
Rajoy quiere retomar la iniciativa y Rubalcaba reivindicarse ante los suyos
24 feb 2014 . Actualizado a las 09:54 h.Mariano Rajoy afronta mañana el que será su segundo debate de la nación como presidente del Gobierno con la intención de abrir un nuevo tiempo político en la segunda parte de la legislatura y con la vista puesta en las sucesivas citas electorales que se avecinan: europeas el 25 de mayo y autonómicas, municipales y generales en el 2015. Como corresponde al formato, el líder del PP pretende hacer un balance de su gestión en el que dará por superada la fase más crítica de la crisis y por abierto el período de recuperación económica. Pero esbozará también un programa de gobierno para los dos años que restan de legislatura, con la rebaja de impuestos como principal argumento.
Aunque es consciente de que la oposición le forzará a entrar en el cuerpo a cuerpo en todos los asuntos polémicos -aborto, caso Bárcenas, desafío independentista catalán, crisis de Ceuta y ley de seguridad ciudadana, entre otros- Rajoy plantea un debate en clave económica y de regeneración democrática. Sabedor de la necesidad de recuperar terreno de cara a unas europeas que se presentan muy complicadas para el PP, además de presentar las líneas generales de la reforma fiscal que entrará en vigor el año próximo, el presidente guarda con toda seguridad, según fuentes del PP, un as en la manga en forma de medida estrella que sirva de impulso político al Gobierno.
El debate servirá también para poner fin a una etapa de relación cordial y casi amistosa con el líder de la oposición, Alfredo Pérez Rubalcaba, para pasar a un duro enfrentamiento que satisfaga a las votantes del PP y debilite las opciones del líder socialista. Un rumbo que Rajoy ya marcó en la reciente convención nacional del PP.
La estrategia de Rajoy
Rajoy pretende presentar a Rubalcaba como un líder que ha abandonado el perfil de hombre de Estado para encuadrase en la radicalidad aliándose con nacionalistas y con la izquierda minoritaria en asuntos como el de la reforma del Estado, la monarquía o el desafío de Artur Mas en Cataluña. Habrá que estar atentos también al balance que haga de cada ministerio para atisbar por dónde puede discurrir la crisis de Gobierno que se antoja inminente por la necesidad de designar al candidato a las europeas.
Enfrente tendrá Rajoy a un líder socialista que se juega en este debate la oportunidad de reivindicarse ante los suyos antes de los cruciales comicios europeos y de las primarias en que se elegirá el candidato a la Moncloa. Después de que Rajoy le mandara callar por no reconocer la recuperación económica, se espera que Rubalcaba eleve el tono y sea más duro que en otras ocasiones. En su contra juegan, sin embargo, diversos factores. En primer lugar, la fragilidad de su liderazgo en el partido, ya que no se sabe siquiera si se presentará a las primarias. Esto le hace aparecer como un líder del pasado, pero no del futuro, lo que Rajoy puede aprovechar para golpearle.
Pero, además, tiene algunos frentes internos abiertos que lo hacen vulnerable, como la posición del PSC, dividido sobre el derecho a decidir, o el anuncio del secretario general del PSN de que presentará una moción de censura contra la presidenta navarra, Yolanda Barcina, si esta no convoca elecciones, en la que necesitaría el respaldo de Bildu para que salga adelante.
Rubalcaba volverá a sufrir el chaparrón de la herencia recibida, que Rajoy ha utilizado contra él durante dos años. Por último, el formato del debate pone siempre en desventaja al líder de la oposición, que en raras ocasiones es capaz de ganar al presidente. Los últimos cara a cara con Rajoy muestran que este le tiene tomada la medida.
Pero Rubalcaba también tiene bazas a su favor: el paro del 26 %, el hecho de que las mejoras en las cifras macroeconómicas no han llegado a la población, el caso Bárcenas y la cuenta en Suiza de Francisco Granados, los sucesos de Ceuta o las intrigas internas en el PP, denunciadas por la propia Dolores de Cospedal.
Tres jornadas
Los dos primeros días del debate, mañana y pasado mañana, se dedicarán a las intervenciones del presidente y de los portavoces de los grupos y sus respectivas réplicas. El jueves, día 27, se debatirán y votarán las propuestas de resolución.