El PSOE tira del primer ministro francés en su mayor acto de campaña

Paula de las Heras BARCELONA / COLPISA

ESPAÑA

Manuel Valls defiende su gestión como un ejemplo de políticas de izquierdas

22 may 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Para los socialistas, llegó el plato fuerte, su mayor acto de campaña. En Barcelona. Elena Valenciano con el candidato socialdemócrata a la Comisión, Martin Schulz; el primer ministro francés, Manuel Valls; y Felipe González. No es que fuera una apuesta exenta de riesgos. Valls, catalán de nacimiento, carga con la mochila del recorte de 50.000 millones en el presupuesto francés. González es siempre un valor seguro para enardecer a las masas, pero sus intervenciones las carga el diablo.

El primer ministro galo se rebeló, efectivamente, como una suerte de Sarkozy, pero por su garra y su energía sobre el escenario. Habló en catalán, en español y en francés para los medios de su país presentes y fue capaz de poner en pie a las cerca de 3.500 personas que, pese a su notorio declive, logró movilizar el PSC para la ocasión. No ocultó su tijeretazo, pero defendió con ímpetu que ha salvaguardado a los pensionistas y que se vuelca en la educación. «Si queréis ver lo que es una política de izquierdas, mirad lo que estamos haciendo en Francia -presumió incluso-, y si queréis ver lo que es una política de derechas mirad lo que hace la Comisión Europea».

El PSOE sabe que ha hecho daño a la moral del PP por haber logrado que el desliz machista de Cañete sobre las mujeres trascienda las fronteras. Y volvió al ataque. La propia Valenciano abrió el fuego con su grito de guerra: «No nos van a volver a relegar a la marginación». Y los demás le siguieron. El aspirante a presidir la Comisión, Martin Schulz, prometió que buscará un Ejecutivo paritario. Y tiró de entrañas: «Para mí es una vergüenza que como hombre y como padre que alguien me diga que mi hija vale menos que mi hijo». Valls exhibió su «compromiso con la igualdad de género» y su «condena total del sexismo». Y Felipe González despreció la petición de disculpas de Cañete. «Ha dicho: ?si alguien se ha sentido ofendido? -reprochó-; piénsenlo, es que según su criterio no era un comentario ofensivo». Fue uno de los pocos comentarios terrenales del expresidente, quien prefirió hablar de economía y advirtió de que Rajoy busca un aval a sus políticas. «Así que si ustedes lo refrendan, en el otoño nos veremos».