grupo Popular, lo que podría llevar a los socialistas a abstenerse. Estos están de acuerdo con el primer punto del texto de la formación magenta, que insta a la cámara a rechazar el plan independentista «tajante y expresamente», en concreto la resolución del Parlamento catalán que lo certificó el pasado 23 de septiembre sobre el derecho a decidir que declara a Cataluña sujeto político y jurídico.

Pero no con el segundo punto, que en la moción de UPyD, antes de ser enmendada, emplazaba al Gobierno a tomar todas las medidas necesarias, utilizando los instrumentos de la Constitución y del resto del ordenamiento jurídico, para «remediar el abierto incumplimiento de la legalidad vigente y de las resoluciones judiciales que sistemáticamente viene realizando la Generalitat». Finalmente el grupo que encabeza Rosa Díez aceptó la enmienda presentada por el PP, que insta al Gobierno a «seguir utilizando» todos los instrumentos legales para garantizar el cumplimiento de la legalidad. También reclama a todas las instituciones y administraciones que acaten el artículo 118 de la Constitución, que establece la obligación de cumplir las sentencias y demás resoluciones judiciales, lo que supone pedir a la Generalitat que cumpla las que se refieren a la enseñanza en castellano.

Este pacto asegura que la moción será aprobada mañana por amplia mayoría, pero solo con los votos del PP y UPyD, y abre la incógnita de la posición que adoptarán los socialistas, que no están de acuerdo con este segundo punto, por lo que si no hay votación separada se abstendrán. Antes de conocer el acuerdo, la portavoz socialista, Soraya Rodríguez, atacó duramente a UPyD, a la que acusó de elevar la confrontación con una moción que no aporta nada nuevo.

Por su parte, Mariano Rajoy también abordó el desafío soberanista en la sesión de control del Senado. Y fue fiel a su estilo. En respuesta al expresidente catalán José Montilla, que le pidió que se mueva y tenga «valentía» para afrontar la situación en vez de hacer de «frontón» y dejar pasar el tiempo, montó toda una teoría sobre si es bueno o no moverse. «No hay nada que sea bueno o malo en sí mismo. A veces moverse es bueno y a veces moverse no. A veces no moverse es bueno y a veces no moverse es malo», aseguró. Y puso como ejemplo que evitó el rescate de la economía española no haciendo caso a los que pedían que lo solicitara. «Había mucha gente que decía ?oiga, tienen ustedes que moverse?, y al final se demostró que no moverse y aguantar era mejor y España ha superado una situación tan difícil», argumentó, respondiendo así a los que le acusan de mantener una posición de pasividad respecto al desafío soberanista, como hizo ayer Alfredo Pérez Rubalcaba.

Dijo, en referencia a Artur Mas que moverse no es bueno para convocar un referendo o para apoyar el derecho de autodeterminación -«como hicieron algunos en su partido», espetó a Montilla-, pero sí para rectificar. Y concluyó: «Yo me moveré siempre, estoy dispuesto al diálogo y a resolver los problemas reales de la gente, pero no estaré dispuesto a ceder nada en lo que se refiere a la soberanía nacional, entre otras cosas, porque no puedo disponer de ella».

Hipotésis no razonable

El presidente lanzó un capote a Mas al asegurar que la situación económica por la que atraviesa Cataluña, que le impide financiarse, no es consecuencia de este gobierno, sino de los anteriores, es decir del tripartito.

El ministro de Economía, Luis de Guindos, afirmó ayer en Bruselas que en la Comisión Europea no se habla de la posible independencia de Cataluña porque se considera una «hipótesis no razonable».